Alexis Sánchez da otra vida a José Mourinho
No hay otro equipo más surrealista en Inglaterra que el United, capaz de lo mejor y de lo peor, tan cerca del abismo como de la ilusión. De renegar de Mourinho a corear su nombre, casi ídolo tras confirmarse el remonte ante un Newcastle que no supo aprovechar la renta y acabó cediendo la...
No hay otro equipo más surrealista en Inglaterra que el United, capaz de lo mejor y de lo peor, tan cerca del abismo como de la ilusión. De renegar de Mourinho a corear su nombre, casi ídolo tras confirmarse el remonte ante un Newcastle que no supo aprovechar la renta y acabó cediendo la derrota (3-2). Una bendita locura para el cuadro local, cuya hinchada mira ahora hacia el palco, cansada de Ed Woodward y del pobre trabajo hecho desde la planificación deportiva este verano.
El presidente del United aseguró en círculos íntimos que no iba a despedir a Mourinho a pesar de la información que apareció este viernes en ‘The Mirror’. No tendría sentido tras el esfuerzo titánico del United, que se acordó de ganar en Old Trafford después de que Tottenham, Derby y Valencia se llevaran algo positivo. No así el Newcastle, que se encontró con dos tantos tempraneros, casi sin querer, en un abrir y cerrar de ojos para alegría de la estruendosa afición visitante.
En nueve minutos el United se evaporó. Se fue. Aunque, a decir verdad, nunca llegó a aparecer. El equipo evidenció durante el primer tiempo su distanciamiento con Mourinho, solitario y desgañitado en su área técnica, incapaz de levantar a sus pupilos a pesar de intentarlo con ahínco. Sin demasiados méritos sobre el terreno de juego, los de Benítez provocaron el caos. Kenedy remató con precisión una jugada en la que quedó patente la pasividad del United (7’) y apenas dos minutos después Muto retrató a Young y batió por bajo a De Gea (9’).
Crónica de una muerte anunciada. Pero Mourinho se resistió a aceptarlo y reaccionó, dispuesto a no quedar como el malo de la película. El portugués sacrificó a Bailly e introdujo a Mata cuando se habían disputado veinte minutos, ya por entonces a contracorriente. Se la jugaba el técnico y Old Trafford reaccionó con aplausos antes del intermedio para animar a los suyos.
A fuerza de voluntad, algo que aflora en Old Trafford solo a veces ante la ausencia de juego, el United se levantó con orgullo del golpe y se acercó al milagro con un precioso tanto de Mata de libre directo (70’). Rugieron los locales y en esa coyuntura llegó el empate en una acción en la que Martial, tras citar a Pogba, remató ajustado (76’). Lo celebró con tremenda efusividad Mourinho, consciente de que aún quedaba un pasito.
Y lo dio el United en un arrebato de pasión, que se resistió a darse por vencido a pesar de que el ambiente no sea el más óptimo. Ya a la desesperada, con balones colgados que siempre hacen soñar en Old Trafford, Young envió un centro medido que encontró la testa de un Alexis Sánchez que se reconcilió con el gol en el momento preciso (90’).
El presidente del United aseguró en círculos íntimos que no iba a despedir a Mourinho a pesar de la información que apareció este viernes en ‘The Mirror’. No tendría sentido tras el esfuerzo titánico del United, que se acordó de ganar en Old Trafford después de que Tottenham, Derby y Valencia se llevaran algo positivo. No así el Newcastle, que se encontró con dos tantos tempraneros, casi sin querer, en un abrir y cerrar de ojos para alegría de la estruendosa afición visitante.
En nueve minutos el United se evaporó. Se fue. Aunque, a decir verdad, nunca llegó a aparecer. El equipo evidenció durante el primer tiempo su distanciamiento con Mourinho, solitario y desgañitado en su área técnica, incapaz de levantar a sus pupilos a pesar de intentarlo con ahínco. Sin demasiados méritos sobre el terreno de juego, los de Benítez provocaron el caos. Kenedy remató con precisión una jugada en la que quedó patente la pasividad del United (7’) y apenas dos minutos después Muto retrató a Young y batió por bajo a De Gea (9’).
Crónica de una muerte anunciada. Pero Mourinho se resistió a aceptarlo y reaccionó, dispuesto a no quedar como el malo de la película. El portugués sacrificó a Bailly e introdujo a Mata cuando se habían disputado veinte minutos, ya por entonces a contracorriente. Se la jugaba el técnico y Old Trafford reaccionó con aplausos antes del intermedio para animar a los suyos.
A fuerza de voluntad, algo que aflora en Old Trafford solo a veces ante la ausencia de juego, el United se levantó con orgullo del golpe y se acercó al milagro con un precioso tanto de Mata de libre directo (70’). Rugieron los locales y en esa coyuntura llegó el empate en una acción en la que Martial, tras citar a Pogba, remató ajustado (76’). Lo celebró con tremenda efusividad Mourinho, consciente de que aún quedaba un pasito.
Y lo dio el United en un arrebato de pasión, que se resistió a darse por vencido a pesar de que el ambiente no sea el más óptimo. Ya a la desesperada, con balones colgados que siempre hacen soñar en Old Trafford, Young envió un centro medido que encontró la testa de un Alexis Sánchez que se reconcilió con el gol en el momento preciso (90’).