Irán rompe el pacto de no agresión
Se enfrentaban Chiíes contra Suníes; Irán, dominador del Oriente Medio también en lo futbolístico con Marruecos, el mejor equipo de África, hijos futbolísticos todos del Zinedine Zidane que conquistó el Mundial del 98 desde los suburbios. El fútbol como ejercicio de liberación. Un...



Se enfrentaban Chiíes contra Suníes; Irán, dominador del Oriente Medio también en lo futbolístico con Marruecos, el mejor equipo de África, hijos futbolísticos todos del Zinedine Zidane que conquistó el Mundial del 98 desde los suburbios. El fútbol como ejercicio de liberación. Un clásico.
Con dos cocos en el grupo como España y Portugal, este era el típico partido que los dos querían ganar para después intentar la campanada y plantarse en octavos con fama de matagigantes. Así arrancó el partido rápido, eléctrico y vertical, características tan propias del fútbol árabe, tanto como su inocencia en el área.
Pronto se convirtió en el típico partido que ninguno de los dos quería perder, más con el precedente de Arabia Saudí y las amenazas de sus dirigentes ultraortodoxos. Tan conservadores los unos como los otros, resultó siendo el marroquí Aziz Bouhaddouz quien cabeceara al fondo de las mallas de su propio arquero en el 94 rompiendo el pacto de no agresión que rigió casi toda la segunda parte.
Irán suma su primer triunfo mundialista tras más de dos décadas y Marruecos peleará ahora con sus vecinos del norte por enmendar su trayectoria. Sin los nervios iniciales, todo puede pasar.
Con dos cocos en el grupo como España y Portugal, este era el típico partido que los dos querían ganar para después intentar la campanada y plantarse en octavos con fama de matagigantes. Así arrancó el partido rápido, eléctrico y vertical, características tan propias del fútbol árabe, tanto como su inocencia en el área.
Pronto se convirtió en el típico partido que ninguno de los dos quería perder, más con el precedente de Arabia Saudí y las amenazas de sus dirigentes ultraortodoxos. Tan conservadores los unos como los otros, resultó siendo el marroquí Aziz Bouhaddouz quien cabeceara al fondo de las mallas de su propio arquero en el 94 rompiendo el pacto de no agresión que rigió casi toda la segunda parte.
Irán suma su primer triunfo mundialista tras más de dos décadas y Marruecos peleará ahora con sus vecinos del norte por enmendar su trayectoria. Sin los nervios iniciales, todo puede pasar.