Dieta mediterránea y riesgo de mortalidad en personas mayores
Un nuevo estudio explora la relación del consumo de la dieta mediterránea con el riesgo de mortalidad en adultos. La diera se caracteriza por consumir cantidades abundantes de frutas, verdura, aceite de oliva y granos y cantidad limitada de carne roja y de aves de corral.



La dieta mediterránea, caracterizada por cantidades abundantes de frutas, verdura, aceite de oliva, judías, y granos de cereales como trigo y arroz, cantidades moderadas de pescado, productos lácteos y vino, y una cantidad limitada de carne roja y de aves de corral, viene recibiendo mucha atención científica en los últimos años. Ahora, un nuevo estudio ha explorado su relación con el riesgo de mortalidad en personas mayores.
Una adherencia mayor a la dieta mediterránea se asocia con una menor mortalidad en adultos de más de 65 años. Esta es una de las principales conclusiones del estudio, en el cual se ha utilizado un índice elaborado con biomarcadores durante un seguimiento científico de dos décadas. El proyecto ha sido liderado por Cristina Andrés-Lacueva, catedrática de la Universidad de Barcelona (UB) y jefa del Grupo de Investigación de Biomarcadores y Metabolómica Nutricional de los Alimentos de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la UB y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES), que también está integrado en la Red de Innovación Alimentaria de Cataluña (XIA).
El trabajo se ha llevado a cabo en colaboración con el Instituto Nacional de Envejecimiento (NIA) de Estados Unidos. Según las conclusiones, el análisis de biomarcadores dietéticos en plasma y orina puede contribuir al asesoramiento individualizado en materia de alimentación en personas mayores. El estudio tiene como base el proyecto InCHIANTI, desplegado en la región italiana de la Toscana, un trabajo que ha seguido durante 20 años a un total de 642 participantes (el 56% de ellos, mujeres) de 65 años o más y que ha permitido obtener datos completos sobre biomarcadores alimentarios.
Como explica Cristina Andrés-Lacueva, jefa de grupo del CIBERFES, se ha desarrollado «un índice de biomarcadores dietéticos basado en grupos de alimentos que forman parte de la dieta mediterránea, a partir del cual se evalúa su asociación con la mortalidad».
En el trabajo, se eligieron los niveles de referencia de los siguientes biomarcadores dietéticos determinados en orina: polifenoles totales y metabolitos de resveratrol (provenientes de la ingesta de uva) y presentes en plasma, carotenoides plasmáticos, selenio, vitamina B12, ácidos grasos y su proporción de monoinsaturados y saturados. Mediante un modelo predictivo, se evaluaron las asociaciones con la mortalidad del índice de la dieta mediterránea y el cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos (FFQ) validado.
Durante los 20 años de seguimiento, se produjeron 425 muertes (de las cuales, 139 por enfermedades cardiovasculares y 89 por causas relacionadas con el cáncer). Una vez analizados los modelos, la puntuación de la dieta mediterránea mediante biomarcadores se asoció inversamente con todas las causas de defunción.
Este estudio destaca por el uso de biomarcadores dietéticos para mejorar la evaluación nutricional y guiar el asesoramiento personalizado en edades avanzadas. El investigador del CIBERFES en la UB Tomás Meroño, coprimer firmante del estudio, explica: «Constatamos que una adherencia a la dieta mediterránea evaluada por un panel de biomarcadores dietéticos se asocia inversamente con la mortalidad a largo plazo en las personas mayores, lo que apoya el uso de estos indicadores en evaluaciones de seguimiento prolongado para observar los beneficios para la salud asociados a la dieta mediterránea».
El estudio se titula «Adherence to the Mediterranean diet assessed by a novel dietary biomarker score and mortality in older adults: the InCHIANTI cohort study». Y se ha publicado en la revista académica BMC Medicine.
Fuente: UB