Del Libro “La Batalla de La Tablada 200 Años” De: Juan Ticlla Siles:
Noticias sobre los progresos de la Madrid 62
Situado el cuartel general de La Serna en Salta, se supo que la atrevida expedición del coronel D. Gregorio Araoz de la Madrid a las provincias del Alto Perú tenía por objeto sublevarlas en mayor escala fomentando en ellas la rebelión, contando el efecto con hallar muy disminuidas sus guarniciones a causa del movimiento que el ejército había emprendido; y ya hemos indicado el carácter emprendedor y temible de este caudillo. También empezó a correr la triste noticia de que el general de Buenos Aires San Martin había penetrado en el reino de Chile y ganado en febrero de este año sobre el presidente Marcó del Pont la batalla de Chacabuco, que puso a disposición de los independientes un país que se pretendía ayudar a defender con el movimiento en que se hallaba empeñado el ejército real del alto Perú.
Retirado por enfermo de Tarija el comandante general brigadier D. Antonio María Álvarez, se encargó del mando de esta provincia el comandante D. Mateo Ramírez, enviado allí desde Jujuy con el designio de organizar un batallón sobre las dos compañías del primero y segundo regimientos extinguidos, que formaban parte de la guarnición. Al propio tiempo el capitán de caballería D. Andrés Santa Cruz debía completar un escuadrón sobre la compañía que acababa de mandar. Más adelante veremos cómo este Santa Cruz tomó partido con los independientes, entre quienes obtuvo la graduación de gran mariscal y el alto cargo de presidente. La facción que acaudillaba Uriondo, fuerte de 400 hombres, se acercó la villa de Tarija para impedir la referida organización de tropas. Deseoso Ramírez de desembarazarse de las molestas correrías, resolvió buscarlo y batirlo, lo que consiguió cumplidamente causándole sobre 2OO hombres de pérdida, la mayor parte prisioneros, a costa tan sólo de 15 realistas muertos y heridos; pero la custodia de esos prisioneros vino a aumentar entorpecimientos a su comisión y situación.
El coronel enemigo la Madrid, después de la sorpresa de Humahuaca, instruido de la falsa posición de Ramírez, marchó contra Tarija y, uniéndosele al pie de la cuesta del Inca el caudillo Méndez con su partida, sorprendió y derrotó los 40 caballos y los 25 infantes que al mando de Santa Cruz ocupaban la Concepción: pasó en seguida a poner sitio a Tarija, en cuya villa después de una proporcionada resistencia, se vio Ramírez obligado a rendirse, estipulando que los oficiales conservarían sus espadas y equipajes, y que serían todos decorosamente tratados hasta ingresar en los depósitos de Buenos Aires.
La noticia de la rendición de Tarija corrió rápidamente por las provincias inmediatas, y en su virtud el brigadier Ricafort, que su hallaba en Potosí, se adelantó hacia Tupiza con parte del batallón de granaderos de Reserva y algunos piquetes sueltos de otros cuerpos. El brigadier O-Relly con el batallón de Verdes, parte del de Chichas y una compañía de caballería ocupó sucesivamente las alturas de Cinti a la Puna; pero el astuto la Madrid, que llevaba el plan de correrse más a retaguardia, distrajo con habilidad la atención de ambos jefes. Mientras que se dirigía con prontitud por las márgenes del río Pilaya y los llanos de Culpina hacia Chuquisaca, hizo adelantar al cabecilla Raya en dirección de Tupiza y otra gruesa facción en la de los altos de Cinti con el objeto de entretener a los brigadieres Ricafort y O-Relly y ocultarles su verdadero movimiento, para lo que le servía de mucho la opinión del país. Raya llevó su arrojo hasta empeñarse con los puestos avanzados de Ricafort, y fue por ellos derrotada su facción, quedando él herido y prisionero. El éxito de este encuentro aceleró la reunión de la columna, que mandaba el teniente coronel García del Barrio, precedente de Jujuy, que se verifico en Mojo.
La facción encargada de entretener al brigadier O-Relly desempeñó más cumplidamente las miras de la Madrid, pues se hallaba ya este a las puertas de Chuquisaca, cuando aquel aseguraba oficialmente que lo tenía a la vista. A las inmediaciones de esta capital hizo la Madrid prisionero el escuadrón de la Laguna, porque su comandante D. Eugenio López, aunque muy valiente y acreditado, incidió en el error de tomar a los independientes por la columna del coronel Ostria, se aproximó sin precaución y fue hecho prisionero con toda su tropa Enterado la Madrid de que la guarnición de Chuquisaca estaba reducida a una compañía del Centro, de la que era capitán el esforzadísimo D. José Rufo, que se ignoraba absolutamente su proximidad, y que el batallón del Centro se hallaba 12 leguas en Tarabuco, creyó fácil la ocupación de la ciudad, marchó seguidamente sobre ella y se situó en la Recoleta a las nueve de la noche del 20 de mayo.
Para este tiempo ya se habían construido unos tambores bastante sólidos a distancia de una cuadra o manzana de la plaza de Chuquisaca con las correspondientes aspilleras para los fusiles y troneras para cañones. Se había prevenido en la plaza que a la señal de un cañonazo acudiesen todos los vecinos aptos a las fortificaciones para defenderlas, precaución tomada contra las facciones de la provincia, que todos temían porque a nadie solían respetar. Ignorante de esta circunstancia la Madrid mandó hacer un disparo de cañón en la Recoleta al amanecer del 21, y creyéndolo la señal convenida la guarnición y el paisanaje acudieron con diligencia a sus puestos. La Madrid intimó luego la rendición, y grande fue la sorpresa que causó el habérselas con un jefe de su actividad y nombradía, cuando se tenía la idea de resistir a los indios alzados; sin embargo, se le contestó con nobleza a que contribuyó mucho la brava decisión del capitán Rufo. Entonces ataco la Madrid los atrincheramientos, y calculando por la inesperada resistencia que encontró el tiempo que necesitaría para triunfar, mayor tal vez del que emplearía en venir de Tarabuco el batallón del Centro si era oportunamente avisado, desistió del ataque y tomó la dirección de dicho cuerpo.
Mientras la Madrid se encaminaba diligentemente a Tarabuco había salido de este punto el ayudante D. Felipe Ribero con 100 hombres de su batallón, los 50 montados, y con el objeto de dar un golpe a una pequeña facción que se creía inmediata. En la noche del 21 de mayo se encontraron inesperadamente sobre la marcha las fuerzas de la Madrid y de Ribero: éste se arrojó sobre los enemigos con la decisión, que creídos las había con la columna de la Hera; tuvo la fortuna de dispersarlos con alguna pérdida, y aun se tuvo por cierto que Ribero desarmó a la Madrid en combate personal. Por los prisioneros que los realistas habían hecho, supo Ribero el número y clase de enemigos con quienes se había empeñado, y como no ignoraba la facilidad con que los dispersos se volvían a reunir, tuvo la plausible cordura de retirarse, avisando de todo al jefe de quien dependía, y se incorporó con su cuerpo en el cerro de Carretas. Desde esta fuerte posición reconoció la Hera a la Madrid el 22, y en seguida maniobró con habilidad; y engañando al enemigo llegó el 23 del mismo mes a Chuquisaca, de donde habían salido ya por extraordinario repetidos avisos a los brigadieres Ricafort y O-Relly.
El general Tacon, que había quedado con el mando superior militar durante las operaciones del general en jefe en la provincia de Salta, y que podía haber dado conveniente unidad a los movimientos contra la Madrid, se había contraído solo a su gobierno de Potosí, y aun desgraciadamente había salido con licencia para Lima algunos días antes de los últimos sucesos ocurridos en Charcas. El vacío que dejaba este general en aquellas críticas circunstancias era harto sensible, pues, aunque el virrey había librado nombramiento de segundo en jefe del ejército de operaciones a favor del digno brigadier Ricafort, era conocidamente resistido por el de la misma clase O-Relly. Fundándose únicamente en su mayor antigüedad.
Sin embargo, reunidos estos dos nobles jefes en el pueblo de Puna, y con los partes de Chuquisaca a la vista, acordaron que el brigadier O-Relly, reforzado con la mayor parte de la columna del García del Barrio y algunos granaderos de Reserva, marchase inmediatamente a Charcas en persecución de la Madrid, en cuya capital entró a fines de mayo. A principios de junio continuo O-Relly sus operaciones incorporándosele el coronel la Hera con el batallón del Centro, el cual con algunos caballos tomó desde luego la vanguardia; La división O-Relly dio vista al enemigo en posición a las inmediaciones del pueblo de Yamparaes, se dispuso seguidamente el ataque, pero los independientes se pusieron con tiempo en retirada, sosteniendo un ligero tiroteo de guerrillas. No conocedor la Madrid del terreno cometió el error de dirigirse a la Laguna, y más prácticos los realistas se encaminaron con seguridad a Sopachuy. El enemigo forzando sus marchas llegó a este pueblo el 11 de junio, horas antes que los españoles. El batallón del Centro; que llevaba la vanguardia, se lanzó arrojadamente al ataque, y derrotó completamente al enemigo casi sorprendido, distinguiéndose brillantemente el expresado la Hera y muy particularmente su segundo D. Baldomero Espartero. La Madrid perdió sobre 300 hombres entre muertos, heridos y prisioneros, las dos piezas de artillería que llevaba, todo el parque con sus municiones, una bandera, 500 fusiles, igual número de caballos y mulas, porción de sables y todos sus papeles, rescatando además los realistas al escuadrón de la Laguna, prisionero, como se ha dicho, en las cercanías de Chuquisaca. El batallón de Potosí continuó por algún tiempo la persecución de los dispersos, y el brigadier O-Relly regreso luego a Chuquisaca, de donde partió para el ejército, dejando en esta capital el batallón del Centro.
La Madrid con los miserables restos de su fuerza que pudo reunir tomó la dirección de Tarija por los valles del Pilcomayo y del Pilaya, y con esta noticia activó el general en jefe en Tupiza la salida del brigadier Ricafort para aquella provincia con los dos batallones del Imperial Alejandro, el escuadrón de Cazadores y dos piezas de artillería, no sólo con el fin de someterla otra vez a la legitima obediencia, sino con el designio de poder salir al encuentro de la Madrid, cosa a la verdad muy difícil de conseguir en un país tan extenso, tan montuoso y del cual eran tan prácticos los enemigos. A fines de julio ocupó el brigadier Ricafort la villa de Tarija; pero ya había pasado aquel caudillo hacia Humahuaca y la Nueva Orán aunque a costa de algunos hombres que se vio obligado a abandonar por extremadamente cansados y muy enfermos. Ricafort se dedicó con ahínco y acierto a la pacificación de la provincia por la que vagaban las facciones de los cabecillas Uriondo, Méndez, Garay, Rojas y Guerrero. Con igual eficaz esmero se atendía a la persecución de los indios alzados en algunos puntos de retaguardia, preparándose de este modo el Alto Perú a disfrutar de las dulzuras de un benéfico sosiego, cuyas esperanzas aumentaba la conducta noble, generosa y ajustada del general La Serna, en donde su autoridad se extendía.
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¿QUÉ SUCEDIÓ EL 15 DE ABRIL DE 1817?
¿QUIÉNES FUERON SUS PROTAGONISTAS?[63]
ELÍAS VACAFLOR DORAKIS
La transcripción y estudio realizado por Elías Vacaflor Dorakis el día miércoles 2 de junio de 1999 del Expediente de Gaceta de Buenos Aires -Edición 22 de mayo de 1817 (4 fotocopias), remitido desde Buenos Aires (Argentina), y otra documentación obtenida del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (Sucre).
De la lectura minuciosa y transcripción realizadas, se llega a las siguientes conclusiones:
Hubieron varios escenarios y dos fechas de los enfrentamientos:
LUNES 14 DE ABRIL DE 1817
-Araoz de La Madrid y su tropa, ingresó a la Villa de Tarija a través del Abra del “Gallinazo” (actual ruta al Lago de “San Jacinto”), a 16:00 horas.
-El Capitán de la Primera Compañía de “Húsares”, Manuel Toro, los Capitanes Alejo Colet del Número “2”, Alejandro Carrasco de “Dragones de las Milicia de Tucumán” y el Capitán de “Gauchos de Santa Victoria”, José Antonio Ruíz, posteriormente fueron trasladados por los Patriotas al mando de Francisco Pérez de Uriondo al Campo de “Las Carreras” (actualmente Parque “Bolívar” y “Stadium IV Centenario”). Posteriormente, se realizaron los primeros enfrentamientos entre Patriotas al mando de La Madrid y; Realistas, al mando del Cnel. Mateo Ramírez. Fruto de ello, murieron 2 soldados al cruzar el Río “Guadalquivir” y el herrero de la tropa de La Madrid.
-Horas más tarde, los Oficiales Toro y Ferreira y sus respectivas tropas, se dirigieron y ocuparon el Alto de “San Juan”.
-Casi al finalizar la tarde del 14 de abril, la acción coordinada de las tropas Patriotas (argentina y tarijeña), se habían adueñado de la situación e impuesto su posición militar. Razón por la cual, Araoz de La Madrid, desde el “Gallinazo”, mandó a su Ayudante Manuel Cainzo, llevar la Primera Intimidación de Rendición al Comandante español de la Villa, Cnel. Mateo Ramírez, quién la rechazó.
-Inmediatamente, Araoz de La Madrid ordenó al Capitán Mariano García, dirigirse al Alto de “San Juan” para reunirse con José Martín Ferreira.
-El capitán Francisco Pombo de Otero, se quedó en la barranca del Río “Guadalquivir”.
-Manuel Segovia con su gente, ocupó los corrales llamados del “Matadero” (actual Plazuela “Uriondo”).
-En horas de la noche, Araoz de La Madrid con su escolta (20 Húsares, 12 Infantes y 4 Dragones), luego de recibir el Parte del Mayor Giles, descendió desde el “Gallinazo” y se dirigió al Campo de “Las Carreras”.
-Luego ordenó al capitán Otero con García y Ferreira subir al “Gallinazo” y proteger el acceso a la Villa. A los Capitanes Toro, Segovia, Colet y Carrasco, instruyó que junto a las tropas Patriotas tarijeñas al mando de Pérez de Uriondo, rodearan la Villa de Tarija y sitiar a las tropas Realistas al mando de Mateo Ramírez.
CONCLUSIÓN 14 DE ABRIL DE 1817:
1 Al finalizar la noche del 14 de abril de 1817, la Villa de Tarija estaba totalmente tomada por las tropas Patriotas y; las tropas Realistas al mando de Ramírez, encajonadas y atrincheradas en el edificio del Cabildo Capitular sin ninguna posibilidad de revestir esa desventajosa situación.
2 Las tropas argentinas al mando de Araoz de La Madrid, recibieron el apoyo logístico de Francisco Pérez de Uriondo y otros caudillos.
3 Araoz de La Madrid, no menciona por escrito los nombres de Francisco Pérez de Uriondo, Eustaquio Méndez Arenas u otros patriotas tarijeños.
4 Merece especial atención la mención escrita de la participación de tres patriotas tarijeños: los Capitanes Juan Esteban Garay, Matías Guerrero y Manuel Segovia (sobrino de Eustaquio Méndez Arenas).
5 Las dos tropas -léase Patriota y Realista- que estaban en la Plaza, no participaron en absoluto del Combate de “La Tablada”.
MARTES 15 DE ABRIL DE 1817
-El área comprendida por la plaza de Armas y el edificio del Cabildo capitular (actualmente H. Concejo Municipal), estaba totalmente rodeada por la tropa patriotas tarijeñas al mando del coronel Francisco Pérez de Uriondo.
-En la madrugada, Araoz de La Madrid ordenó a Otero ocupar el alto de San Juan.
-El patriota tarijeño Manuel Segovia, con su compañía y parte de la primera de húsares al mando del teniente Rafael Riesco, fueron a ocupar las calles de San Francisco (actual Daniel Campos) y San Agustín (actual Sucre).
-Luego Araoz de La Madrid se dirigió al alto de San Juan y ahí instruyó al capitán Colet con su compañía y a Carrasco con la suya dirigirse hacia las fortificaciones españolas construidas cerca de la capilla de San Roque.
-Desde el alto de San Juan se hicieron varios disparos de cañón a la fortificación española (San Roque) y al Cabildo capitular.
-Araoz de La Madrid fue informado a las 9 de la mañana, que la tropa española al mando de Malacabeza, acantonada en el valle de La Concepción, estaba en la pampa de La Tablada.
-Por esa razón suspendió el ataque a las tropas de Ramírez, ubicadas en la plaza, y se dirigió con su escolta rumbo a La Tablada, pasando por San Roque, campo de Las Carreras, cruzó el río Guadalquivir y subió la cuesta del Gallinazo para enfrentarse con las tropas españolas. Toda la oficialidad y tropa al mando de Araoz de La Madrid eran de nacionalidad argentina, en su mayoría tucumanos.
-La fuerza patriota estuvo conformada por 42 combatientes: 20 húsares, 12 infantes, 4 dragones; y los oficiales: José Martín Ferreira, Francisco
Pombo de Otero, Manuel Cainzo, Lorenzo Lugones y Gainza respectivamente.
-La fuerza realista estuvo conformada por 140 combatientes al mando de Malacabeza (caballería y artillería).
-Luego del combate, las tropas españolas derrotadas arrojaron un total de 65 muertos, 40 prisioneros, armamento, cabalgaduras y caballos, etc.
-A media tarde Araoz de La Madrid retornó al alto de San Juan y desde allí, mediante el capitán García, le hizo la segunda intimidación de rendición a Mateo Ramírez, quién la aceptó.
-Posteriormente, toda la división española: Mateo Ramírez, 3 tenientes coroneles, 1 graduado, 3 capitanes, 2 ayudantes mayores, 4 tenientes, 8 subtenientes y 234 soldados se dirigieron al campo de Las Carreras, donde se rindieron ante las tropas patriotas al mando de Araoz de La Madrid y de Pérez de Uriondo.
CONCLUSIÓN 15 DE ABRIL DE 1817
1. En el Parte Militar remitido el 18 de abril de 1817 desde la Villa de Tarija por Gregorio Araoz de La Madrid a Manuel Belgrano en Tucumán y publicada en la edición extraordinaria de la Gaceta de Buenos Aires el 22 de mayo de 1817, no menciona a Francisco Pérez de Uriondo, Eustaquio Méndez Arenas y otros patriotas tarijeños.
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VICTORIA DE LA TABLADA EN TARIJA[64]
TOMÁS O'CONNOR d'ARLACH
A pesar del cuidado y vigilancia de los españoles, el activo y valeroso general argentino don Gregorio Araoz de La Madrid tomó en los primeros días de marzo la plaza de Humahuaca y se apoderó del parque íntegro que allí tenían los realistas, resolviendo poco después marchar sobre Tarija, de cuyo gobierno se había ya hecho cargo el comandante Ramírez, teniendo allí una buena fuerza a sus órdenes.
Desocupada la plaza de Humahuaca por las fuerzas de La Madrid, volvió a ser ocupada por una columna realista el 9 de marzo. Entre tanto, el jefe argentino con poco más de 400 hombres continuó su marcha lentamente hacia el Norte.
Méndez al tener noticia en sus pagos de San Lorenzo de la aproximación del general La Madrid, reunió su gente y tomando caminos extraviados, se fue en su alcance, sin que pudiera evitarlo Ramírez.
Entre los oficiales del ejército realista que con éste vinieron a Tarija se hallaba el capitán de caballería don Andrés de Santa Cruz, quién más tarde llegó a ser general de los ejércitos de Bolivia y el Perú, presidente en ambas repúblicas y Gran Mariscal de Zepita.
El Capitán Santa Cruz vino al mando de setenta dragones que le servirían de base para la organización de un regimiento de caballería de pocos soldados tarijeños, reconocidos como eran estos unánimemente en todos los ejércitos del Alto Perú, como los mejores en dicha arma. Con este objeto pasó al valle de la Concepción, y casualmente se encontró en Tarija el día de la llegada de La Madrid.
Méndez se había unido ya al general La Madrid en la cuesta del inca, y marchaban juntos sobre Tarija, donde se produjo una gran alarma al saberse esa misma tarde la noticia del triunfo obtenido en La Tablada por las tropas de La Madrid, en el combate de ese día (14 de abril de 1817).
El 15 de abril, el General La Madrid, a quién se habían incorporado ya con sus fuerzas, que pasaban de mil hombres, los guerrilleros tarijeños Eustaquio Méndez, José María Avilés y Manuel Uriondo, acampó con estas tropas en la colina de San Juan, desde donde saludó a la plaza con un disparo de cañón, enarboló la bandera celeste y blanca e intimó rendición a las tropas realistas que ocupaban la ciudad a órdenes del gobernador, comandante Mateo Ramírez. Esto pasaba a las dos de la tarde. «El jefe español, ante la amenaza de los patriotas y el grave peligro que corría, se rindió y el General La Madrid ocupó la plaza»[65]
Ramírez estipuló en el acta de la rendición que todos los jefes y oficiales realistas que acababan de capitular, conservarían sus espadas y sus equipajes, y serían tratados decorosamente y con las consideraciones debidas a sus respectivas graduaciones hasta ingresar en los depósitos de Buenos Aires. Proposición que fue eficazmente apoyada por Méndez y generosamente aceptada por el General en jefe La Madrid, quién dio amplias garantías a los vencidos; y a las cuatro de la tarde tomó posesión de la ciudad, en la que entraron con él, Méndez, Avilés y Uriondo, con las fuerzas que comandaban.
La noticia de la rendición de Tarija -dice García Camba- corrió rápidamente por las provincias inmediatas, y en su virtud, el brigadier Ricafort, que se hallaba en Potosí, se adelantó hacia Tupiza con parte del batallón Granaderos de reserva y algunos piquetes sueltos de otros cuerpos. El brigadier O’Relly, con el batallón Verdes, parte de Chichas y una compañía de caballería ocupó sucesivamente las alturas de Cinti a Puna; pero el astuto La Madrid, que llevaba el plan de correrse más a la retaguardia, distrajo con habilidad la atención de ambos jefes[66].
Pocos días permaneció el General La Madrid en Tarija, donde fue muy agasajado y de cuyo vecindario hizo siempre grandes elogios a mediados de mayo, dejó de gobernador de la provincia, al que más tarde fue General José María Avilés, y con sus 400 soldados argentinos y más de 500 tarijeños que llevó de los escuadrones de Méndez, Avilés y Uriondo, siguió su marcha en dirección a Chuquisaca.
[62] [Andrés García] Camba. Memorias para la historia de las armas españolas en el Perú. Madrid
Horte-lano, 1846: 259-264. [T]
[63] Elías Vacaflor Dorakis. "¿Qué sucedió el 15 de abril de 1817? ¿Quiénes fueron sus protagonistas?". Felicidades Tarija! Los héroes desconocidos de la batalla de La Tablada. Tarija: Nuevo Sur, 2016: 4-5. [T]
[64] Tomás O'Connor d'Arlach. Tarija, bosquejo histórico. La Paz: D. Bosco, 1974: 84-86. Título según el sumario de los capítulos XIII-XVIII. [T]
[65] Historia de Bolivia. [O]
[66] Memorias citadas. [O]