Fragmentos del libro del Prof, Julio Humberto Arce Arce:
“El Llurito de mis recuerdos" Añoranzas y Nostalgias
EDIFICIOS PÚBLICOS
Eran pocos y entre ellos citamos el:
MERCADO. - De construcción muy antigua, como el actual, que ocupa el mismo solar se halla ubicado una parte en la calle Bolívar, calle Sucre y el resto en la calle Camacho, hoy Avenida Domingo Paz.
En realidad, estaba construido en medio manzano. A la Bolívar daban las oficinas de la Intendencia Municipal y dentro un corredor, continuación de El Reparto a la calle Sucre; en la que se abrían pequeñas y viejas tiendas de "todo", ya que en ellas se vendían lienzo, otras telas, azúcar, café, etc., etc.; entre ellas se abrían dos portones, el primero para el ingreso de los compradores de abastos y que también servían para retener a los asnos mostrencos o sin dueños que si no aparecían a tiempo, se remataban; el otro parten también para las empleadas y amas de casa, servía para la venta de pan, tortillas de maíz y aloja y, también para el ingreso de los porteadores en largos palos, de la carne.
El Interior estaca dividido por el galpón para la venta de carne, formando pilares y rejas; habían entonces dos patios rodeados de puestos de venta variada o "caktos", en los que las "cakteras" vendían también de todo como: azúcar, café en grano, "puigscas", escarminadores de hueso para los parásitos de la cabeza, "cejgranas", ollas de barro, cedazos y "copajampis".
En el primer patio había una pequeña pila con su brocal de piedra labrada y de esa pila obtenían el agua para atención de los usuarios del Mercado y también para los vecinos de las calles anteriormente nombradas.
En el segundo patio se ubicaban las cocineras que sentadas en el suelo, exponían sus comidas en grandes fuentes de barro vidriado y con solicitud, ofrecían lo elaborado con mucha sazón, y así el que pasaba como presunto cliente, le ofrecían diciendo: "venga a la probada" y, el cliente, quieras que no, se veía obligado a pedirse un buen plato de saice, ají de patas, de panza o de ubre, por medio (cinco centavos...) y después venía la "yapa"; el bistec adornado con mucho "jugo" de cebolla frita y un huevo "estrellado, costaba real y medio... (quince centavos).
Al fondo en un rincón, estaba un corral que servía para encerrar a los animales mostrencos en la noche y, también para quien se sienta apremiado por alguna imprevisible necesidad fisiológica, se desahogue y haga tranquillo entre los burros sus "necesidades" cuidando de no ser impelido ex abruptamente, por algún chancho encerrado por ambular descuidado por alguna calle sin que lo advierta su dueño...
MATADERO.- Pasando la quebrada que cortaba la calle Colón, mejor a su orilla, estaba ubicado el Matadero, cercado por cuatro altas paredes de adobe y al centro, un galpón o cobertizo de pilares y el piso apenas enlozado, en el cual se hacía el derribe de la res en forma sumamente cruel y rutinaria que, era mejor no ver: se lavaban las diversas partes de la res, se las clasificaba para los distintos carniceros (hoy se los llama más decentemente matarifes) y la carne así cuartada era conducida al mercado, mientras las vísceras como, los chunchulis y tripa gorda se vendían ahí nomás directamente, a las cocineras; nosotros muchachos íbamos a comprar "pugkuchos" que inflados nos servía de pelota de fútbol, eran las vejigas a fuerza de golpearlas las dilatábamos más; con tal motivo se libraban las medias de algodón y de uso diario de las mamás que preferían dar el medio o cinco centavos y no quedarse sin medias.
LOS CARNICEROS.- Los carniceros eran personas ya no jóvenes y en el gremio se daban cierto rango, sabían tratar y atraer al presunto cliente, al que lo trataban con respeto, si era ama de casa,' la llamaban señora venga, mire que tengo buena carne a su satisfacción; si era el jefe del hogar, lo mismo y hasta a la empleada, la llamaban "caserita" visíteme y así ofrecían su mercancía que en aquellos tiempos, no hay nada que decir era gorda y de buen aspecto. Es que ellos, los carniceros tenían buen cuidado de comprar y hacer faenar en el matadero, buenas reses o directamente, sin intermediarlos las compraban de los dueños. Es que entonces no se sacaba ganado para las minas o se sacaba poco y los ganaderos eran más cristianos...
El cliente escogía con derecho, lo que iba a comprar, sea una zaraza, un costillar, el lomo o la "matambre"; pero siempre el carnicero vendía a gusto del dueño, no como ahora lo son: mal educados, prepotentes como si la carne que venden la regalaran, sobre todo como ocurría en las épocas de las "huaicas" y las "colas".
Hoy se vende de todo, hasta los cuernos y antes el llamado "boje" (pulmones) y la quiucha o hígado se regalaba al cliente para sus gatos o perros.
EL CEMENTERIO
Antes habíamos escrito sobre la sanidad y los vivos y ahora lo haremos sobre los que se van o se han ido y ... al reinado, de los que hicieron "el viaje sin retorno".
Como hoy, el Cementerio ocupaba el mismo solar, aunque ha crecido como creció la población y... aumentaron los médicos...: Que me perdonen éstos, lo dicho es en broma! Porque tengo la "tincka" que a la larga quieras que no alguna vez voy a caer en sus manos.
Todo el cementerio estaba encerrado entre tres muros y en el fondo la "Víbora Negra"; los muros derruidos y apenas amparados por viejas plantas de puyas. De entrada, la fachada estaba constituida por altos y débiles pilares que terminaban en arcos que en cualquier momento iban a caer de seguro encima de los que se animaban a cruzarlos, menos mal que los que iban a ser enterrados... nunca se darían cuenta de lo ocurrido.
De la arcada principal se bajaba al plano mismo del cementerio, donde comenzaba una larga avenida de viejos pinos, hasta llegar a la antigua sección donde se hallaban, la vieja capilla, hoy destruida y las tumbas de las gentes pudientes, ya que la mayoría se enterraba directamente en la madre tierra (obreros y campesinos).
Fue nuestro inolvidable "Turco Rubio", don Isaac Attié Concejal Presidente hizo derrumbar o demoler la antigua fachada que ya lo dijimos era un peligro e hizo hacer la actual, construir los nuevos muros y varias corridas de nichos para alquilarlos.
También hizo construir una pequeña capilla en lugar de la morgue.
Al cementerio se llegaba por una corta calle bordeada de frondosas jarkas y molles, en cuyas ramas para el Día de Difuntos, chiquillas y muchachos colgaban columpios de sogas para "sacar almas".
La capilla casi histórica al final se cayó y hoy sólo existe de ella los cimientos; mientras muchas de las tumbas o mausoleos que antes mirábamos han desaparecido con el tiempo y ni los familiares de los enterrados en aquellos, existen.
En homenaje a los muchos soldados que viniendo del Campo de Operaciones murieron en nuestros hospitales, (muchos de ellos debían pasar al norte) don Isaac hizo construir la "Cripta Al Soldado Desconocido" sobre una fosa donde se los ha enterrado y cada 14 de junio reciben el homenaje de recordación de los Beneméritos de la Patria Tarijeños.
EL TEATRO "GENERAL BERNARDO TRIGO"
Entre el Colegio Nacional "San Luis" y la "Casa de las Palmeras" existía hasta después de la contienda chaqueña, el Teatro "General Trigo", de gratos recuerdes para el que estas líneas escribe; en él fueron nuestros primeros ensayos de artistas- debutantes: entonces había cariñoso respeto por el culto de las artes entre la juventud especialmente, por la música y el teatro; esto tal vez, por la sucesiva presencia de compañías teatrales, españolas, representantes del arte argentino y chileno, los aficionados en ésta, teníamos nuestros centros culturales dirigidos por los pedagogos chilenos: Estela Gálvez de Piñeiro y su esposo don Adolfo Piñeiro y representábamos obras de los hermanos Álvarez Quinteros y otros autores.
Aún recordamos a la compañía de teatro español, los Reyna y Vaca Díaz, Cantera Villanova; los hermanos Gassols, la compañía de Juan Antonio Barrenechea y de las Hermanas Traverssi, chilenas y otras. Muchas nos brindaban no sólo comedias y dramas sino agradables zarzuelas y otras obras ligeras.
El teatro tenía su fachada sobre la calle "La Palma" hoy Gral. Campero con tres puertas enormes especialmente la del medio, la más ancha que se abrían en un amplio hall, de este se pasaba a la platea, rodeada de bajos palcos en media luna interrumpida por el pasillo y que al fondo dejaba lugar al escenario; delante, había un piano francés. Del hall, había dos pasillos que llevaban al escenario y del de la derecha partía una gradería que conducía al anfiteatro y se prolongaba la "galería" y al último piso llamado del "gallo". En veces el teatro era lleno en todas sus reparticiones y la asistencia era todo un éxito de taquilla... tanto gustaba las representaciones teatrales como también el cine mudo cuando se daban películas policiales y de cow-boys con Willian S. Hart, Tom Mix o las cómicas de los Sánchez, Laurel y Harvis, Harold Lloy, Carlitos Chaplín, etc...
En ambos lados del escenario y en tres pisos se disponían los camarines para los actores.
Pasada la guerra del Chaco, a don Eulogio López que daba las películas mudas, le sucedió un señor chuquisaqueño que trajo las habladas, era don Gerardo Caballero, todo una novedad...
Parece no más que el cine acabó con el teatro, en esta Tarija, se prefería el cine, ya no había interés en las representaciones, se perdió el gusto exquisito de las gentes, de los aficionados y hasta el mismo teatro, parecería que se contagió de algo...una tarde por falla y humedad de un servicio, una pared se desboronó y el teatro se vino abajo aplastando butacas y quedó reducido a un montón de escombros cuya presencia era todo un escarnio por muchos años para el pueblo por desidia de las autoridades, hasta que al construirse el nuevo edificio del Colegio Nacional "San Luis" se lo hizo desaparecer y desde entonces no tenemos teatro... Melpómene y Talia quedaron olvidadas...
Ya nadie se acuerda de aquel viejo teatro, ni ninguna autoridad ha pensado que ya Tarija ha crecido y que como otros pueblos merece tenerlo para incentivar y despertar la afición por el culto a un arte y que dice mucho de lo que se llama cultura.
ESPECTÁCULOS EN GENERAL
EL CINE.- Era uno de los pocos espectáculos más populares, lo llamábamos también Biógrafo y comenzó en un patio amplio, en la casa de don Carlos Cherroni, donde los hermanos Campanini improvisaron aquel, al aire libre con una máquina movida a manivela, una pantalla de lienzo trenzado y entre dos largos palos de eucalipto, sillas plegables y bancas. Era cine mudo y se pagaba tres reales y el que iba tarde se quedaba sin asiento y había que pasarla parado contra la pared o un pilar...
Como era al aire libre, empresarios y público rogaban a la naturaleza que la luna no muestre y vele las imagines y sobre todo que... no llueva…
Mucho después, como los Campanini se dedicaron a otras actividades, fue don Eulogio López quien puso otra máquina también a manivela en el Teatro General Trigo. Sólo había proyección y era más cómoda y costaba un boliviano en platea o palco, ochenta centavos en anfiteatro y cincuenta en galería y a gallo, treinta centavos.
Desde las siete y treinta la banda de música invitaba al público a que asista, mediante foxtrots, tangos, bailecitos y cuecas y el público compraba sus entradas en la ventana de la esquina; con el último caluyo ingresaba al teatro a veces con lleno completo, especialmente cuando habían películas de Tom Mix, Buck Jones y Willian Hardt o los cómicos, Max Linder, Chaplin o Harold Lloy.
Don Eulogio le daba a la manivela y a veces se le iba la mano, pasaban las películas o mejor las imágenes muy rápido y los de galería y gallo gritaban; don Eulogio que no siempre estaba de humor, entonces lo hacía exageradamente lento y el público gritaba más; pretexto para cortar la película, encender las luces del teatro y revisar el anfiteatro sino se habían colado los de galería como ocurría siempre.
Fue después de la guerra que Don Gerardo Caballero hizo traer cine hablado y ya se pueden imaginar la emoción del público con las películas habladas, los ruidos, etc. y peor cuando en el cine Rex se dieron las que se decía tridimensionales... emociones, bochinche, susto y todo lo demás hasta que la gente se acostumbre.
Con el tiempo aparecieron nuevos locales de cine construidos para tal objeto, con lo que el teatro y los actores, tanto aficionados como profesionales se acabaron; peor cuando el teatro General Trigo se derrumbó.
Si antes se realizaban veladas literarias, representaciones del teatro español cuando venían compañías o cuando las representaban jóvenes aficionados de los centros culturales: Tomás O'Connor D'Arlach, Vanguardia, Democracia, Bolivian Eagle y 15 de Abril, tanto quienes los componían fallecieron como Colincho Molina, Turquito Colodro, Julio Lema, Alberto Sánchez Rossel y don Adolfo Piñeiro que era el de la iniciativa y algunas veces excelente actor, a el lo vimos actuar en las obras: Veinte años o la vida de un jugador, La Carcajada y otras. Pero todo ya pasó y sólo vive en el recuerdo de los que aún quedamos.
JUVENTUD Y DEPORTE
Pese a que adolescentes, ya nuestros tusos habían adquirido mayor diámetro y muchos ya jovencitos hacía rato, habían "cambiado la voz", en las piernas había vello oculto por las largas medias que se usaban hasta la rodilla y que ya en el labio superior aparecía un esbozo de bigotito; adolescentes y jovencitos del colegio Nacional, jugábamos el salta león, metapaso, tuncuna, las bolitas o canicas, las pilladitas y la mancha. Nos dirían muchachos retardados a diferencia de los adelantados de ahora.
También éramos campeones de carrera limpia y de obstáculos, sobre todo cuando había que escapar de los rondas o de los mayordomos y perros, cuando íbamos a los "rompe"...
Llegó a Tarija en buena hora don Adolfo Piñeiro y como profesor y director, despertó en la muchachada el fervor por el deporte, especialmente, el fútbol y el scoutismo, nos enseñó el balompié (fútbol), su técnica, sus reglas y el lenguaje apropiado como: golkkeper, backs, halbacks, forwards, wing, hands, etc., había que saber inglés y si no era jugador completo...
El primer partido se realizó en lo que ahora es la Plaza Sucre: hubo algunos descaderados y muchas canillas "lajgradas"... todo sea por el deporte. Desde entonces se improvisaron varias canchas y nacieron algunos equipos como el Self gobernimant, Bolivian Eagle, Roy al Obrero y 15 de abril; pero también en las horas de recreo nosotros los adolescentes, improvisamos equipos y jugábamos con medias de nuestras mamas, embutidas de pedazos de trapo o lana y también con "pugcunchos".
No importaba donde estaba la pelota la cuestión es que más que cachanear nos ocupábamos de pechar, hacer montón y caer sobre él, las zancadillas eran permitidas, menos las patadas en las canillas...
Entre los pioneros del fútbol, no olvidamos a Adolfo Echart, Delio Echazú, José Navarro, Deterlino Caso hijo, Alberto Rodo Pantoja, Julio López y otros que escapan a la memoria.
Fundado el Bolivian Eagle, de ese club se desprendió el grupo de Scouts; se dice que, fue el primero en Bolivia y llevaba el mismo nombre del club, jefe era don Adolfo y de las girlscouts su señora doña Estela.
La brigada de scouts hizo varios viajes y uno de ellos fue a la sede del gobierne cuando el primer Centenario de la República, el 6 de agosto de 1925.
A su retorno lo hicieron, como debía ser, a pie desde Villazón, cruzando las pampas de Salitre, trepando Pulario, las lagunas de Tacsara, llegando a Iscayachi y trepando las serranías de Sama para bajar a Tarija. De aquellos creemos que ya no quedan vivos, ninguno.
Posteriormente se fundaron otras brigadas como La Zilveti y La Pantoja, nombres que corresponden a dos de nuestros héroes de la guerra con el Paraguay, Gilberto Zilveti y Enrique Pantoja, tarijeños de cepa.
De aquellos viejos jugadores y scouts recordamos algunos nombres y es bueno citarlos como: Matóte Trigo V, Humberto Lema, Tuquito Colodro, Pablo Colodro, Colincho Molina, Chuto y Sinecio Moreno, Jacinto Rodríguez, Armando Bonel, Chafié Cazón, Heriberto Trigo, Antonio Paz Castillo, Petite Grandchant y otros en el Bolivian; Armando Arlando, Luis Huertas, Hugo Paz, Manuel de los Ríos, también Pastor, Pinaya Guillermo Reynoso y otros en el Royal; Rubén López, amable Avalos, Hugo Galarza, Osvaldo Castillo, Loco Vidaurre, N. Clavijo, Maestro Pinto, etc. Como anécdota también queda la "Aurelida", la que se trataba quien llevaba de una patada a mayor altura la pelota y el público gritaba "Aureliada" esta práctica se la atribuye a Aurelio Arce hijo, como jugador del club 15 de Abril.
Todavía recordamos que sea festejando el triunfo o por olvidar la derrota, los machs terminaban en algún bar o en alguna casa del barrio alegre entonces cada equipo tenía su cueca como la del 15 de abril que decía: "De los cinco equipos/ cual es el mejor/ la quince de abril/ se lleva la flor/Ataja el golkiper/ defienden los backs/ y con los halbaks/ marca el gol el foar/ mientras los del bolivian Eagle cantaban: Soy Bolivian Eagle/volveme a/ querer vidita/ somos futbolistas/ no te has de perder/ mañana mismo hay tomada/ donde la Benita/ cuidado con perderte cholita/ de mañanita/.
TENIS Y PATINAJE
En la casa de la señora Lasteña de Castellanos, esquina la Madrid y Juan Misael Saracho, bajo el ramaje de sombra de viejos molles y la cabellera verde de sauces llorones, se construyó una cancha, la primera de tenis en la que, tanto damitas y jóvenes de nuestra sociedad jugaban ese deporte en simples y dobles: muchas de aquellas esbeltos y jóvenes son hoy simpáticas abuelitas o repesados abuelos o los más, hace tiempo abandonaron este valle de Dios en su viaje sin retorno.j
Muchos años después se construye el moderno campo de tenis con su piscina reglamentaria de natación y trampolines ensayan ese deporte hasta los niños y niñas con beneplácito de los papas. Muchos van descollando e hicieron magnificas presentaciones en concursos nacionales e internacionales con mucho éxito.
No nos queda sino decir "Bien por el deporte que aleja a nuestra juventud del vicio y la drogadicción". Que no acepten las ofertas sucias de los envenenadores de la humanidad, de los criminales narcotraficantes y ciertas dudosas instituciones que las amparan con la defensa de los campesinos cocaleros, so pretexto de que la coca es necesaria para la gente trabajadora, mineros y campesinos.
Nos preguntamos, si la coca es necesaria para disimular el hambre y la sed, acallar las fatigas; esas instituciones y políticos oportunistas, debían dedicarse a buscar los medios para solucionar las necesidades de la clase trabajadora y no amparar un terrible negocio, el narcotráfico.
¿No les parece? y no afligirse por los cocaleros que ya no quieren trabajar para vivir sino para llenarse de dólares a costa de la salud de nuestra juventud. Si de nuestra juventud y de nuestros niños y de los del resto del mundo.
¡Hay que decirlo con valentía! Quienes amparan, con cualquier pretexto a los cocaleros son tan criminales como aquellos que proporcionan la materia prima y los que con ello fabrican la droga.
Y bueno, mejor hablemos del tenis y sigamos con el tema.
Las damitas usaban generalmente falda hasta los tobillos de tela blanca; los tenistas, pantalón largo, también blanco y ambos zapatos suela crepé y la cancha era con piso de ladrillo molido.
A iniciativa de los hermanos Fructuoso y N. Campero en la huerta de éstos se construyó una pista de patinaje y después lo hicieron los hermanos Lema en un patio de su casa eran pistas de madera o de cemento. También se dio importancia al básquet, deporte en el que iba a descollar Tarija, como capital de ese activo deporte.
NATACIÓN Y EQUITACIÓN
Sin equivocarnos o pecar de andaluces desde que nacimos lo hacíamos con el ansia de saber nadar; por eso la antigua muchachada de hacerlo en las aguas del Guadalquivir, desafiando sus olas y esquivando las "taracas" cuando el río estaba en crecida y hoy cuando se han construido muchas piscinas nuestro río ha resultado desairado y se ha convertido en lavadero de movilidades y para bañarse en él hay que hacerlo yendo a Tomatitas, muy arriba. Por el aceite y lavandina ya no hay en sus aguas los doraditos, llauzas y churumas; los muchachos de hoy ya no nadan a bolapie como lo hacían los de antes; tampoco son jinetes; ahora montan bicicletas o motocicletas, incluso los campesinos. Equitación lo hacen los oficiales de ejército; nosotros lo ejercitábamos en los burritos leñateros, primero y después aprendíamos a manejar las riendas como era debido.
Después de montar en asno humildes burritos, pegarse costalazos y de los buenos sobre todo cuando la acémila se ocurría "Kectetear"; ya más jovencitos gustaban de montar buenos caballos que en aquel entonces no fueron desplazados por las movilidades mecánicas, como ahora. Y no eran sólo los jóvenes y muchachos hábiles jinetes sino los maduros, los viejos y los llamados patricios y ahí en las tardes de verano y primavera, montados en briosos potros de raza los veíamos a don Heriberto Trigo, don Alfredo Rodo, Deterlino Caso y otros caballeros, lucirse por las calles de la ciudad.
De la muchachada de entonces raro era el que no sepa manejar un caballo haciéndole cambiar de paso a voluntad del jinete, marcha, trote, galope con restar o alargar las riendas.
Hoy ya no podemos decir lo mismo, estamos segures que muchos jóvenes se están haciendo viejos y no saben nadar ni montar y si, bicicletas y motos... hasta nuestros chapacos; ya no se ven burritos alteros y leñateros y si hay son... los de dos patas.
CAJSCHA Y PELOTA DE MANO
Entre la calle Potosí, hoy Corrado y la Pampa, hoy Campero, había el "Frontón" de la familia Pérez don Rufino era el mantenedor de un simpático y viril deporte, la "Cajscha o pelota de mano' y decimos viril porque quienes cultivaban este deporte lo hacían con una pelota maciza, con un núcleo de goma de honda o flecha endurecido y cubierto o forrado de cuero. Había quienes lo hacían para la venta o uso personal. Para dar mayor interés se aceptaban maceadas y por lo general el dinero servía para otro disimulado deporte... saboreando con buen vino o unos chops.
También se jugaba a la "Taba" y ahí se lucían los buenos tabeadores que "cantaban" el tiro y antes ofrecían:"diez a mi manos" pagado - contestaba el adversario: otros gritaba: "tapada" y el hueso volaba de una mano a otra: mientras en el frontón menudeaban los "sobretes" y se caldeaba la palma en las manos de los jugadores. Este deporte así, se está acabando y está siendo reemplazado por otro menos varonil, el llamado Raquet!! Los jóvenes de hoy son muy delicados no gustan tener manos encallecidas... y el cajcha o cajchi lo realizan con raquetas...
MÚSICA Y ARTE
En años pasados, Euterpe, la Diosa de la Música, era la Musa a quien jóvenes y viejos, señoras y señoritas rendían su más ferviente culto en cualquier hogar y en cualquier gama social. Así, en la clase que se decía de la "sociedad" una señorita que se preciaba de tal, debía aprender piano o por lo menos mandolina y eso estudiaba bajo la dirección de la Hermana Carolina de la Escuela Santa Rosa. Ahora en cuanto a los varones, por lo menos aprendían mandolina y guitarra y... sino a "tocar la puerta siquiera"... Por eso en las casas comerciales no faltaban, para la venta, guitarras y mandolinas españolas, acordeones "honner", alemanes y pianos de excelente marca francesa. Una casa de las "grandes", no eran tal sino tenían un piano y las hijas no sabían tocarlo y demostrar su habilidad, tenían que hacerlo... a ver si le caía un novio... siquiera por la música o el piano... Al respecto, los pianos se los traía desde La Quiaca o de Atocha a "lomo humano", para eso había peones forzudos.
Euterpe, parece que inspiró y sentó sus reales en esta Villa de don Luis de Fuentes y Vargas. Por eso ¡Quien antes de aprender a vivir la vida, no ansiaba acariciarlo y arrancarle sus notas coordinadas y armoniosas a un instrumento musical y los jóvenes a templar y hacer vibrar entre los dedos a "la prima que canta y al bordón que llora" de la vihuela española y en las noches de plenilunio ofrecer a la amada una sentida serenata!
Los muchachos de entonces parece que vinimos a este valle de Dios acunados con los sones de una música divina y por eso gustábamos de tener en nuestro dormitorio una guitarra española o gaucha por lo menos.
La verdad es que hoy mismo, cuando las hebras de plata, nuestras canas, pintan de argento nuestras cabezas, parece que la música la llevamos entre nosotros guardadita cariñosamente en nuestro ya viejo y cansado corazón; por eso añoramos aquellos viejos y felices tiempos de inefables recuerdo de costumbres sencillas, sinceras y vividas ingenuamente, cuando la música y la verdadera amistad era nuestra devoción.
Reiteramos el arte de Euterpe, lo cultivaban en todas las clases sociales. De acuerdo a lo leído en "las tejas de mi techo' del Dr. Bernardo Trigo R sabemos de una primera estudiantina que se organizó en 1903 bajo la dirección y a iniciativa de los hermanos Rosendo y Manuel Estenssoro con Carlos y Adolfo Schnor, Alfredo Rodo, Abran Valverdi, Delio Echazú, Augusto León, Rogelio Echenique, Rómulo Avila, su hermano Celedonio y otros jóvenes "de cuanto ha" fundaron la Estudiantina o Sociedad Filarmónica con instrumentistas en guitarra, mandolina, violines, flauta dulce y traversa y la quejumbrosa concertina.
Aquellos jóvenes envejecieron, los instrumentos arrinconados, hasta que en 1930 un apasionado y entusiasta don Luis Castellanos a quien sus amigos lo llamaban "espíritu" nos reunió a varios, tan aficionados como él y así nació la "Filarmónica 24 de septiembre", de gratos recuerdos; eran guitarras: Heriberto Dolz alias Yacaré, Gringo Barrientos, Jesús Gaite, Jorge Echazú Perrito, Morochito Terán o Walter, Juan Choque: violines: Luis Castellanos, Luis Lema y Pistiguí Galarza; mandolinas: Juan de Dios Sigler, Hilarión Duran y viscachita o Humberto Arce A, también don Alberto Navarro tocaba mandolina o nos acompañaba en las cuecas, bailecitos y caluyos con el charango y Armando Frigerio hacia vibrar el serrucho.
Por algún tiempo, las personas nombradas fueron los mantenedores y verdaderos cultores del folklor regional aún nacional, su música y sus sentidas letras en alegres y movidas cuecas (no de adoración navideña), sentidos bailecitos, melancólicos o alegres caluyos, sin olvidar los tangos de moda, pasodobles, foxtrots y hasta valses vieneses y peruanos de la época que, ahora han reemplazado por música sicodélica; más ruido y bulla que armonía que recuerda a la que en televisión se oye acompañando a los negros del África.
Los tiempos han cambiado sobrevinieron los días trágicos de la guerra cruel y sacrificada del Chaco, casi todos los componentes de "La 24 fueron llamados a las armas; había que cumplir con la Patria y defender su soberanía; nuestro recordado perrito Echazú Jorge, murió heroicamente abrazado a silenciada ametralladora y así algunos quedaron para siempre enterrados en las cálidas arenas chaqueñas y ya terminada la hecatombe fue difícil reorganizarla y de ella apenas si queda en el recuerdo de quienes escucharon a la estudiantina o filarmónica, la "24 de septiembre" que hiciera las delicias de la gente tarijeña, de su juventud, madurez y viejos. Han pasado los años y la Parca que no respeta, se los fue llevando a sus componentes y de ellos sólo quedan dos que esperan cuando les toque el turno y se los lleve también la "Esquelética".
PERIODISMO
No nos vamos a referir a los primeros periódicos publicados en Tarija y de les que ya otros como don Tomas O'Connor D'Arlach y el Dr. Bernardo Trigo se ocuparon en hacer historia, sino a los de las últimas generaciones y en las que nos tocó el honor de actuar directamente o en vivo (Término muy en moda en televisión).
De nuestra juventud, recordamos allá por los años de 1920 al 32 que varios de los semanarios fueron editados en la imprenta de don Adolfo León y después en la de don Maurito, "La Comercial". Y hablando de don Maurito, como lo llamábamos los caballeros andantes del pensamiento y que incursionábamos en el periodismo en afán de deshacer entuertos con las autoridades indiferentes, reacias a servir con patriotismo a su pueblo; don Maurito (Mauro López) nos estimulaba en la noble batalla que emprendíamos en el periódico "La Hora" al que el editorialista quería como suyo: comprensivo, sabedor de los problemas económicos que incidían en la venta de la edición de este semanario independiente y sólo al servicio de Tarija, a fin de equilibrar el déficit nos conseguía avisos comerciales y edictos.
Muchas veces pagando de nuestros bolsillos lo hacíamos, ya que casi comprábamos los números en imprenta a diez centavos, teníamos que pagar un tanto por ciento a los canillitas y todavía el saldo de los números que no se vendían, así salíamos en quiebra; es decir . que quienes queríamos llamarnos periodistas, teníamos que pagar para escribir; así lo hacíamos los redactores de "La Hora", Heriberto Trigo, Jack, Antonio Castellanos, Julián, Humberto Arce y Jorge Baldiviezo; lo mismo cuando publicábamos con los profesores José L. Boyan, Jacinto Pérez, Castelfort Castellanos y Héctor Pino. "El periódico Avance".
Terminada la contienda chaqueña con don Juan Antonio Barrenechea, Roberto Casap, Carlos Arciénaga publicamos "Democracia"; con Octavio d'Arlach, Federico Avila, Franz Avila del C. Luis Zubieta Sagárnaga, Octavio Campero, Armando Alba, Tomas O'Connor d'Arlach, Jorge Araoz Campero y otros intelectuales, publicamos la Revista de Historia y Geografía "Tarija", éramos socios de la Sociedad Histórica Geográfica.
Como se ve, así se hacía periodismo en aquella época de oro, sin pensar cuanto ganaríamos, reiteramos: pagábamos para escribir y si algo recibíamos algunos de beneficio, era... una buena pateadura porque nuestros artículos a veces hacían "roncha"...
SERVICIOS DE INFORMACIÓN
El correo tardaba de La Paz a Villazón tres días e igual de Villazón a Tarija, otros tres días más y en este último tramo a veces mucho más, ya por los fenómenos naturales o por otras causas y así también las noticias demoraban porque los postes viejos del telégrafo habían caído o los cables hacían tierra o aparecían, muy tardíamente cercando alguna propiedad campesina. La comunicación era telegráfica, pues no se conocía las radios... Tal vez así resultaba mejor para la tranquilidad de una Tarijita apacible, feliz sin conocer y saber de las calamidades que se ciernen en el aporreado planeta, con guerras, guerrillas, terrorismo y raptes, asesinatos y toda clase de calamidades y ahora el narcotráfico.
Hoy hemos progresado, quien no tiene una radio en su casa y nuestros campesinos llevan en sus manos una portátil, por lo menos: también se dispone de televisores y unos y otros han acabado con la tranquilidad del pueblo y si no, hay que oír los noticiosos con todas las calamidades que acosan a esta humanidad.
LOS BANDOSY EL PREGONERO
En los viejos tiempos no se conocía la radio ni la televisión; muy después, se organizó en Tarija las radios: Guadalquivir, la Luis de Fuentes, Los Andes y la Voz del Sur y como decíamos ahora podemos tener noticias en nuestra casa.
Por eso tanto la Prefectura como el Concejo Municipal, se veían obligados a hacer conocer cualquier disposición o ley por medio de los "Bandos", procedimiento resabio de los tiempos de la Colonia.
Cuando era menester recurrir a los bandos, estos se realizaban en las mañanas, cuando en la plaza y calles principales había más movimiento: entonces, desde la policía salía una modesta formación de rondas, precedidos por la banda de música a cuyos sones, marchaban los guardianes y todos paraban cada dos cuadras hasta que con pase cansino llegaba el pregonero; éste era el popular poeta, estilo Quevedo, don Galdino Morales, él se decía cuando estaba de buen humor después de algunos tragos: "Galdino Galdimor, toma trago sin temor". Caminaba siempre pausadamente porque en sus delicados pies gozaba de nada agradables protuberancias, los callos que eran su martirio y a los que se agregaban rebeldes juanetes.
"Llegado a la esquina después de aclarar su aguardentosa voz comenzaba la lectura, como por ejemplo: "Bautista Saavedra, Presidente Constitucional de la República",etc...; pero en una ocasión, cuando terminaba de decir la primera parte comenzó a zapatear hecho un loco y toda la frase terminó así: "Bautista Saavedra... la p... que... lo... pan con... queso, mejor no escribirla tal como él lo dijo con toda su furia.
Como comprenderán fue todo intempestivo, don Galdino quiso continuar la lectura, se acabó el bando y algunos del "San Luis" se hicieron "chinea" (se esfumaron del lugar)...
Lo ocurrido llegó a noticia del Prefecto que hizo llamar al Jefe de policía y a don Galdino para que explique el porqué de lo sucedido y don Galdino informó: señor prefecto, no hay garantía con desgraciados estudiantes, ayer cuando comenzaba a leer el bando, ME CEROTEARON.
El prefecto como el jefe de policía, alguna vez fueron estudiantes y sabían lo que era eso; al pregonero descuidado: le pusieron cerillas encendidas en sus zapatos y lógicamente al arder, se los quemaron, ardió parte del cuerpo de los pies delicados de don Galdino.
Desde entonces a la hora de leer el bando, don Galdino tenía un ronda vivo a su lado... era el llamado por nosotros, el Carcancho, cuco de la muchachada San Luiseña.
OTRAS ACTIVIDADES
En la placidez que señoreaba la vida de los paisanos tarijeños, en ese casi marasmo, sueño de felicidad; no faltaron viejos ciudadanos, patricios como se los llamaba que, despertaron en forma imprevista de ese sopor, de esa somnolencia que nos iba adormeciendo y comenzaron a actuar, primero fundado una institución donde se puedan reunir, compartir y cambiar ideas; realizar una vida social más activa y así organizaron el "Club Social Tarija". En el se reunían los socios a pasar las horas, conversando o jugando chaquete, billar y porque no, provocando interés intelectual por medio de conferencias semanales.
Eran tiempos de rigidez y de prejuicios; a los jóvenes, aunque hayan pasado de los veinte años, les estaba prohibido el ingreso. La Juventud a su vez se organizó en otro club, llamado "Júnior Club" que competiría, con ventanas con el de los "Patricios" entonces el presidente convenció al Directorio para que en los reglamentos del Club Social se les reconoce la calidad de Socios pasivos con los mismos derechos de los activos, pero sin voto... Con la presencia de estos nuevos socios, jóvenes, la institución se vigorizó y tomó mejores rumbos.
También los patricios fundaron el Rotary Club, institución de servicio, inspirados en los principios predicados con el ejemplo, por Paul Harrys, cuyo fundamento es: "Dar de sí, antes que pensar en sí, se beneficia más el que mejor sirve".
Aquella juventud, la antes aludida fue la misma que cambió la mentalidad de una sociedad pechoña y llena de perjuicios, dinamizó no sólo a los "venerables sino a su pueblo, llevada por su inquietud idealista, fundado centros culturales y periódicos que sean la expresión verdadera del sentir tarijeñista, que hablen de las necesidades y derechos legítimos de un pueblo olvidado.
En 1926 los Maestros, por vez primera se reunieron en un 6 de junio y al mismo tiempo de festejar el Día del Maestro y un aniversario más de la fundación de la Escuela Nacional de Maestros en Sucre: aquí en Tarija, organizaron la Liga del magisterio que después se llamaría Asociación de Maestros Urbanos y mucho después, Federación Sindical de Maestros Urbanos.
Antes había llegado de la Argentina un sastre don Fausta Gallardo que organizó la Sociedad de Socorros Mutuos; a esta institución le siguieron la Sociedad Antoniana y la primera con el arribo a La Paz de Tristán Marof, se convirtió con el tiempo en institución sindical.
Así nació la que se iba a llamar con carácter nacional, la Confederación de Trabajadores, la C.O.B. y en Tarija, la C.O.D.
Pasan los años, es otra gente, es otra manera de pensar; la juventud de Tarija es dinámica y no acepta conformismos, exige de los gobiernos más atención para esta tierra postergada y como una premiosa necesidad se funda el Comité Cívico de Tarija a cuya cabeza se hallaría un gran ciudadano, tarijeño cien por cien, don Bernardo Navajas Trigo.
ASPECTO SOCIAL
Reiteramos, Tarija era una ciudad pequeñita, donde la vida se deslizaba en un ambiente de paz eglógica y serena; sus gentes vivían sin los sobresaltos de hoy. En el pueblo no se conocía la miseria, había para todo y para todos, por eso no habían envidias ni ambiciones: Total para qué? Si en la ciudad como en el campo cantaba la abundancia, nada que pudiera apetecer un modesto ciudadano faltaba, alcanzaban los medios económicos, buena la alimentación y sobre todo, no había colas: la mayor parte tenía su casa aunque sea modesta y si no, quien arrendaba no era el tirano e incomprensivo dueño de casa de hoy.
Tanto el citadino como la gente del campo se caracterizaban por su fe eminentemente cristiana, su respeto a las leyes de Dios; rendía culto a los principios morales, a la amistad y sentía un acendrado amor a la Patria.
La familia y el pueblo en general mantenía y amaba sus añejas y simpáticas tradiciones; los hijos respetaban a sus padres y a sus mayores; en la educación de esos tiempos antes que saber leer y escribir los maestros enseñaban y recomendaban las buenas costumbres, las buenas maneras y severos modales.
La Fe y la religión estaban más ligadas a la familia y los religiosos sean franciscanos o curas eran ejemplos de moral cristiana.