Ricardo Jaimes Freyre
Este singular personaje boliviano nació en Tacna



Este singular personaje boliviano nació en Tacna en fecha 12 de mayo de 1868, según Alberto Crespo en la revista Signo No. 11, cuando su padre desempeñaba las funciones de Cónsul General de Bolivia. Hijo de Julio Lucas Jaimes, periodista y narrador que utilizó el pseudónimo de Brocha Gorda, y su madre fue Carolina Freyre, escritora peruana. De las dos vertientes se nutrió su sangre al nacer para dedicarse a la literatura toda su vida. Su familia se trasladó a Bolivia cuando Ricardo contaba con 18 años de edad.Tuvo una nutrida hoja de vida tanto en materia cultural así como de servicio público, rebasando su prestigio las fronteras patrias.
Estas dos facetas de su personalidad forjaron una imagen de empatía admirada por propios y extraños. El crítico literario Juan Quirós, considerado el más destacado de la primera mitad del siglo veinte, ha escrito: “Ricardo Jaimes Freyre sigue siendo la figura estelar de la poesía boliviana. Mayor poeta que él podrá ser Tamayo, o Reynolds, e inclusive Guerra, José Eduardo Guerra. Pero, ‘más allá del horizonte’, don Ricardo es el más conocido”.
Ricardo Jaimes Freyre fue poeta, ensayista, historiador, dramaturgo y diplomático; habiendo llegado a ser por su obra la figura más representativa del modernismo en Bolivia; situación que le permitió mantener lazos de amistad con lo más selecto de los escritores de su tiempo, entre ellos Ricardo Palma, Rubén Darío y Leopoldo Lugones.
Entre los poemas que legó a la posteridad están Los antepasados, Lo fugaz, Siempre, Entre la fronda, La muerte y otros más. Fue autor del libro de poemas Castalia bárbara (1897), creador de la Ley de la versificación castellana (1912), Sueños son vida (1917), Los conquistadores (1918) y La hija de Jefté (1918), títulos que tuvieron mucha repercusión en su época; habiendo escrito otros libros sobre historia en la República Argentina. Junto a Rubén Darío fundó la Revista de América y, aparte de ello, ejerció la cátedra en la ciudades de Sucre y Tucumán; habiendo radicado durante muchos años en esta última.
Carlos Castañón Barrientos, documentado y bien informado crítico, en su obra Literatura de Bolivia, 1990, hizo conocer un Esquema sobre la vida y producción literaria de Jaimes Freyre, en el que sostiene: “El ocaso 1928-1933 (retirado en Buenos Aires,muere pobre y olvidado, pero siempre orgulloso y digno)”. Asimismo transcribe dos comentarios relativos a su muerte, uno del periódico la Nación, de Buenos Aires: “Era un gran poeta y un gran hidalgo. Bastaba divisar su silueta en la calle Florida para darse cuenta de que ese hombre no pertenecía a tiempo alguno ni su vida se sujetaba a normas ordinarias de relación. Su vasto y oscuro sombrero ahondaba la palidez de su rostro enjuto y sus ojos, en que brillaba una mirada vaga y triste, revelaban esa llama interior que anuncia la fecunda turbación del espíritu”. Y en la última parte transcribe un breve comentario de Luis G. Nuila, mejicano, en torno a que Ricardo Jaimes Freyre falleció en la mayor pobreza “después de haber sido uno de los poetas de mayor encumbramiento en la revolución modernista que encabezó Darío, después de ser Embajador en Washington y en Lima, de haber irradiado en salones y aerópagos, después de haber dado brillo a su patria”. ¡Qué lamentable!
De otro lado, nada menos que Jorge Luis Borges, en su Libro de los libros, consigna estas elogiosas palabras : “Yo no podré resolver ningún enigma para mí. Pero un enigma que puede ser encantador. Por ejemplo, si tomamos los versos de Jaimes Freyre, que suelo recordar siempre: “Peregrina paloma imaginaria, / que enardece entre los últimos amores/ alma de luz, de música y de flores/ peregrina paloma imaginaria”. Además de ello, el investigador Elías Blanco Mamani, en su Enciclopedia Gesta de autores de la literatura boliviana, así como en su Diccionario de poetas bolivianos refiere que Borges en una ocasión manifestó sobre el mismo poema: “inexorablemente recordaré los formidables versos de Ricardo Jaimes Freyre, que recordé anoche con Octavio Paz, que no significan absolutamente nada y que quieren de algún modo significar todo”. Concluye afirmando que “me parecen perfectos”.
Qué profundos homenajes al inefable Jaimes Freyre y su poema Siempre, que junto a Aeternum Vale, constituye lo más destacado que escribió; circunstancia por la que tan distinguido representante boliviano pasó a formar parte de numerosas antologías.
Al margen de las actividades culturales, desempeñó funciones públicas de importancia, como secretario de la presidencia de la república después de la revolución liberal de 1898, ministro de instrucción pública en 1921 y canciller de la república en 1922, diputado, senador, embajador, entre otras. El consagrado vate y hombre público falleció en fecha 8 de noviembre de 1933 en Banfield, Argentina.