Del libro de: Franz Ávila del Carpio – “Bronces en el Alba” 1964
Al preludiar las cañas



Con mi corazón hecho angustia en mis labios,
mientras el silencio turbaba mi voz,
llegaron a mis oídos las notas de las «cañas».
En esta mañana triste de mi desolación
Sus notas se esparcieron en el confín del valle,
temblando entre los pétalos del duraznero en flor;
y vibraron las palabras cual poema renacido,
gritándole a la vida su canto de esperanza,
sus ecos de distancia, su fuerza, su clamor.
Y así mientras pasaba la fiesta campesina,
vestida de colores, callada en arrebol,
cantó la caña amiga, en labios de distancia,
el poema de sus sones, la gracia de su amor.