La mariposa y el gorrión
En un hermoso bosque y a la sombra de algunos árboles había una graciosa mariposa



En un hermoso bosque y a la sombra de algunos árboles había una graciosa mariposa, tan linda era que hacia todo lo posible para que la admirasen, vivía feliz dando gracias a Dios por haberla hecho nacer con hermosas alas, poder visitar a todas las fraganciosas flores y su néctar recoger.
La dicha de la mariposa llegó al extremo cuando en una mañana soleada un gorrión la saludaba y piropos le mandaba, bien hubiera querido la mariposa grabar esa sinfonía de trinos del galante gorrión.
A la mañana siguiente abrió sus fulgurantes alas con nuevos ánimos, saludando al sol, emprendió su matinal vuelo. De pronto, oyó un chasquido y su ondulante y placentero aleteo se vio cortado.
¡La habían hecho presa con una gran red!
De cerca y de lejos las flores presenciaban con amargura e impotencia lo que le pasaba a la bella alada y como pudieron la noticia le dieron al gorrión.
¡OH Dios mío¡—dijo el gorrión que feliz seria si pudiese salvar a mi admirada prisionera.
Golpeando sus fuertes alas con mucho vigor voló tras el cazador. La pobre mariposa abatida y quejándose al divino Creador imploraba ayuda.
El gorrión con graciosos revoloteos la atención del niño cazador quería llamar, y lo consiguió pues este pensando que era una presa fácil, de la mariposa se olvidó. Aprovechando esos instantes la mariposa con mucho esfuerzo logro zafarse de la red y sin más tiempo que perder emprendió el escape.
El gorrión que sin mucha precaución se había acercado, a las manos del niño fue a parar.
Que desgracia el salvador era ahora prisionero.
La libre mariposa no podía abandonar a su valiente galán y decidiéndose a tener la misma suerte se posó en las manos del niño cazador.
Tal actitud hizo titubear y reflexionar al niño, comprendiendo la verdadera situación y sin pensar más abrió la mano y el angustiado gorrión pudo volar.
El niño cazador dirigiéndose a la intrépida mariposa, le dijo.
Tú plácida y dulce mariposa, me abriste el corazón, recién comprendo lo que es el derecho a vivir que tienen todos, de hoy en adelante te prometo que jamás romperé la libertad que la sabia naturaleza les dotó.
Con tu perdón, ve, tú también vuela libre, libre que es el derecho que te dio el gran Creador.