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1ª Epístola a Timoteo
Pablo escribe esta carta a Timoteo



Autor: Pablo
Fecha: 64 d.C.
Tema: Instrucciones para un discípulo joven
Lugar: Macedonia, Filipos
Pablo escribe esta carta a Timoteo, un joven discípulo de los más cercanos y colaborador suyo.
Capítulo 1. En el versículo 3, Pablo advierte a Timoteo sobre una falsa doctrina y falsos maestros. Más adelante dice: “queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman. Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente” (v.7-8). Estos falsos maestros estaban enseñando que la ley era un medio de salvación y santificación. Pero la ley fue dada para revelar al hombre que él era un pecador y necesitaba un Salvador.
Capítulo 2. Pablo les pide que no se alarmen por falsas profecías con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo: “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.” (v.1-2).
En los versículos del 9 al 15, Pablo se refiere a las mujeres, de cuál debe ser su posición en la Iglesia; les dice que deben presentarse a Dios de un modo sencillo, con pudor y modestia (v.9).
Capítulo 3. Este capítulo se refiere a los requisitos que deben tener los ancianos, obispos y diáconos en la iglesia. “Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro” (v.2-3), sin dejar aparte el buen testimonio que debe dar un obispo de sí mismo.
En la Biblia encontramos las palabras: presbítero, que significa anciano, quien era elegido por su sabiduría; obispo = epíscopes en griego, que significa supervisor; pastor, el que cuida y alimenta.
Pablo da los requisitos para los diáconos: “Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia” (v.8-9). Para la mujer es un llamado similar.
Capítulo 4. Pablo advierte sobre los falsos maestros que harán apostatar de la fe creando reglas alejadas de la voluntad de Dios (v.1-5). A partir del versículo 6 enseña cómo debe ser un buen ministro, que presenta la palabra de Dios de forma fiel y verdadera.
Capítulo 5. Pablo instruye sobre el cuidado pastoral, los cuidados que éstos deben tener hacia los miembros de la iglesia; el trato que se debe dar a los ancianos y ancianas como a padres, a las jovencitas como hermanas; “Honra a las viudas que en verdad lo son” (v.3). A partir del versículo 17 se refiere a los ancianos u obispos que gobiernan una iglesia: “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario” (v.17-18).
Capítulo 6. Pablo finaliza la carta explicando que los falsos maestros están en el ministerio para su propio beneficio: “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (v.10).
A Timoteo le pide que se mantenga firme en la fe: “Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre” (v.11).
La carta de Pablo a Timoteo nos enseña que para reconocer a falsos maestros debemos conocer la palabra de Dios, para poder defender la fe cristiana con conocimiento bíblico.
“Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos” (Oseas 4:6).
En todo tiempo la falta de conocimiento de la palabra de Dios fue la razón para que las personas cayeran en falsas doctrinas. Nosotros podemos hablarle a Dios por medio de la oración, pero Él nos habla por medio de su Palabra: para poder tener una relación con Dios, debemos estudiar la Biblia.