Cuento Ecológico
El bosque de la Felicidad



Dedicatoria
A la gran maestra y visionaria JORGELINA MARTÍNEZ GAMEZ, ideólogo de la creación del “BOSQUE DE LA FELICIDAD ”.A las Docentes Administrativas, y alumnado del entonces flamante Liceo de Señoritas “LINDAURA ANZOATEGUI DE CAMPERO”, que secundaron con decisión y amor esta grandiosa obra de defensa de la naturaleza que aún sigue en pie tal vez... suspirando por aquel bravo rio de antaño, hoy convertido en una lágrima desteñida.
Nada rompía la tranquilidad de aquel pueblo olvidado, perdido entre valles, pampas y montañas a tal punto, que sus moradores ya no temían el desborde del gran Río que fue en otros tiempos la pesadilla de los abuelos; pues desde hacía ya mu...chos, muchí...simos años no volvió a entrar a la ciudad.Cuentan los ancianosCuentan los ancianos, que cuando esto ocurría, el río daba fin con todo lo que encontraba a su paso. Llevábase por delante: gallinas, cerdos, perros, gatos, sillas, mesas y demás enseres hogareños y en confuso torbellino los árboles frutales eran arrancados de cuajo y arrastrados a leguas de distancia.Dicen también que después de varios días de vandalaje y cuando el temporal amainaba, el pueblo quedaba arrasado y los asustados pobladores que habían huido a la parte alta de la ciudad volvían a reconstruirla una vez más. Estas historias con el correr del tiempo quedaron como tradiciones, transmitidas de padres a hijos y las buenas gentes del lugar dormían confiadas y en paz, hasta que una noche... inesperadamente se escuchó el retumbar de mil truenos y durante ho...ras y ho...ras se volcó el cielo en lluvias torrenciales.-¡Jesús! ¿Será el diluvio?- decían con espanto, pintando en los patios y en medio de las calles cruces de ceniza para conjurar la furia de los malos espíritus que habitaban en las descargas eléctricas y en el granizo destructor de los vergeles.El río dormido despertóEl río dormido por largos años despertó y bajando de sus cabeceras corría gritando improperios: ¡¡campo... campo...!! ¡¡Nada ni nadie se oponga a mi paso!!...Cuando llegó al “Morro” al descubrir con sorpresa que, un batallón de gigantes invadían su arcaico lecho, se puso rojo de rabia.-¡Retírense de mi paso!- bramó como toro furioso, castigando a latigazos a los intrusos. Más... pronto comprendió que su enemigo era poderoso y su ira que iba en aumento socavaba peñascos.
-¿Quiénes son ustedes?... ¿Qué hacen aquí estorbando mi llegada?... ¡salgan de mi lecho milenario o arrasaré la cuidad y terminaré con ustedes!¡¡Resistan intrusos!!...La resistencia era muy onda, como que los pies de los intrusos estaban enraizados a decenas de metros de profundidad. La lucha fue ardua y duró varias horas.
Somos tupidas cortinas-¡Valiente río!- te admiramos y te necesitamos. Somos el bosque de sauces, de eucaliptos, molles, pinos y árboles floridos plantados por los niños de este pueblo para evitar tus desmanes. Duermen en nuestras ramas miles de pajaritos que arrullan con sus trinos a los caminantes quienes hallan sombra y descanso bajo nuestro follaje.Los niños cual bandadas de palomas vienen a jugar y a alegrarnos con sus risas y canciones. Contra nosotros se estrellan huracanes que se diluyen en espirales de arena; también impedimos el paso de la erosión y del crudo invierno. Somos tupidas cortinas contra el aire viciado al que purificamos con nuestro aliento y ahora tú, cual asaltante ¿quieres sorprender a los moradores de este pueblo que depositaron en nosotros su confianza? - ¿Quiénes son ustedes para impedir mi paso?- bramó el río, sin entender razones.
Los gigantes guardianes-¿Qué quiénes somos?... ya te lo dijimos somos los guardianes de la ciudad y constituimos el bosque de la felicidad- respondió el bosque y calló.En la oscuridad de la noche se escuchó, claramente, resoplar al rio que hervía de ira y enloquecido, daba vueltas vertiginosas formando remolinos de espuma que subían y bajaban tirando “taracas” por doquier.Por fin... cuando ya clareaba el día se presintió la calma pues el río lleno de coraje se retiraba poco a poco hasta convertirse en una mansa serpiente plateada que aun hoy se arrastra fileteando las orillas del bosque bravío y dicen, que en las tardes estivales se escucha los susurros del BOSQUE y del RÍO que comentan amigablemente los sucesos del tiempo.
OBERTURA
“El bosque de la felicidad” de la Prof. Nilda Castrillo de Varas es un hermoso cuento ecológico que abre la mente infantil hacia el amor y el cuidado a la naturaleza.“El bosque de la felicidad” toma como personajes al rio y al bosque de eucaliptos, sauces, molles, pinos y otros árboles que crecieron a su vera plantados por manecitas de inocentes niños.A través de su lectura los chiquilinos van aprendiendo la importancia que tienen todos los elementos del medio ambiente.El lenguaje es sencillo, dosificado a la mente infantil, con alguna que otra palabra inusual que el pequeño introducirá a su creciente vocabulario.
Luz María Achá Toro