Odin, el perro que no abandonó su trabajo
En el año 2017 hubo un gran incendio en las montañas de California. Ronald Handel tenía una granja, dos perros, Great Pyrenees, y ocho cabras a las que éstos cuidaban. El fuego estaba muy cerca, y Ronald y su hija tuvieron que recoger a toda prisa y subir al coche. Llamaron a sus perros,...



En el año 2017 hubo un gran incendio en las montañas de California. Ronald Handel tenía una granja, dos perros, Great Pyrenees, y ocho cabras a las que éstos cuidaban.
El fuego estaba muy cerca, y Ronald y su hija tuvieron que recoger a toda prisa y subir al coche. Llamaron a sus perros, pero solo uno obedeció. Odin se quedó donde estaba, tendido con las cabras, y miró a sus humanos como diciendo: yo no me voy.
Lo llamaron y trataron de sacarlo hasta el último momento, pero aquel perro tenía un trabajo que hacer, y no pensaba ignorarlo.
Tuvieron que dejarlo atrás, porque el fuego estaba ya muy cerca… casi en su casa.
Ronald contó en televisión la experiencia de correr contra el fuego, como si fuera una película de acción: los iba acechando, pisando los talones al coche, y lograron dejarlo atrás por una cuestión de suerte… o de tener un buen motor.
El incendio tardó mucho en extinguirse, y las personas que habían abandonado a toda prisa sus casas tardaron en poder regresar.
Cuando Ronald y su hija lo hicieron, no esperaban ya encontrar a sus cabras ni a su perro… pero resultó que todos estaban vivos. Odin, ese Great Pyrenees tan cabezota, había hecho lo imposible: había mantenido con vida a sus amiguitos en medio de un incendio.
Odin cojeaba y tenía algunas quemaduras, lo que indicaba que no había estado inactivo durante aquel tiempo: había hecho de todo para mantener a salvo a las cabras, que tenían daños mucho menos graves.
Hoy, según he leído, Odin y sus cabras vuelven a estar a salvo con su familia, y todo ha quedado en una historia que contar.
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(Artículo tomado de Perro-Obediente.com)
El fuego estaba muy cerca, y Ronald y su hija tuvieron que recoger a toda prisa y subir al coche. Llamaron a sus perros, pero solo uno obedeció. Odin se quedó donde estaba, tendido con las cabras, y miró a sus humanos como diciendo: yo no me voy.
Lo llamaron y trataron de sacarlo hasta el último momento, pero aquel perro tenía un trabajo que hacer, y no pensaba ignorarlo.
Tuvieron que dejarlo atrás, porque el fuego estaba ya muy cerca… casi en su casa.
Ronald contó en televisión la experiencia de correr contra el fuego, como si fuera una película de acción: los iba acechando, pisando los talones al coche, y lograron dejarlo atrás por una cuestión de suerte… o de tener un buen motor.
El incendio tardó mucho en extinguirse, y las personas que habían abandonado a toda prisa sus casas tardaron en poder regresar.
Cuando Ronald y su hija lo hicieron, no esperaban ya encontrar a sus cabras ni a su perro… pero resultó que todos estaban vivos. Odin, ese Great Pyrenees tan cabezota, había hecho lo imposible: había mantenido con vida a sus amiguitos en medio de un incendio.
Odin cojeaba y tenía algunas quemaduras, lo que indicaba que no había estado inactivo durante aquel tiempo: había hecho de todo para mantener a salvo a las cabras, que tenían daños mucho menos graves.
Hoy, según he leído, Odin y sus cabras vuelven a estar a salvo con su familia, y todo ha quedado en una historia que contar.
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(Artículo tomado de Perro-Obediente.com)