De la época cruel (II)

¡La vida continúa…!
Privados de todo, de la noche que murió tras el pálido atardecer, del amor que se fue tan fugaz como el viento y la mañana que aún no llega, privados de todo, hasta de la libertad, ¡la vida continúa…!
Lluvia de virus
No durará para siempre, tampoco la vida de las personas. Volveremos a encontrarnos y a sentir los latidos del corazón junto a nuestros seres queridos.
Quiera nuestro Señor Jesucristo que ese instante llegue pronto.
¡A no retroceder…!
A activar la voluntad día a día a mayor impulso y a no ceder ni un milímetro ante la peste que aniquila. Será una pesadilla para olvidar y recordar a quienes quisimos en vida y hoy no nos acompañan. El pasado quedará atrás.
Mantener los valores
A no perder la fe ni el optimismo en los corazones, pues significaría estar muertos en vida. ¡Y, en tanto no nos contagie el virus, no lo estamos…!
Pronóstico que desespera
Bill Gates, fundador de la empresa estadounidense Microsoft, filántropo y uno de los más adinerados del mundo, hace cinco años pronosticó con pelos y señales el coronavirus; sin haber merecido alarma alguna en niveles de opinión o círculos científicos. ¡Qué vanos e inútiles hombres!
Ahora tan notable ciudadano asegura que habrá que esperar todavía un buen tiempo hasta que pasen los malos momentos de esta hora cruel y las actividades se normalicen. Ojalá esté equivocado, ya que la humanidad agobiada observa cómo mueren miles y miles de seres humanos y desespera en el confinamiento del día a día, que no acaba jamás.
Suspensión de concursos
Al paso que vamos hoy en los certámenes de belleza femenina nadie deseará ganar, ¡por miedo a la corona…!
Y el príncipe Carlos del Reino Unido, hoy recluido como sospechoso de estar infectado, desprecia todo tipo de coronas después de haber desesperado durante décadas porque le llegue el turno de la sucesión.
Mensaje singular
Una de mis hijas, Marcia, escribió el siguiente mensaje: “Dar gracias y reconocer todo lo que tienes y eres, es el primer paso para vivir una vida de plenitud y llena de felicidad. Todo lo demás llegará por añadidura”.
Así es y será. Lo importante constituye el primer paso, después –una vez que pase la borrasca que azota a la humanidad- uno encontrará el sendero de la paz y felicidad aún sin buscarlo. Todo aparecerá en el camino iluminado de fe y esperanza.
Cambia, todo cambia
Cambia, todo cambia, la angustia cederá el paso a días de paz y armonía, nada quedará de la pandemia y el arco iris penderá del cielo, en recuperación del manto celeste que alegrará paisaje y hombre, que nunca debieron separarse.
Y al fin podremos decir a pleno pulmón: ¡Viva la vida, volvimos a nacer en conjunción con la Naturaleza!
Quédate En Casa
Volverá a brillar el esplendoroso sol de la esperanza para la humanidad doliente, que sufre en silencio el paso de las horas sin premura. Arriba corazones afligidos por la peste, a no desmayar ni morir en la larga espera. Aguarda en tu hogar que cambie la suerte.
A orar se ha dicho
Elevad una oración por los que estrellaron sus vidas contra el esperpento del mal. ¡Qué desperdicio, una vida a cambio de un fantasma creado en laboratorio, con aviesas intenciones…!
La Paz descansa
¡Y la ciudad duerme…! Qué tranquilidad saber que los ciudadanos acatan la cuarentena dispuesta como medida preventiva por el gobierno nacional y, los dañinos virus, aburriéndose esparcidos en calles y parques desiertos. A no salir y cuidarse.