El origen de la costumbre tarijeña del “Te Invito…”
En Tarija existe la antigua, arraigada y curiosa costumbre del “TE INVITO…” que se cumple en las reuniones sociales en las que se ingieren bebidas alcohólicas de cualquier tipo pero, muy particularmente, en el ámbito rural, cuando se bebe chicha de maíz. En este acto, la persona que...



En Tarija existe la antigua, arraigada y curiosa costumbre del “TE INVITO…” que se cumple en las reuniones sociales en las que se ingieren bebidas alcohólicas de cualquier tipo pero, muy particularmente, en el ámbito rural, cuando se bebe chicha de maíz.
En este acto, la persona que quiere ejecutar una aproximación social con alguna persona, por alguna razón especial, toma un “mate” es decir, un cuenco de calabaza que se usa para beber, lo llena hasta un determinado nivel en el “yambui” de chicha y dice, a la persona con la que quiere establecer el contacto: “Te invito…”.
Sin embargo, no entrega inmediatamente el mate al supuesto invitado sino que primero bebe él del mate que sirvió, hasta el fondo y, seguidamente, lo llena otra vez y lo ofrece al presunto “invitado”. Este, en retribución a la atención, está obligado a beberlo de la misma forma en que le fue ofrecido. A su vez, puede “invitar” a una tercera persona de su elección siguiendo el mismo protocolo.
Esta es una costumbre inveterada en Tarija y fueron víctimas de ella muchas de las personas que la visitaron, desde los primeros tiempos, viéndose inmersos, muchas veces, en verdaderas competencias de libación que podían dejarlos muy mal parados, algo que tuvo que sufrir el Cnel. Gregorio Aráoz de La Madrid, según su propio relato, cuando estuvo de paso por la villa de Tarija luego de la batalla de Sipe Sipe, a comienzos de 1815 (Observaciones sobre las memorias póstumas del Brigadier General D. José M. Paz por el Gral. Gregorio Aráoz de La Madrid, 1855, p. 101ss).
Su origen se remonta por ello a mucho tiempo atrás, lo cual puede llevarnos quizás hasta nuestros pueblos originarios y, particularmente, de manera muy especial, a los churumatas, una rama de la tribu “chané” en la cual, según el explorador sueco Erland Nordenskiold, existía esa costumbre, relatada por él en los siguientes términos (La vida de los indios”, Leipzig [1912], 2002, p. 219):
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“Beber cangui (chicha de maíz) es toda una ceremonia. Los hombres están sentados delante en bancos y taburetes, las mujeres detrás de ellos en el suelo. Las damas mayores reciben los mejores asientos.
La anfitriona trae el cangui en sus mejores recipientes, “yambui” y lo pone delante de los invitados. El que tiene una vasija delante tiene que servir. Eso es válido también para los jefes e incluso yo he servido en las reuniones indígenas. No es raro que los hombres atiendan a las mujeres y viceversa.
El cangui se echa en calabazas decoradas que se pasan de una persona a otra. Cada uno tiene que vaciarla por completo. Quien se niega es mal educado e inculto. No es correcto servirse a sí mismo. Si uno quiere ser cortés con la persona a la que atiende, primero bebe todo el cuenco, luego lo llena de nuevo y se lo ofrece al otro. Si tomas todo lo que te han ofrecido, eres amigo de los indios.
Si te niegas, los indios desconfían. Un anciano chané me dijo una vez: “Eres un cristianos simpático, porque ya desde la mañana tomas chicha con nosotros”. Cuando Moberg retornaba de la caza cargado con presas, las guapas jóvenes se apiñaban en torno al feliz cazador y lo recibían con una calabaza de chicha de maíz. ¡Dónde quedaban las dificultades de la caza en comparación con las de tener que beber tanta chicha, ya que la mujer cuyo cuenco dejó sin tocar nunca se olvidaba de esta infamia!...”.
Efectivamente, la conexión que podría existir entre estas dos costumbres, la una probadamente de Tarija, la otra de los chanés, que tan bien describe Nordenskiold, podría establecerse a través de los churumatas, una de las parcialidades indígenas que habitaba Tarija desde antes de la llegada de los Incas y los españoles los cuales eran, según sus propias declaraciones, de origen chané.
Por otra parte, no solamente la costumbre misma es la que despierta esa posibilidad sino también el nombre con el que Nordenskiold dice que se llamaba la vasija donde se guardaba la chicha: “el yambui”, algo que es, igualmente, típicamente tarijeño.
Esto es algo que no solamente puede explicar de dónde proviene una costumbre tan arraigada en nuestro medio sino también, de la misma forma, documentar cuáles fueron nuestros orígenes, algo de la máxima importancia conforme podemos comprender …
En este acto, la persona que quiere ejecutar una aproximación social con alguna persona, por alguna razón especial, toma un “mate” es decir, un cuenco de calabaza que se usa para beber, lo llena hasta un determinado nivel en el “yambui” de chicha y dice, a la persona con la que quiere establecer el contacto: “Te invito…”.
Sin embargo, no entrega inmediatamente el mate al supuesto invitado sino que primero bebe él del mate que sirvió, hasta el fondo y, seguidamente, lo llena otra vez y lo ofrece al presunto “invitado”. Este, en retribución a la atención, está obligado a beberlo de la misma forma en que le fue ofrecido. A su vez, puede “invitar” a una tercera persona de su elección siguiendo el mismo protocolo.
Esta es una costumbre inveterada en Tarija y fueron víctimas de ella muchas de las personas que la visitaron, desde los primeros tiempos, viéndose inmersos, muchas veces, en verdaderas competencias de libación que podían dejarlos muy mal parados, algo que tuvo que sufrir el Cnel. Gregorio Aráoz de La Madrid, según su propio relato, cuando estuvo de paso por la villa de Tarija luego de la batalla de Sipe Sipe, a comienzos de 1815 (Observaciones sobre las memorias póstumas del Brigadier General D. José M. Paz por el Gral. Gregorio Aráoz de La Madrid, 1855, p. 101ss).
Su origen se remonta por ello a mucho tiempo atrás, lo cual puede llevarnos quizás hasta nuestros pueblos originarios y, particularmente, de manera muy especial, a los churumatas, una rama de la tribu “chané” en la cual, según el explorador sueco Erland Nordenskiold, existía esa costumbre, relatada por él en los siguientes términos (La vida de los indios”, Leipzig [1912], 2002, p. 219):
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“Beber cangui (chicha de maíz) es toda una ceremonia. Los hombres están sentados delante en bancos y taburetes, las mujeres detrás de ellos en el suelo. Las damas mayores reciben los mejores asientos.
La anfitriona trae el cangui en sus mejores recipientes, “yambui” y lo pone delante de los invitados. El que tiene una vasija delante tiene que servir. Eso es válido también para los jefes e incluso yo he servido en las reuniones indígenas. No es raro que los hombres atiendan a las mujeres y viceversa.
El cangui se echa en calabazas decoradas que se pasan de una persona a otra. Cada uno tiene que vaciarla por completo. Quien se niega es mal educado e inculto. No es correcto servirse a sí mismo. Si uno quiere ser cortés con la persona a la que atiende, primero bebe todo el cuenco, luego lo llena de nuevo y se lo ofrece al otro. Si tomas todo lo que te han ofrecido, eres amigo de los indios.
Si te niegas, los indios desconfían. Un anciano chané me dijo una vez: “Eres un cristianos simpático, porque ya desde la mañana tomas chicha con nosotros”. Cuando Moberg retornaba de la caza cargado con presas, las guapas jóvenes se apiñaban en torno al feliz cazador y lo recibían con una calabaza de chicha de maíz. ¡Dónde quedaban las dificultades de la caza en comparación con las de tener que beber tanta chicha, ya que la mujer cuyo cuenco dejó sin tocar nunca se olvidaba de esta infamia!...”.
Efectivamente, la conexión que podría existir entre estas dos costumbres, la una probadamente de Tarija, la otra de los chanés, que tan bien describe Nordenskiold, podría establecerse a través de los churumatas, una de las parcialidades indígenas que habitaba Tarija desde antes de la llegada de los Incas y los españoles los cuales eran, según sus propias declaraciones, de origen chané.
Por otra parte, no solamente la costumbre misma es la que despierta esa posibilidad sino también el nombre con el que Nordenskiold dice que se llamaba la vasija donde se guardaba la chicha: “el yambui”, algo que es, igualmente, típicamente tarijeño.
Esto es algo que no solamente puede explicar de dónde proviene una costumbre tan arraigada en nuestro medio sino también, de la misma forma, documentar cuáles fueron nuestros orígenes, algo de la máxima importancia conforme podemos comprender …