En Memoria de Don Julio Cari…
Él nació de pie Nació en el monte De niño se hizo hombre Y como hombre se enamoró. Amó a mi madre con tanta fuerza Con tanta, que nacimos seis Que con gran respeto Y grande orgullo Crecimos gracias a él… Papito querido, Chapaco como ninguno Querendón de tu tierra Amante de...
Él nació de pie
Nació en el monte
De niño se hizo hombre
Y como hombre se enamoró.
Amó a mi madre con tanta fuerza
Con tanta, que nacimos seis
Que con gran respeto
Y grande orgullo
Crecimos gracias a él…
Papito querido,
Chapaco como ninguno
Querendón de tu tierra
Amante de la tradición
Entre Carnaval, Pascua Florida y Navidad
La rueda aún ansía
Tu caja y erke y tus tonadas
Saltar la quena y tu camacheña
Olvidando penas en cada vuelta.
Con aquellas manos
Llenas de callos
De tanto esfuerzo
De hombre rústico pero honesto
Que sin conocer
Cansancio ni pretexto
Hacían como hablar
En melodías aquel
Violincito chapaco,
Compañero fiel
En sus andanzas
Mostrando en su afán
Cómo aprendiz se hizo maestro
De tanto cariño
Por su música y sus costumbres.
Vibran tus manos
En aquellas cuerdas
Habla tu alma en sus melodías
Haciendo bailar hasta los grillos
Y chicharras,
Que hoy también te extrañan
Muriendo tristes…
Se calló para siempre su violín
Se apagaron las luces del alma
Y cada vez que se escucha
En otras manos un violín,
Rechinan en nuestras almas
Las cuerdas y se llenan
De lágrimas los ojos
De quienes quisiéramos tenerlo
Aún presente.
Y presente estarás por siempre
En nuestras vidas
Las melodías de tu violín
Brillarán en nuestros corazones.
No te decimos adiós papá,
¡¡Te queremos mucho!!
Hasta siempre…
Nació en el monte
De niño se hizo hombre
Y como hombre se enamoró.
Amó a mi madre con tanta fuerza
Con tanta, que nacimos seis
Que con gran respeto
Y grande orgullo
Crecimos gracias a él…
Papito querido,
Chapaco como ninguno
Querendón de tu tierra
Amante de la tradición
Entre Carnaval, Pascua Florida y Navidad
La rueda aún ansía
Tu caja y erke y tus tonadas
Saltar la quena y tu camacheña
Olvidando penas en cada vuelta.
Con aquellas manos
Llenas de callos
De tanto esfuerzo
De hombre rústico pero honesto
Que sin conocer
Cansancio ni pretexto
Hacían como hablar
En melodías aquel
Violincito chapaco,
Compañero fiel
En sus andanzas
Mostrando en su afán
Cómo aprendiz se hizo maestro
De tanto cariño
Por su música y sus costumbres.
Vibran tus manos
En aquellas cuerdas
Habla tu alma en sus melodías
Haciendo bailar hasta los grillos
Y chicharras,
Que hoy también te extrañan
Muriendo tristes…
Se calló para siempre su violín
Se apagaron las luces del alma
Y cada vez que se escucha
En otras manos un violín,
Rechinan en nuestras almas
Las cuerdas y se llenan
De lágrimas los ojos
De quienes quisiéramos tenerlo
Aún presente.
Y presente estarás por siempre
En nuestras vidas
Las melodías de tu violín
Brillarán en nuestros corazones.
No te decimos adiós papá,
¡¡Te queremos mucho!!
Hasta siempre…