Concierto Sexagenario
Después de recibir una llamada telefónica, y completando el trabajo de viernes, encamine mis pasos a un acto cultural, supuestamente una orquesta de Cámara colegial que había escogido el día para homenajear al Día del Maestro; cuando llegue al teatro me indicaron que los estudiantes ya...



Después de recibir una llamada telefónica, y completando el trabajo de viernes, encamine mis pasos a un acto cultural, supuestamente una orquesta de Cámara colegial que había escogido el día para homenajear al Día del Maestro; cuando llegue al teatro me indicaron que los estudiantes ya terminaron su actuación y fue una desilusión, ya que pensé llegar en hora puntual; entonces me di cuenta que el día fue complicado y la memoria ya no era ese eficiente mecanismo que me recordaba cada una de las actividades que debía realizar y ordenaba mis horarios según las programaciones cotidianas .Aun así quería convencerme que no era cierto lo que me dijeron, de manera que me dirigí al lado, más precisamente al Auditorio de la Casa de la Cultura. Allí, ante mi reiterada pregunta, la respuesta de un funcionario fue sencilla, diciéndome que no sabía de los alumnos pero en ese salón iba a estar el profesor del colegio que yo preguntaba. Sin pensarlo dos veces ingrese, como uno de los primeros, al salón, dispuesto a dedicar ese momento a la cultura, sabiendo que el concertista garantizaba buena música. Reflexionando antes de iniciar el acto, me doy cuenta que se habían confundido dos actos culturales y el destino me había reservado para escuchar música instrumental en guitarra.
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Fernando Arduz Ruiz presentaba un concierto que tenía el objeto de recordar con música las diferentes etapas de su vida. El programa elegido, de por si era una maravillosa selección de temas, que hubieran sobrado para cumplir con este acto cultural. El artista organizo, en esta ocasión, La celebración de su vida en tres etapas: la primera titulada “Inicios”, ubicada en Tarija – Sucre - Tarija con temas de grandes maestros españoles: Asturias, Gran Jota Aragonesa y Danza del Molinero, esos temas representaban los años de 1958 hasta el 1978. La segunda etapa llamada “Desarrollo” la ubico en La Paz – Tarija – Madrid – Tarija, entre los años 1978-1998, con la interpretación de temas como Mujer, Niña y Amiga, Por la Quebrada y Tiempo Feliz del amigo Toto Vaca. La tercera parte titulada “Resultados” la ubico solamente en Tarija e interpretaría: Polvo en el Viento, Mi Buen Amor y Bolivia, Pueblo de Dios, esta etapa definió entre los años 1998 y 2018. Si analizamos la programación, podemos concluir que el hilo conductor de este acto es Tarija; por lo cual podría haberse titulado “Concierto a Tarija”
Empezó dando gracias a Dios y justifico su presencia como el festejo de un cumpleaños, el 60 aniversario de su nacimiento, el mismo que había pasado hace uno días atrás. El público asistente se mostraba incrédulo al principio porque era una manera sui generis de festejar y solo escuchaba, con mucha atención los relatos y más aún la maestría con que interpretaba cada uno de los temas elegidos. Hablo de su familia paterna, de su propia familia, de sus amigos, profesores y las familias de sus hijos; hablo de su vida y el mensaje fue siempre de esperanza, también hablo de los tropiezos que tuvo y tiene en su vida y no le han impedido demostrar la excelencia en la interpretación de la guitarra, nunca escuche una sola queja de sus enfermedades; más bien incentivando a prevenirlas y luchar para vencerlas; de igual manera resalto la calidad de los médicos tarijeños que le permitían estar presente en esa noche. Algo sumamente importante fue escuchar que en su vida había encontrado el amor y aun persiste, siendo este un ejemplo de apoyo conyugal.
Resalto al amigo Toto Vaca homenajeándole con la interpretación de su zamba “Tiempo Feliz”; y en esos momentos la emoción se desbordaba en muchos asistentes, cuando le regalaron algunos presentes e improvisamos todos el “cumpleaños feliz”. Con toda seguridad ha debido ser lo único desafinado de la noche, sin embargo justificaba un abrazo del público al maestro y amigo por su cumpleaños.
La noche cultural fue completa: interpretación, aplausos, emociones, alegrías y diversas sensaciones; hasta un ramo de flores como agradecimiento. La culminación fue una ovación con todos aplaudiendo de pie para reconocer toda una vida dedicada a la música y a representar a Tarija en muchos escenarios y con propios estilo y excelencia. La cultura fue el pretexto para festejar un cumpleaños sin una sola bebida, tan solo con la atención que representaba el respeto por las huellas dejadas por uno de los grandes tarijeños que ha brillado con luces propias y nunca ha permitido que la política intervenga en la grandeza de su vida.
Una vez culminado el acto y junto al calor del hogar, releo el programa que lo traje en uno de los bolsillo y concluí que: en los “inicios” Fernando Arduz Ruiz se dedicó de lleno a su formación y por ello interpreto a grandes maestros españoles, luego, en su “Desarrollo” se interesó por la música propia y la convierte en música de conciertos; y como “Resultados”es feliz que Bolivia sea un pueblo de Dios, es agradecido por tener su buen amor y se da cuenta que somos Polvo en el viento. Más allá de disfrutar con estas interpretaciones hay un subliminal .mensaje, dejado en el concierto, con una profundidad muy significativa.
Mientras un centenar de personas agasajamos a un maestro de la música, faltaron muchas instituciones públicas y privadas; Se que Fernando no necesita quedar bien con unos u otros personajes; sin embargo se notó la ausencia de muchos. Este acto cultural de un grande de Tarija debiera ser orgullo de todos y seguramente había otras actividades importantes o simplemente mucho frio, que parece ser la temperatura de medición de hechos trascendentes
Espero que en vez de invertir solo en obras de cemento, valoremos al ser humano y reconozcamos su grandeza. Un acto, como el acontecido, es de una importancia mayor para todos y la obligación primera es el apoyo e incentivo para que se repitan con mayor frecuencia y a nivel departamental y nacional. Tener a Fernando Arduz en los escenarios del país es demostrar el amor por la tierra y el orgullo por un tarijeño. Así se demostraría cómo se supera el hombre y puede alcanzar la excelencia. Este ejemplo de vida, con sello de Tarija, vale más que una hermosa y fría infraestructura. Esperamos que el consejo sea tomado en cuenta.
Gracias Fernando por invitarnos a tu fiesta de cumpleaños a celebrar, culturalmente, tu 60 aniversario.
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Fernando Arduz Ruiz presentaba un concierto que tenía el objeto de recordar con música las diferentes etapas de su vida. El programa elegido, de por si era una maravillosa selección de temas, que hubieran sobrado para cumplir con este acto cultural. El artista organizo, en esta ocasión, La celebración de su vida en tres etapas: la primera titulada “Inicios”, ubicada en Tarija – Sucre - Tarija con temas de grandes maestros españoles: Asturias, Gran Jota Aragonesa y Danza del Molinero, esos temas representaban los años de 1958 hasta el 1978. La segunda etapa llamada “Desarrollo” la ubico en La Paz – Tarija – Madrid – Tarija, entre los años 1978-1998, con la interpretación de temas como Mujer, Niña y Amiga, Por la Quebrada y Tiempo Feliz del amigo Toto Vaca. La tercera parte titulada “Resultados” la ubico solamente en Tarija e interpretaría: Polvo en el Viento, Mi Buen Amor y Bolivia, Pueblo de Dios, esta etapa definió entre los años 1998 y 2018. Si analizamos la programación, podemos concluir que el hilo conductor de este acto es Tarija; por lo cual podría haberse titulado “Concierto a Tarija”
Empezó dando gracias a Dios y justifico su presencia como el festejo de un cumpleaños, el 60 aniversario de su nacimiento, el mismo que había pasado hace uno días atrás. El público asistente se mostraba incrédulo al principio porque era una manera sui generis de festejar y solo escuchaba, con mucha atención los relatos y más aún la maestría con que interpretaba cada uno de los temas elegidos. Hablo de su familia paterna, de su propia familia, de sus amigos, profesores y las familias de sus hijos; hablo de su vida y el mensaje fue siempre de esperanza, también hablo de los tropiezos que tuvo y tiene en su vida y no le han impedido demostrar la excelencia en la interpretación de la guitarra, nunca escuche una sola queja de sus enfermedades; más bien incentivando a prevenirlas y luchar para vencerlas; de igual manera resalto la calidad de los médicos tarijeños que le permitían estar presente en esa noche. Algo sumamente importante fue escuchar que en su vida había encontrado el amor y aun persiste, siendo este un ejemplo de apoyo conyugal.
Resalto al amigo Toto Vaca homenajeándole con la interpretación de su zamba “Tiempo Feliz”; y en esos momentos la emoción se desbordaba en muchos asistentes, cuando le regalaron algunos presentes e improvisamos todos el “cumpleaños feliz”. Con toda seguridad ha debido ser lo único desafinado de la noche, sin embargo justificaba un abrazo del público al maestro y amigo por su cumpleaños.
La noche cultural fue completa: interpretación, aplausos, emociones, alegrías y diversas sensaciones; hasta un ramo de flores como agradecimiento. La culminación fue una ovación con todos aplaudiendo de pie para reconocer toda una vida dedicada a la música y a representar a Tarija en muchos escenarios y con propios estilo y excelencia. La cultura fue el pretexto para festejar un cumpleaños sin una sola bebida, tan solo con la atención que representaba el respeto por las huellas dejadas por uno de los grandes tarijeños que ha brillado con luces propias y nunca ha permitido que la política intervenga en la grandeza de su vida.
Una vez culminado el acto y junto al calor del hogar, releo el programa que lo traje en uno de los bolsillo y concluí que: en los “inicios” Fernando Arduz Ruiz se dedicó de lleno a su formación y por ello interpreto a grandes maestros españoles, luego, en su “Desarrollo” se interesó por la música propia y la convierte en música de conciertos; y como “Resultados”es feliz que Bolivia sea un pueblo de Dios, es agradecido por tener su buen amor y se da cuenta que somos Polvo en el viento. Más allá de disfrutar con estas interpretaciones hay un subliminal .mensaje, dejado en el concierto, con una profundidad muy significativa.
Mientras un centenar de personas agasajamos a un maestro de la música, faltaron muchas instituciones públicas y privadas; Se que Fernando no necesita quedar bien con unos u otros personajes; sin embargo se notó la ausencia de muchos. Este acto cultural de un grande de Tarija debiera ser orgullo de todos y seguramente había otras actividades importantes o simplemente mucho frio, que parece ser la temperatura de medición de hechos trascendentes
Espero que en vez de invertir solo en obras de cemento, valoremos al ser humano y reconozcamos su grandeza. Un acto, como el acontecido, es de una importancia mayor para todos y la obligación primera es el apoyo e incentivo para que se repitan con mayor frecuencia y a nivel departamental y nacional. Tener a Fernando Arduz en los escenarios del país es demostrar el amor por la tierra y el orgullo por un tarijeño. Así se demostraría cómo se supera el hombre y puede alcanzar la excelencia. Este ejemplo de vida, con sello de Tarija, vale más que una hermosa y fría infraestructura. Esperamos que el consejo sea tomado en cuenta.
Gracias Fernando por invitarnos a tu fiesta de cumpleaños a celebrar, culturalmente, tu 60 aniversario.