La Muela del Diablo, de volcán apagado a santuario
El volcán apagado está ubicado a 40 minutos en vehículo desde la urbe paceña. En la lengua aymara este promontorio se llama, Auqui Kollo, que significa Cerro Padre y en la cosmovisión andina es una wak’a, un espacio sagrado donde se celebran rituales.



También en cada Año Nuevo Aymara (21 de junio) se realizan ceremonias ancestrales.Para muchos se trata de la verdadera muela del diablo. Dicen que en el lugar se libró una batalla entre demonios y ángeles en la que los primeros perdieron. En la pelea uno de los demonios perdió una de sus muelas, que se quedó ahí, “para siempre, como muestra del poder de los ángeles de Dios”. La historia la cuentan los pobladores de Chiaraque, la comunidad que se extiende a los pies de la colina. También cuentan que las personas que la visitan quedan encantadas, además se dice que allí habitan duendes, incluso hay ciertos testimonios sobre personas desaparecidas.Llegar a la cima de la Muela del Diablo tiene como recompensa una vista maravillosa de la ciudad de La Paz: el centro, la zona Sur, Río Abajo parte de El Alto con sus nevados. En los días despejados la Muela del Diablo parece tocar el cielo, pero al escalarla y llegar a su cima -que toma unos ocho minutos caminando- se evidencia que no es así. Entre las rocas de la cima hay nombres de hombres y mujeres pintados. Frente a ellos, en una de las puntas en forma de pieza dental la naturaleza ha esbozado una especie de rostro, de ojos pequeños y nariz grande, sobre el que visitantes han pintado graffitis con pintura en spray, prueba de que no todos se toman en serio el culto a satanás.Además, hay restos de velas blancas y de colores en los huecos entre las piedras, hojas de coca, decenas de botellas plásticas de alcohol de un litro y los “soldaditos”, o alcohol medicinal que cuesta 1 boliviano y con el que suelen embriagarse menores e indigentes por su bajo costo.El sitio TripAdvisor de Estados Unidos, que proporciona información y consejos sobre viajes, destaca el lugar como “ruta en bicicleta”. “Realice este circuito en bicicleta, es realmente adrenalínico, ya que bajar el cerro en bici es una sensación totalmente increíble”, recomienda el sitio. La Alcaldía de La Paz, a través de una ley municipal, declaró a la Muela del Diablo como “monumento y parque natural”, que cada día recibe la visita de turistas nacionales y extranjeros.Éstos llegan a la colina generalmente caminando, tomando una de las avenidas del barrio El Pedregal, que se encuentra en la zona Sur de la ciudad de La Paz.
Comunarios consideran a la Muela una wak’aHabitantes de la comunidad Chiaraque consideran a la Muela del Diablo como un (una wak’a) sitio sagrado donde se celebran rituales andinos.Según la cosmología andina, las wak’as son espíritus ancestrales que habitan en piedras, cerros, en el aire, en manantiales, etc., que en reciprocidad con los humanos, responden a sus solicitudes y así crean una alianza mística especial.Germán Quispe, un comunario del sector, indicó que, según la tradición ancestral, cada año los pobladores ofrecen una mesa a la Pachamama en las faldas de la Muela del Diablo.“El 21 de junio, del pasado año le ofrecimos una mesa blanca a la Muela del Diablo como agradecimiento por los favores recibidos y para que nos vaya bien este año, nos proteja, para que no haya más robos de ganado en la comunidad”, afirmó.La comunidad agrícola de Chiaraque se halla ubicada en las faldas de la formación rocosa y tiene aproximadamente 25 familias.Añadió también que la ko’a, o quema de la mesa, la efectúan el primero o el último viernes de agosto.En el lugar los agricultores de los alrededores e incluso habitantes de la ciudad de El Alto realizan este tipo de rituales andinos en La Muela del Diablo (que nada tiene que ver con los cultos satánicos). En algunos casos, dijo, están acompañados de un yazira o amauta.“Es una tradición realizar este tipo de rituales andinos, sobre todo en ese mes. Los comunarios ofrecen a la Pachamama mesas blancas y, dependiendo de la intención, incluyen fetos de llama y otros elementos. Se conocen que realizan estos rituales por las mañanas y las tardes”, explic´´o. La antropóloga Luz Castillo explicó que las wak’as son “lugares sagrados para los comunarios y que representan una conexión entre la humanidad y las deidades”.
Cómo llegarLa Muela del Diablo es una colina ubicada cerca de la ciudad de La Paz, Bolivia, a 300 metros de altura. Se ubica entre las serranías de la zona sur, cerca de los barrios de Calacoto, Aunquisamaña, Los Pinos, Mallasa y Mallasilla. Es uno de los lugares turísticos de la ciudad, visible desde la ciudad y El Alto. Se puede llegar al mirador natural caminando -como lo hace la gran mayoría de los turistas nacionales o extranjeros- o en vehículo. Desde el centro de La Paz el tiempo de viaje es de una hora, aproximadamente.
Detalles del exótico lugar
Comunidad A los pies de la Muela del Diablo está la comunidad rural de Chiaraque. Sus habitantes consideran a la montaña como una de las más importantes Apachetas de La Paz. SantuarioLa Muela, según testimonios recogidos por este diario, también es considerada un santuario de Lucifer, donde los fieles le rinden culto los martes y viernes, como ocurría en la curva de la Autopista de La Paz- El Alto, donde fue esculpido un rostro, que según los fieles, era del diablo. Características Entre las rocas de la cima hay nombres de hombres y mujeres pintados. Frente a ellos, en una de las puntas en forma de pieza dental la naturaleza ha esbozado una especie de rostro, de ojos pequeños y nariz grande, sobre el que visitantes han pintado graffitis con pintura en spray