Contaminación, avasallamientos y pesca ilegal asedian San Jacinto
Los campesinos de las comunidades aledañas a la represa piden un proyecto turístico que permita potenciar la zona y dejar de lado las críticas a los locatarios que se dedican a esta actividad para “subsistir”
Los problemas en torno a la represa de San Jacinto parecen no tener fin, mientras la Gobernación busca recuperar las áreas avasalladas por parte de los dueños de algunas de las cabañas en Tolomosita Sud y denuncia que se está contaminando el lago, del otro lado, comunarios de la zona demandan un proyecto turístico para garantizar las condiciones y potenciar el turismo en esta zona. Además, están pendientes varios frentes de lucha, entre ellos, la pesca indiscriminada y depredadora que realizan algunas personas para proveer a los locales de comida del lugar.
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Frentes de lucha
Queda claro, que el problema que asedia a la represa de San Jacinto debe abordarse desde diferentes frentes. Uno de ellos es los servicios básicos, que es responsabilidad del Gobierno Municipal de Cercado. Al no haber un sistema de alcantarillados, las aguas servidas acaban en el lago o afluente cercano.
Por otro lado, está la responsabilidad que tiene el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), que debe hacer cumplir el dictamen de medidas precautorias que prohíbe a los propietarios de las cabañas la ampliación de construcciones a orillas de la represa. A esto se suma, los movimientos de tierra que se realizan en las cabeceras de los afluentes que llegan al lago, que terminan arrastrando toneladas de sedimentos. También es una problemática vigente.
Juan Pablo Romero: “Las especies que actualmente hay en el lago, es el pejerrey, carpa y tilapia, lo que se está extinguiendo”
Los campesinos
El dirigente de la Subcentral de Tolomosa, Sail Guerrero, señala que en este último tiempo se ha cuestionado bastante a los cabañeros de Tolomosita Sud, pero que no se ha efectuado ninguna propuesta que vaya a favorecer a este sector, que pese a las adversidades busca dar las condiciones de turismo en este lugar.
“Donde está el detalle, que la comunidad de Tolomosita Sud en su gran parte, toda la gente que está ahí a la rivera, al lado del cerro en las cabañas, sus terrenos de cultivos han quedado bajo el lago, no tienen dónde sembrar, no se les ha dado a esa gente nuevas parcelas donde sembrar, no han sido reubicados por lo menos para que se sigan dedicando a la agricultura, no se les dio las condiciones”, afirmó.
Guerrero reconoció que los dueños de estos terrenos que quedaron sumergidos por el agua, recibieron una indemnización por parte del Estado, pero que la transacción se efectuó en la década de 1980, cuando Bolivia vivía una hiperinflación, y que al poco tiempo ese dinero se devaluó y no pudieron aprovechar esos recursos. “Ni siquiera han podido comprar un animal”. Dijo.
El dirigente campesino mencionó que actualmente la gente de este lugar solamente busca subsistir. Reconoció que no existen las condiciones para desarrollar la actividad turística a plenitud. Recalcó que´, al ser una comunidad del área rural, sus habitantes no gozan de recursos económicos para autofinanciarse una Planta de Tratamiento o proyectos de agua potable, siendo esta una competencia del Estado.
Guerrero afirmó que San Jacinto es la cara del turismo de la provincia Cercado, pero que no se está brindando el apoyo necesario, por el contrario, cuestionó que se esté haciendo más énfasis en la ruta del vino, actividad turística que compete al municipio de Uriondo.
Pesca indiscriminada
El representante del grupo cultural que se dedica a la pesca deportiva “Sola vez al pique”, Juan Pablo Romero, expresó su preocupación y apuntó a los comunarios del lugar por estar efectuando una pesca depredadora, utilizando mallas de más de 100 metros de distancia para arrasar con la fauna ictícola de la represa.
“Las especies que actualmente hay en el lago, es el pejerrey, carpa y tilapia, lo que se está extinguiendo, cuando uno va a pescar apenas saca unito o dos y nos preocupa de gran manera esto”, apuntó.
Romero recordó que existe una disposición normativa que prohíbe la pesca con mallas, pero que personas inescrupulosas realizan esta actividad, poniendo estas redes como trampa, incluso en plena luz del día.
“Esto es de todos los días, antes por lo menos era en la madrugada, ahora a plena luz del día, están poniendo mallas de unos 100 metros, y así haciendo un barrido entre grandes y chicos, calculamos que deben sacar unos 10 kilos de pescado al día por malla que usan, imagínese que pongan unas 10 mallas, pues son 100 kilos diarios de pescado”, advirtió.