No hay un registro del movimiento económico que genera la pesca
Unas 8.000 familias indígenas viven de pescar en el Pilcomayo
La Gobernación levantó la veda en el departamento de Tarija. Hay 62 concesiones que forman parte de esta cadena productiva. El sábalo de Villa Montes es el más requerido en esta temporada
Mediante la Resolución Administrativa 196/2023, la Gobernación de Tarija ha levantado la veda en el río Pilcomayo, autorizando la pesca, transporte y comercialización del sábalo. Para esta actividad se han otorgado 62 concesiones y se autorizó a 270 personas para que puedan realizar actividades de transporte. Se estima que unas 8.000 familias indígenas del Chaco viven de la pesca.
Aunque no existe un registro con datos estimativos sobre el movimiento económico que genera la actividad pesquera en el Pilcomayo, autoridades hacen eco al señalar que esta es una de las fuentes de ingresos más grandes para las familias de Villa Montes, principalmente para los pueblos indígenas Guaraní, Weenhayek y Tapiete.
Este fin de semana el Gobierno Regional del Villa Montes realizará el Sabalito Fest, con el que prevé reactivar la economía de ese municipio
El anuncio del levantamiento de la veda ha sido realizado por el gobernador, Oscar Montes, quien fue el encargado de firmar la Resolución Administrativa. Sin embargo, instó a regular la cantidad de redes que tiene que haber en el río Pilcomayo, a fin de preservar la especie. Asimismo, pidió que los próximos años sean las autoridades técnicas quienes decidan un tema delicado que es el levantamiento de veda.
“Creo que hay que poner orden, hay que poner ley, es la única manera de asegurar que esta especie sobreviva, porque implica el movimiento económico de varias familias en la zona de Villa Montes especialmente. (…) Si nosotros no lo cuidamos nadie la va a cuidar por nosotros”, señaló.
Al respecto, el director de Biodiversidad de la Gobernación de Tarija, Evelio Téllez, entrevistado por El País, detalló que previo al levantamiento de la veda, se ha realizado un informe técnico en conjunto con el Gobierno Regional de Villa Montes.
Téllez señaló que la comercialización del sábalo del Pilcomayo debe realizarse cumpliendo las recomendaciones en tamaño no menor a los 35 centímetros para la venta y un peso mínimo de 900 gramos. Asimismo, para las concesiones pesqueras, está prohibido el uso de mallas, trampas, dinamitas y cucharas.
El funcionario de la Gobernación manifestó que el beneficio de levantar la veda, no solamente es para las familias de Villa Montes o para los pueblos indígenas, sino también esto tiene su efecto en el sector del transporte y para las comerciantes de los principales centros de abasto del departamento, como del interior del país.
“El Gobernador nos ha dado la tarea, para que en pocos días nosotros podamos formar un reglamento y ley para regular la actividad pesquera en el río Pilcomayo, siempre preservando la fauna piscícola”, manifestó.
Téllez no se animó a precisar cuánto representa el movimiento económico que genera la actividad pesquera en el río Pilcomayo durante estos cuatro meses que se levanta la veda.
8 mil familias indígenas esperan la pesca
El representante del Sindicato de Pescadores de Villa Montes, Francisco Pérez Nazario, quien además pertenece al pueblo Weenhayek, señaló que son más de 8.000 familias de los pueblos indígenas las que se benefician con la actividad pesquera desde que ingresa el río Pilcomayo a territorio boliviano en la comunidad de D'Orbigny en el municipio de Yacuiba, en su paso por Villa Montes, y salir por la provincia O’Connor hacia Chuquisaca.
Asimismo, el dirigente expresó su satisfacción por el hecho de haberse levantado la veda en el Pilcomayo, ya que hasta ahora las familias indígenas sólo sacaban peces para su subsistencia, pero a partir de ahora ya podrán comercializar.
Frente al anuncio realizado en días pasados por el secretario de Desarrollo Productivo de la Gobernación, Efraín Rivera, quien advertía que para esta gestión que el cardumen será más pequeño, Pérez argumentó que ya son varios años que el sábalo ha disminuido su peso, por esa misma razón es que insta a los pescadores devolver al río los peces que no cumplan con el tamaño adecuado.
“Todos los años es así, tampoco podemos satanizar, no es que todos los años llegan todos los peces grandes, llegan de todo tamaño en las diferentes oleadas. Este es un fenómeno que se ha dado desde otros años, hay veces que hay más, otras veces pescado pequeño”, refirió.
Pérez coincidió en la necesidad de normar la actividad pesquera, manifestó que en años anteriores en su mayoría eran las familias indígenas las que se dedicaban a la pesca, pero que ahora han aparecido muchas personas que se dedican a esta actividad, e incluso lo hacen fuera de la temporada de la veda.