Los sueños del Guadalquivir
La movida científica en Tarija
El campo científico es uno de los diferentes campos en disputa en Tarija. Está articulado de manera directa a los campos económico, político, educativo, étnico y de clase, pero no por eso deja de ser un campo de acción independiente
Cuando inicié mis estudios de doctorado con 35 años me consideraba un investigador joven para Tarija. Allá en Alemania no pensaban lo mismo: con 35 años yo ya era viejo y estaba casi inhabilitado para postular a una beca de estudios. Allá un investigador joven es alguien de 23 a 25 años, con una licenciatura y el masterado en el bolsillo. Pero aquí en Tarija yo era una wawa; todos los investigadores locales eran mucho más viejos que yo y el que menos, me llevaba por 5 o 10 años de ventaja. Un investigador de 35 años con casi una decena de publicaciones académicas de relevancia era en ese entonces una maravilla nunca vista.
Hace 20 años atrás, si se publicaba un libro por año en Tarija era un buen año. Pocas veces coincidían más de uno por año, y por el contrario había años en los que no se publicaba nada. Y estamos hablando de la totalidad de la producción intelectual en Tarija, no de autores individuales. La situación era todavía peor en el área académica. Yo conozco intelectuales tarijeños que tienen su libro guardado durante más de 15 años sin poder publicarlo. La producción académica normal en esa época era de cada 3 a 5 años; recuerdo que el año 2004 fue especial porque los dos Marios (Valverde Toro y Suárez Calvimonte) publicaron sus libros de San Roque.
Ahora en Tarija se están produciendo de 10 a 15 libros por año, muchos de los cuales son libros académicos. No es solamente que hay más gente que le gusta pensar, que escribe y que es consecuente con ello. Tampoco es que ahora haya más cosas sobre las que hablar (aunque podría argumentarse que esos temas se construyen por medio de la práctica intelectual). Lo que ahora ha cambiado es por un lado las condiciones materiales, pero también –y esto es lo importante– se ha logrado establecer un mercado de lectores asiduos a la producción literaria e intelectual en Tarija. Eso nos ha permitido un avance intelectual independiente de los dueños del poder político de Tarija. Ustedes, nuestros lectores asiduos, son los que nos han mantenido a flote; no tan solo por lo que han invertido en cada libro que han comprado, sino por el interés siempre constante en nuestra producción intelectual. Hemos entrado en el discurso público de Tarija, y por eso deberíamos agradecerle también a la prensa y a los periodistas que nos han estado apoyando todos estos años. Gracias chicos.
Hemos subido el nivel académico de Tarija, aunque solo sea parcialmente. Hay una mayor población de personas con estudios de posgrado de calidad y que se vuelven cada vez más visibles, de manera que nuestras nuevas generaciones empiezan a aspirar también ellos a un doctorado para hacer ciencia de calidad. Esto significa también, y este es un fenómeno nuevo, que ahora hay muchos más chicos y chicas que quieren hacer ciencia e investigación a una temprana edad. Aquí estoy hablando desde sus 15 años, cuando están en el colegio; a sus 20, cuando todavía están en la universidad; y a sus 25, cuando recién comienzan a ser profesionales. Todos ellos son sumamente capaces y solo necesitan aprender la manera, la disciplina y la ética necesaria para hacer buena ciencia.
Hace poco más de un año (el 2021) comenzamos con la coordinadora de investigadores locales, donde identificamos una población total de hasta 50 investigadores locales distribuidos en todo el departamento de Tarija. La sensación que muchos de ellos y ellas manifestaron en su momento fue: por fin un espacio donde podamos coordinar, trabajar y soñar juntos. De la coordinadora salieron colectivos específicos de investigación, como el InvestigANDO, el taller de Investigación Cultural y los grupos de estudios institucionales. Todavía se me siguen acercando nuevos investigadores que han escuchado de nuestra movida y quieren articularse a nuestra forma de hacer ciencia. Todo esto es en adición a la institucionalidad ya existente antes de que nosotros lleguemos: los centros y departamentos de investigación en todas y cada una de las universidades, los proyectos de investigación de las ONG’s financiados por la cooperación internacional, las sociedades científicas (de Geografía y de Etnografía e Historia), el museo y el observatorio, entre otras cosas.
Estamos en una etapa de florecimiento intelectual en Tarija. Ahora por fin podemos hablar de la instauración formal y efectiva de una Academia de ciencias tarijeña. Tenemos la masa crítica para romper con la forma vieja de hacer ciencia e investigación y de renunciar a la monotonía, a nuestra zona de confort y a la mediocridad a la que estamos acostumbrados y en la que nos han criado. Ahora podemos exigirnos ser mejor que nunca, sin recaer en nuestros malos hábitos. Podemos cambiar nuestro círculo vicioso por un círculo virtuoso. Este es el momento en el que podemos empezar a construir en serio la herencia que le queramos dejar a nuestros hijos. El futuro lo construimos aquí y ahora.