Las recientes lluvias aliviaron al sector productivo de la región
En Tarija piden priorizar el uso del agua para consumo y riego
Una sequía prolongada afectó a comunidades campesinas en Bolivia. Otros lugares del mundo también han sufrido la falta de lluvias. En algunas zonas, se prohibió el uso del agua para llenar piscinas



Tras varios meses de angustia por la intensa sequía que afectó principalmente a la agricultura de Tarija, dirigentes campesinos y el presidente del Comité de Gestión de la Reserva de Sama, Renán Donaire, recalcan que priorizar el uso del agua para consumo humano y riego, en relación a otros usos o destinos, es clave para la conservación del líquido elemento, para las actuales y futuras generaciones.
El agua es un recurso vital para la sobrevivencia del ser humano y toda la biodiversidad animal y vegetal, por lo que las autoridades llamadas por ley, instituciones públicas, privadas y el resto de la población están obligadas a protegerlo. Los dirigentes coinciden en que todos deben sumarse a esa causa.
Si bien en pasados días se han registrado precipitaciones pluviales, que han generado una sensación de alivio, se teme que se volverá a atravesar por un escenario similar, o peor. El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) ya advirtió que la carencia de lluvias será hasta marzo de 2023.
El uso de agua en piscinas y para el lavado de vehículos es un claro ejemplo de cómo se desperdicia el agua, sobre todo sabiendo que muchas de las comunidades la necesitan para regar sus cultivos o simplemente para consumir.
Esta situación ha generado una alerta en todo el mundo, incluso en algunos países de Europa, donde se determinó limitar el uso del agua para el riego de jardines, el llenado de piscinas y la limpieza de coches, entre otras medidas.
De acuerdo a Donaire, si bien el sector de turismo es importante, también se debe saber cómo usar el recurso hídrico, cómo tratar el agua para no tener que cambiar y utilizar sistemas de riego para optimizar el uso del agua, a goteo, como ya se hace en algunas comunidades.
“Por más que paguen impuestos, se debe priorizar el tema de consumo humano y lo que es la producción, ver la forma de reutilizar el agua y trabajar más en ese sentido, desde los colegios”, mencionó.
Abrumadora ausencia de lluvias
El déficit de precipitaciones de la gestión 2022, que se atribuyó al fenómeno de La Niña, dejó a diferentes barrios y comunidades de Tarija en una larga temporada de estiaje y cortes del líquido elemento.
Los caudales de agua en el Rincón de la Victoria, el lago San Jacinto, los ríos Camacho, Pilcomayo, Tarija, entre otros, redujeron a niveles históricos afectando la biodiversidad. El río Guadalquivir, que en años pasados fue un atractivo turístico, quedó convertido en un riachuelo.
Tal fue la preocupación, que comunidades íntegras de distintas zonas de Tarija organizaron jornadas de oración para pedir la llegada de lluvia. En el altiplano boliviano y norte de Perú se realizaron oraciones, ayunos y costumbres para pedir este recurso tan necesario y tan escaso.
De acuerdo a Edgar Gutiérrez, miembro del Comité Impulsor de la Ruta Gastronómica de Erquiz, a raíz de la sequía, la distribución de agua en algunas comunidades se realiza tan solo por algunas horas, en algunos casos se daba paso tres horas, dos horas, una hora, mientras que otras familias nuevas incluso no tenían acceso a este recurso.
El dirigente de la Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija (FSUCCT), Elvio Diaz, reportó que, ante la preocupación por la escasez de agua, a algunas comunidades se llevó agua de vertientes. Es por ello que pidió priorizar este recurso para riego, consumo y siembra.
La sequía podría persistir hasta marzo
De acuerdo al Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), la sequía persistirá en Bolivia hasta marzo de 2023. los municipios afectados llegarán a 64 y el departamento con más daño será Oruro.
En Tarija, todos los municipios se están declarando en emergencia. Se estima que están en riesgo unas 40.000 cabezas de ganado en Bermejo y Padcaya y el doble en la Región del Chaco; además, en la zona alta se teme por los cultivos de cebolla y papa, entre otros.