Una especialista recomienda no minimizar los temores y reforzar la información sobre la vacuna
Ancianos rehúyen a la vacuna por miedo y desinformación en Tarija
Sabina, de 67 años, vende caramelos en las calles de la ciudad. Cuando le hablan sobre la vacuna anticovid se le escapa una carcajada, afirma no conocer de qué trata ni dónde vacunan



Sabina es una mujer de 67 años y acompañada de una canasta con caramelos deambula por las calles de la ciudad intentando ganar el sustento para su familia, pues su hija menor y nieta dependen de ella. Cuando le hablan sobre la vacuna contra el Covid-19 se le escapa una carcajada, pues afirma no conocer de qué trata ni dónde vacunan, mucho menos qué efectos podría tener. “Prefiero estar así sanita, por ahí me vacunan y eso me hace enfermar, yo tengo que trabajar arto todavía”, afirma sin dudar.
A kilómetros de allí, en un poblado fronterizo llamado La Capilla, Maribel Cabezas ha encontrado su refugio a la pandemia, esta mujer de 69 años que “¡gracias a Dios! el Covid-19 no la ha pescado”, vive apartada de la vida social y solo con un perro de compañía.
Durante más de un año sus salidas esporádicas a Tarija ya no existen, pues para ello tendría que abordar un minibus pequeño que siempre viaja lleno en la madrugada y lastimosamente sin medidas de bioseguridad se expondría a un contagio.
Por ello, tras un año de pandemia y de ver a sus hijos en contadas ocasiones, ha tenido que aprehender a usar el WhatsApp a la fuerza y desde allí, parada encima de unas piedras que descansan en su patio, logra encontrar señal y llamar a su hija, pues le intriga saber si debe vacunarse contra la Covid o no.
Hace algunos años atrás fue diagnosticada con Chagas, después llegó la Hipertensión, la Tiroides y finalmente un marcapaso a su vida, que ya hasta ese entonces había resistido mucho. Y aunque es una mujer valiente, para sus adentros prefiere guardar el miedo que le genera poner otro medicamento en su cuerpo, además de las cinco pastillas que ya toma día a día y que esto traiga más complicaciones.
Sus hijos optaron por traerla a la ciudad y llevarla a un médico especialista en cardiología, pues ni ellos se animaban a dar el visto bueno para que recibiera la dosis anticovid.
"Para un anciano, entre tener y no tener la vacuna del Covid, será mejor siempre la primera opción, pues si adquiere la enfermedad no será tan fuerte", fue lo que señaló el médico. Quien tras escuchar las pulsaciones de Maribel le aseguró que no tendría inconvenientes con la vacuna.
La responsable del Programa Ampliado de Inmunización (PAI) en Tarija, Virginia Cazón señaló en una entrevista con El País, que hasta la fecha se han repartido 51.000 dosis de vacunas a personas de la tercera edad en todo el departamento. De este grupo significativo, también ya se vacunaron a ancianos con enfermedades de base, más ninguno de ellos presentó complicaciones adversas severas, asegura.
Félix y Serafina son un matrimonio que llevan juntos 60 años, mas el tiempo no ha influido en que él pierda la paciencia que lo caracteriza y ella deje de ser "una viejita testaruda", como dice su nieta.
A su casa llamaron desde el Centro de Salud Palmarcito, indicando que ambos debían recibir la vacuna anticovid. "No dieron más información, solo dijeron que había que ir a hacer fila temprano, nosotros le quisimos decir que la abuela toma pastillas de la presión y a veces no puede respirar, pero no dijeron nada", señala Marcela, quien cuida a ambos.
Félix, quien no presenta enfermedades de base, recibió la dosis sin ninguna molestia, más su esposa sentía miedo y pese a las reiteradas recomendaciones de su familia dejó pasar su turno. Más tarde, sus dos hijos cayeron con cuadros graves de la enfermedad aún siendo jóvenes, esto alertó a Serafina, pero no fue suficiente.
Una brigada médica tuvo que darle referencias de casos exitosos, de ancianos de mayor edad que ya se habían vacunado y que incluso se encontraban con enfermedades mucho más graves. Le explicaron que quizá podría sentir un leve dolor de cabeza, cansancio por algunos días o dolor en la zona donde la inyectarían, pero a más de eso no pasaría.
Cazón explica que en Tarija solo se han registrado 170 casos leves de reacción a la vacuna en ancianos, que consiste básicamente en un cuadro de dolor muscular o de cabeza que perdura por un día y que se ha solucionado con la ingesta de paracetamol o antigripal.
Félix, Serafina y Maribel, todos mayores de 60 años esperan la segunda dosis de la vacuna anticovid. La doctora Tamara Barrios, quien dirige una de las brigadas médicas del Municipio, señala que, si bien no se puede obligar ni presionar a los adultos mayores a dar este paso, es importante que la familia pueda informarse de manera consciente acerca de las vacunas y sus efectos. “Tenemos que escucharlos, y no minimizar su miedo, el cambio de decisión será provocado por una socialización responsable”, asegura.
¿Por qué es importante recibir la vacuna?
La doctora Tamara Barrios explica que la vacuna es para la prevención de enfermedades que pueden ser potencialmente mortales. Acceder a una vacuna permite la generación de anticuerpos y la protección ante la Covid-19.
Esto ayuda a reducir la mortalidad, especialmente en personas adultas mayores, que, junto con aquellos que padecen enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión, son más vulnerables.
La especialista mencionó que las vacunas aprobadas hasta ahora por autoridades sanitarias han mostrado eficacia y estándares de seguridad apropiados. “Cualquier persona que pueda acceder a la vacuna debe aceptarla para su protección, aunque sea muy mayor o tome medicamentos” indica.