Elecciones del 11 de abril
Cómputo: Montes en ventaja, Ruíz se aferra al voto rural
La demora en el cómputo y sin fórmulas de conteo rápido, la incertidumbre se despeja de a poco. Los dos candidatos se consideran ganadores, aunque en Cercado Montes suma más voto entre los indecisos
Lo que tienen las crónicas electorales es que en algún momento hay que decir basta para escribir y que el texto se pueda imprimir en la edición del día siguiente, y esto en jornadas electorales se hace muy complejo, más cuando el Tribunal Electoral sigue eludiendo sus responsabilidades y no pone en marcha un sistema de transmisión rápida de datos, como en todos los países del mundo, por los fantasmas de la elección de 2019.
Si a esto se suman las dificultades de las encuestadoras, que ya se han cansado de hacer boca de urna y demás para acabar igual errando, el grueso de la población tarijeña se fue a dormir sin tener idea de cómo iban a cuadrar los números al final.
Pasadas la 01.00 de la madrugada, el cómputo estaba en el 31,5% y la ventaja del candidato de Unidos sobre el candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS) era considerable – 62,88% a 37,12% -. Pero, aun así, los diferentes centros de cómputo de los frentes seguían insistiendo – preocupados – en que había partido por jugar atendiendo a las características habituales de la votación en Tarija: las primeras actas en llegar son capitalinas y céntricas, donde el voto antiMAS es más fuerte, mientras que las últimas en llegar son las ánforas de áreas rurales, donde son más proclives a votar al partido azul.
Óscar Montes había estimado una ventaja del 10 por ciento al cierre del cómputo oficial mientras que Álvaro Ruíz apuntaba a una victoria por la mínima. El conteo del TED no permitía al cierre de esta edición hacer proyecciones más sólidas, salvo por lo avanzado en Cercado y su comparación con lo sucedido en primera vuelta.
En la primera vuelta, Unidos solo logró el 43,38% de los votos con algo más de 60.000 apoyos, mientras que el MAS sumó un 34,92% y algo más de 48.000 votos. En la segunda vuelta, la tendencia del MAS en Cercado mantenía el 37% mientras que Montes se disparaba por encima del 60% abriendo diferencias que resultarán difíciles de contrarrestar en otras provincias.
Respecto a la primera vuelta, unas 70.000 personas no tenían candidato. De ellas, 29.000 eran de Cercado, y que, de acuerdo a los datos preliminares, han decidido apoyar a Montes, pues en términos generales, ni el ausentismo, ni el voto blanco ni el voto nulo estaban creciendo respecto a la primera vuelta.
Otras 26.000 estaban en el Gran Chaco, y el resto en el resto de provincias del departamento a priori más favorables al voto del MAS, en cualquier caso, ambos deben romper el empate a 111.000 votos de la primera vuelta. El candidato del MAS insistía en que han ganado en ocho de los once municipios de Tarija, aunque no son precisamente los más poblados.
Estrategias y cábalas
El cómputo siguió toda la noche y con seguridad ingresó, o está por ingresar, en la fase en la que los delegados pelean acta por acta para tratar de restar votos al contrincante, una estrategia de alto voltaje en caso de finales apretados como los que todavía se auguran. Desde un frente hablan de distancias del 2-4 por ciento y desde el otro de un 5-7 por ciento.
En la tarde, sin embargo, el nerviosismo del frente de Unidos había encendido varias alarmas, pues desde tempranas horas se hablaba de supuestos fraudes y se arengó a sus seguidores para que fueran a hacer vigilia al Tribunal Electoral Departamental (TED) provocando algunos incidentes con los vehículos contratados del organismo, que trataban de retirar el material sobrante hacia los puntos de depósito.
Más prudente estuvo el Movimiento Al Socialismo, que durante toda la jornada eludió confrontaciones y alarmismos. La euforia que sobrevino después del debate del pasado lunes se fue atenuando en la semana. Lo probable es que Ruíz firme los mejores resultados del MAS en unas departamentales, por delante incluso de Carlos Cabrera que en 2010 rondó el 43%. Lo que no está claro es que le sirva para ganar.
Contando aproximadamente un 10% cada hora y media, se estima que al medio día de este lunes se puedan entregar los resultados oficiales en el salón de la Democracia del Tribunal Electoral Departamental, aunque esto dependerá de cómo se esfuercen los delegados en pelear diferentes actas y, claro, que no haya un cuarto intermedio programado por los vocales.
Lo que le espera al futuro Gobernador
Más allá del triunfo en la Gobernación, al futuro Gobernador de Tarija le espera el desafío de la gobernabilidad, que se antoja más sencilla que en el pasado por el fraccionamiento de la Asamblea Legislativa Departamental y la consolidación de alcaldes con cierta experiencia política.
En 2010 la Asamblea estaba conformada por 11 asambleístas de Camino al Cambio (que era el oficialismo), 11 del MAS, cinco del PAN – el partido autonomista chaqueño -, y tres indígenas, y la mayoría acabó por desahuciar a Mario Cossío de su cargo.
En 2015 el MAS sumó una mayoría mucho más cualificada, al sumar 16 curules por 9 de Unidad Departamental Autonomista, que no tardó en fraccionarse, además de dos de ISA en Villa Montes y tres indígenas.
El 7 de marzo, la asamblea quedó configurada con 13 asambleístas del MAS, 12 de Unidos, dos de Todos y tres indígenas, lo que da diferentes alternativas para confirmar mayorías.
Uno de los factores que generó más problemas de gobernabilidad fueron los subgobernadores, que, imbuidos del poder otorgado por el voto popular, se consolidaron como contrapeso a la Gobernación de turno. En esta ocasión, una vez retirada la condición de electos como instruyó el veredicto constitucional sobre el Estatuto Autonómico, tendrá que ser el Gobernador quien nombre a las diferentes figuras en cada municipio, ahora bien, deberá acertar en el perfil para que no haya problemas.
En cuanto a las alcaldías, que en la última legislatura han sido el principal quebradero de cabeza con la Ley del 8% y los diferentes débitos automáticos, siguen en su mayoría bajo el control del Movimiento Al Socialismo: Yacuiba, Bermejo, El Puente, Yunchará, San Lorenzo, Padcaya, Caraparí y Villa Montes, mientras que Unidos controla Entre Ríos, Uriondo y Cercado
El otro gran asunto a conciliar es el de la cohabitación con la autonomía regional del Chaco, región que se ha vuelto a consolidar entorno al Movimiento Al Socialismo, que controlará las principales instituciones.
Sobre la mesa seguirá planeando el Pacto Fiscal Nacional, que de alguna forma tiene que dar estructura a un Pacto Fiscal Departamental que garantice la distribución de recursos en función de proyectos e indicadores y no solo en base a población o territorio.