Análisis de la jornada electoral
Claves y reflexiones de una elección que se resolverá en balotaje
Óscar Montes (Unidos) y Álvaro Ruíz (MAS) rondan el 37% de los apoyos y forzarán una segunda vuelta donde el 20% obtenido por Oliva resultarán definitorios. A nivel nacional, irrumpen algunos viejos rostros
Una vez más, los tarijeños se fueron a dormir sin datos oficiales del Tribunal Electoral, ni definitivos ni de conteo rápido. El vacío lo cubrió grosso modo la encuestadora CiesMori con su conteo rápido que perfila una segunda vuelta en la Gobernación de Tarija entre Álvaro Ruíz (MAS) y Óscar Montes (Unidos) con un empate técnico a 37% y deja descolgado a Adrián Oliva (Todos), cuyo apoyo se cifra en un 20% y que probablemente subirá algo con el conteo en las provincias que nunca es bien ponderado en este tipo de estudios preliminares.
Con todo y sin datos oficiales, sí hay varias conclusiones y algunas incógnitas que se empiezan a extraer y que son útiles de cara al futuro inmediato.
La primera es que el contexto de pandemia, con todo el agotamiento generado, ha impulsado una renovación general en todo el país, donde no hay una sola autoridad reelecta ni en Gobernaciones ni en Alcaldías de ciudades capitales, aunque en algunos casos la “renovación” supone recuperar a personajes como Manfred Reyes Villa, ungido alcalde de Cochabamba por abrumadora mayoría.
La segunda es que el MAS tiene en Tarija un voto duro mucho más relevante del que le adjudican permanentemente las encuestas y los analistas. Más allá de los resultados de Evo Morales en 2009 y 2014, donde llegó al 51%, sus apoyos rondan el 40% incluso en las elecciones más complicadas como la de Pablo Canedo en 2015, el referéndum constitucional de 2016 o las dos elecciones nacionales de 2019 y 2020.
La tercera es precisamente saber qué pasará con ese 20% largo que logró Adrián Oliva y que decantará la segunda vuelta después de una campaña en la que se ha diferenciado más de Óscar Montes que del MAS, incluso con alusiones directas y críticas concretas a la visión política.
Cabe recordar que en 2015 UDA se impuso en primera vuelta con un 45,45% de los votos, pero el candidato del MAS, Pablo Canedo, llegó a forzar la segunda vuelta sumando el 36% de los apoyos. Oliva recabó el apoyo de Luis Alfaro – díscolo del MAS y que sumó un 13% – para la segunda vuelta, donde se impuso con el 60% de la votación frente al 40% que obtuvo el MAS.
El dominio territorial del MAS
Tanto Álvaro Ruíz como Óscar Montes reclamaron para sí la victoria electoral en esta primera vuelta que las encuestadoras conceden por un punto al tres veces alcalde de Cercado, pero que para el dos veces alcalde de Uriondo no responde a la realidad, ya que con el voto rural y de provincias, seguirá subiendo para imponerse en primera vuelta.
Balotaje La segunda vuelta entre los dos candidatos con mayor votación se dará el 11 de abril
Montes habló durante toda la jornada de irregularidades en el proceso, especialmente refiriéndose a los hechos – habituales – de Bermejo y la llegada de bolivianos – argentinos que requieren el certificado de sufragio.
Ruíz, por su parte, insistió en que el apoyo le ha llegado en forma de decisión por el cambio y la inversión económica en coordinación con el Gobierno y cree que el argumento le servirá para ganar en segunda vuelta.
Tradicionalmente las provincias de Arce, Avilés, Méndez y Uriondo, además del Gran Chaco, han apoyado la candidatura del MAS y han logrado mayoría de curules en la Asamblea, por lo que Ruíz confía en que esto se vuelva a repetir en esta ocasión. El MAS estima ganar al menos tres por Cercado y dos por el Chaco, por Arce, por Méndez, por O´Connor y por Avilés, lo que le daría 13 curules de los 30.
Los municipios
El sistema del Tribunal Electoral también dejó en ascuas los resultados sobre las alcaldías mientras que las encuestadoras solo consagraron la victoria de Johnny Torres, que “estaba cantada” desde el inicio del proceso, incluso con más porcentaje que el 51% que le asignan.
En Yacuiba Carlos Brú (MAS) celebró su propia victoria, aunque no hay datos oficiales, y en Yunchará la senadora y exalcaldesa, Gladys Alarcón, informó que el MAS ganó todos los procesos en liza, lo cual sería coincidente con el histórico.
Más peleado va a estar Bermejo, donde se cruzaron las denuncias de acarreo desde la Argentina, y también Villa Montes, donde Robert Ruíz, actual subgobernador, pugna con Rubén Vaca (MAS), que es su antecesor.
Cabe señalar que solo el alcalde de Caraparí, Wilman Peña, buscaba la reelección en 2021, esta vez con Unidos, mientras que el resto ha buscado acomodo en otros cargos (Rodrigo Paz, Delfor Burgos y la propia Alarcón como parlamentarios) o se han alejado de la política.
El equilibrio nacional, en punto muerto
Según el mismo cómputo rápido ofrecido por CiesMori y más allá de los cambios de nombres, el equilibrio nacional se mantiene en un punto muerto: ni el MAS gana terreno ni lo pierde, pero tampoco sus opositores, al menos hasta que se consumen los resultados oficiales y las segundas vueltas.
El Movimiento Al Socialismo de Evo Morales, quien se jugaba parte de su liderazgo en este proceso, pues quedarse solo con cuatro Gobernaciones (Potosí, Pando, Oruro Cochabamba) o acabar ganando ocho (Beni, Tarija, La Paz y Chuquisaca) según los resultados del balotaje. Ganar La Paz sería mejorar los resultados de 2015, donde solo ganó en el eje la Gobernación cochabambina.
En un análisis más detallado se puede concluir que en ciertos centros se ha votado contra la voluntad de Evo Morales: es el caso de El Alto, donde Eva Copa será alcaldesa con un 60% - 20% menos de lo que pronosticaban las encuestadoras -; pero también de la ciudad de Cochabamba, donde tras ganar Luis Arce en 2020 responde ahora votando por un enemigo declarado como Reyes Villa, o en Santa Cruz, donde Adriana Salvatierra firma uno de los peores resultados del partido azul allí.
La elección departamental certifica además la muerte precoz de tres partidos con aspiraciones: El primero es Demócratas en Santa Cruz, reducido a cenizas tras renunciar a la Gobernación y fracasar en la Alcaldía, lo que, sumado a su derrota por incomparecencia en las nacionales, que los dejó sin parlamentarios, supone un cambio de ciclo que tratará de aprovechar Luis Fernando Camacho, que sí cumplió sus expectativas ganando la Gobernación con un 57% de los votos. Ante sí la oportunidad de desarrollar su proyecto.
El segundo es Sol.bo, que pasa a la historia de La Paz – aunque gana la alcaldía de Oruro – luego de que Luis Revilla no fuera capaz de gestionar un sucesor para dar continuidad a la gestión que empezó Juan del Granado. La oportunidad la ha aprovechado el analista y exministro de Jeanine Áñez, Iván Arias, que hizo muchas promesas en campaña que ahora deberá cumplir.
El tercero es Comunidad Ciudadana, que se comprometió a liderar la oposición, pero no ha logrado alianzas relevantes en ningún departamento y solo puede arrimarse a la virtual victoria – menos de un punto no es concluyente - de Gary Áñez en Santa Cruz, que, en cualquier caso, es un arrendatario.
Otro dato curioso que revela cómo se ha ido acomodando el poder es el del Beni, donde el encaje entre Jeanine Áñez – candidata a la Gobernación – y Ernesto Suárez – a la alcaldía de Trinidad – han quedado relegados con apenas un apoyo del 13% de la población respectivamente, sin duda un golpe fuerte para Áñez que alguna vez quiso ser Presidenta electa.
También producto de la división es el resultado en Sucre capital, hasta ahora siempre opositor al Gobierno del MAS, pero que ha dado la Alcaldía al candidato del MAS con un 32%. En la Gobernación Damián Condori – otro librepensante – ganó, pero tendrá que disputar el poder en segunda vuelta contra el MAS.
En Potosí el excívico Johnny Llally, célebre por liderar contundentes paros, se hizo con la Alcaldía por delante del exalcalde y parlamentario René Joaquino, que trató de retornar al poder local, mientras que Marco Pumari se queda muy lejos del candidato del MAS a la Gobernación.