Baja la venta de flores, comida, faroles y velas en el Cementerio de Tarija

Este año será el primero desde hace quince que don Serapio Farfán no venderá faroles en la puerta del cementerio General de Tarija debido a las restricciones de la pandemia. Aunque las calles cubiertas de multitudes dicen lo contrario, el Covid-19 aún permanece y los protocolos de seguridad, criticados y cuestionados por muchos, dictaron que el cementerio no estará abierto por la noche para la celebración de Todos Santos.“Hay 20 faroleros y se arman alrededor de cinco mil faroles de distintos materiales. Algunos de papel de seda otros de plástico reciclado. Nos encargamos de juntar las cañas de cortar los faroles. Por la noche anterior a Todos Santos, el cementerio se llena de luces. Es para que las almitas sepan que les estamos esperando todos los años”, dijo.Cada farol se vende en 2, 50 bolivianos que equivale a un total de 12.500 bolivianos por los 5.000 faroles que comercializan. A cada farolero le toca 625 bolivianos aproximadamente sin contar el costo del material. Este trabajo solo se lo realiza en Todos Santos y para ellos significa amortiguar la crisis que viven.

Frente a la puerta principal del Cementerio tiene su puesto de guirnaldas doña Janeth Mamani. “A nosotros, gracias a Dios, no nos ha ido muy mal. Se ha logrado vender bien nomás el 80 por ciento de nuestra producción porque mucha gente del campo igual ha venido a llevar. No hacemos mucho, y hay de todo precio. Desde 20 hasta 150 bolivianos. Pero nuestra producción es baja, porque cada año se incrementan los vendedores y tampoco es que se gana la gran cosa”, señaló.Respecto a la venta de comida, también hubo una baja considerable. Hace diez años que Haydeé Choque tiene un puesto de papas rellenas, empanadas y refresco.

“Solamente podemos vender en la mañana. Digamos que se venden 200 empanadas a dos bolivianos cada una, son 400 sin contar el precio de los ingredientes. Nosotros contábamos que en la noche más podríamos vender porque ahí es donde la gente hace gasto, pero ahora nos ha dicho que no. No es que todos los días nosotros ganamos así, es una vez al año. Peor con las condiciones de la pandemia, el encierro también afectó nuestros bolsillos, de alguna manera tenemos que juntar para pagar las deudas que se han acumulado”, argumentó.Por otro lado, criticó las medidas que tomó el Comité de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) para la fiesta de Todos Santos. “No entiendo por qué el municipio ha tomado esa decisión. Nos han dicho que en la noche va a estar cerrado, pero en la mañana, abierto. Igual la gente se llena en la mañana y todos están apilados. Peor si restringen los horarios, toda la gente quiere venir a ver a sus seres queridos”, mencionó.

Lucía Ximénez vende velas en la puerta del Cementerio. “Las ventas mayores eran en la noche, pero este año ya no nos permiten. Ya de por sí la venta ha bajado, ahora mucho más. Si digamos se vendían 300 velas de un boliviano ahora hemos vendido 50”, dice.Al lado de ella está Susana Ríos que vende flores en un puesto en el suelo. Traemos estas flores desde Coimata y este año las estamos dando a mitad de precio para que nos compren. El ramo está a cinco bolivianos, hay de diez y de quince. Si no terminamos de vender hoy vamos a tener que ir al centro o a los mercados para ofrecer, qué más queda. Tenemos que llevar a la casa la platita, pues”, afirmó.

Cementerio noabrirá puertasel 1 ni el 2de noviembre

El Comité de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) informó a través de un comunicado oficial que los cementerios de Tarija no permanecerán abiertos el 1 y 2 de noviembre para la festividad de Todos Santos con la finalidad de evitar la propagación del Covid-19. “Informamos a toda la población en general que el COED departamental determinó la no apertura de los cementerios para la festividad de Todos Santos”, señala el comunicado.