El departamento, desde hace un par de años, ya sentía efectos de la recesión económica
La pandemia le puso “punto final" a varios negocios en Tarija
Existen negocios con larga trayectoria, en distintos rubros, que se vieron obligados a declararse en quiebra. Otros tuvieron que cerrar temporalmente para evitar el pago de salarios
Varios emprendimientos con larga trayectoria en Tarija, según sus propietarios, han tenido que lidiar con una crisis económica desde hace un par de años atrás. Sin embargo, la llegada de la pandemia de la Covid-19 obligó a “poner fin” a muchos de ellos. Algunos, aún están buscando las formas de mantenerse a flote y no declararse en quiebra.
Hay emprendedores que han decidido mantener su negocio a flote, lo que les obligó a cambiar la forma de atender a sus clientes, a repensar cómo generar recursos sin poner en riesgo sus vidas y las de sus trabajadores.
Otros optaron por cerrar, eso se puede evidenciar en la decena de letreros que se observan en el centro de la ciudad de “se alquila”. Locales, tiendas y oficinas que antes ofrecían un servicio, hoy ya no tienen clientes.
El “fin” de algunos negocios
Aunque a la fecha no se tiene un dato exacto de cuántas empresas cerraron en el departamento de Tarija durante la pandemia, desde la Federación Departamental de Empresarios Privados advirtieron que fueron “varias” las que se declararon en quiebra.
El presidente de esta institución, Marcelo Romero, señaló que preparan los datos exactos para darlos a conocer en “su momento” a los medios de comunicación, pero recalcó que la crisis económica en la región sigue ascendente y las proyecciones futuras no son motivadoras.
Para nombrar algunos de los establecimientos que se encuentran cerrados por la cuarentena, que solo tomaron una pausa hasta que todo vuelva a la normalidad, están los conocidos restaurantes El Fogón del Gringo y el Gattopardo.Mientras que Cine de La Torre, que además ofrecía sauna y escuela de natación, está entre los emprendimientos que han decido cerrar definitivamente.
El peso de los impuestos
El País habló con el propietario que decidió abrir un cine el año 2010 en Tarija, Carlos de La Torre, quien nació y reside en la ciudad de Cochabamba. Cuenta con varias empresas y negocios en esta ciudad y en Santa Cruz.
El empresario confirmó que el complejo recreativo en el que se convirtió el cine de La Torre, ahora se encuentra en venta, poniendo fin a su emprendimiento en una región con una cultura comercial y economía baja en relación a otros departamentos.
“El tarijeño es muy reacio a salir, prefiere un buen vino y un churrasco, después llegó el cine virtual con aplicaciones como Netflix, luego la pandemia y lo peor de Tarija son sus impuestos que impone la Alcaldía que son más altos que en Cochabamba, Santa Cruz y La Paz. Pagamos unos impuestos municipales fuertísimos, es como para hacer escapar a cualquier industrial”, aseguró.
El apoyo para el emprendedor es nulo, según el empresario, quien además recordó que en una oportunidad obsequió unas pantallas a la Alcaldía, pero, “nunca” recibió ni una carta de agradecimiento. Solo una en la que pedían que firme para que el obsequio sea “legal”.
“Todas esas cosas van sumando al ánimo, pensaba, ¿qué estoy haciendo aquí?, estas máquinas las regalé cuando estaba Rodrigo Paz de alcalde y ni una carta de agradecimiento. En este momento tengo una embotelladora, un hotel, un parqueo en otros departamentos, no digamos que estamos ganando, ahora es tratar de buscar el empate y lo hemos logrado en otras partes”, dijo.
Carlos, economista de profesión, indicó que, en relación a otras regiones, existe una suerte de reinvertir y circular su economía. Pero en el caso de Tarija, recibió recursos en su momento, pero no lo inyectó en el ámbito comercial para generar un efecto multiplicador y obtener una economía renovable.
El Fogón del Gringo
Tras rumores que surgieron por el cierre definitivo de este emblemático restaurante, una de las propietarias de este negocio, Carolina Méndez, confirmó que está cerrado “temporalmente” y no así de manera definitiva.
Méndez refirió que las próximas semanas son las “más complicadas”, respecto a la pandemia del Covid-19, y expuso que se encuentran realizando las adaptaciones de bioseguridad al restaurante para abrir nuevamente las puertas al público, garantizando la salud tanto de los usuarios como de los trabajadores.
Gattopardo, en el “limbo”
La situación actual del restaurante Gattopardo, que abrió sus puertas a la población hace unos 28 años, es “incierta”, según informaron fuentes cercanas a la administración de este emprendimiento que pidieron mantener su identidad en reserva.
El País trató de contactar al propietario del afamado restaurante, Paulo Gonzáles, para conocer la situación actual por la que atraviesa el negocio, pero no hubo respuesta.
Sin embargo, a tres meses de la cuarentena en el país, Gonzáles declaró a Bolivia Verifica que “hasta que no se tenga un protocolo establecido, no abriremos el local, por eso es que tampoco estamos haciendo el servicio de delivery”.
Desempleo
La Federación Departamental de Profesionales estima que el 70% de la población está sin trabajo fijo
Emprendedores que buscan mantenerse “a flote”
Tras varios años de vender los afamados “cababs”, los lunes de Carnaval en la plaza Luis de Fuentes y Vargas, Fernando Castillo decidió abrir su propio emprendimiento familiar denominado “El Clásico” hace unos nueve años. El empresario busca nuevas ideas y productos atractivos para mantener a flote el negocio y combatir la crisis.
“El local tendrá una nueva característica, me parece que tendremos otra categorización y ya no la de snack, porque contaremos con la fabricación de los cababs crudos para preparar en casa y comida con delivery. Siempre hemos tenido apoyo del banco, tenemos obligaciones que nunca fallamos. Los locales más amplios tienen más gastos, somos un negocio familiar, si hubiera necesitado contratar más personal, hubiera sido otra la historia”, contó.