“No llueve, pero gotea”
Más conciencia que control, Tarija lista para encapsularse
Los vendedores y compradores de zonas populares comprenden la necesidad del encapsulamiento, pero creen que se debe extremar esfuerzos para ayudar a los que menos tienen y que no padezcan de hambre
Si bien las calles de la ciudad, especialmente el centro, se llenaron de gente este domingo, los vendedores de los mercados se quejaron de que las ventas no fueron lo que esperaban. “No llueve, pero gotea fue la expresión de uno de ellos, mientras se preparaban para cumplir con el encapsulamiento que empieza este lunes en Tarija y culmina, en principio, el próximo domingo.
El encapsulamiento significa que durante los próximos siete días no funcionarán los servicios financieros ni se abrirán los centros de abastecimiento públicos y privados, además que sólo circularán los automóviles de las instituciones autorizadas para hacerlo y de personas que sean autorizadas.
Víveres
El día despertó con sol y por la cantidad de personas que rodeaban el Mercado Central todo hacia presumir que la población se preparaba para proveerse de víveres; sin embargo, no fue “tan así”, aunque las tiendas comerciales de todo tipo abrieron sin restricciones en todo el recorrido que va desde la calle Sucre y toda la ruta que sigue la Cochabamba hacia el mercado Campesino.
En el centro de abasto La Loma, a las 10.00, si bien no todas las vendedoras de comida salieron, las que tenían su puestos en funcionamiento se encontraban con los suficientes comensales y ofertaban, como cualquier otro día, los platillos propios de estas región, desde una sopa de maní, fideo, saice, picante de pollo y hasta una ranga.
Desde este lugar hasta el mercado Campesino todas las tiendas que venden distintos artículos, colchones, muebles, ropa, artículos de tocador, limpieza, juguetes, alimentos, bicicletas y sus repuestos, elementos de bioseguridad, etc., eran visitados por grupos de personas, que si bien llevaban el barbijo reglamentario, no cumplían con el distanciamiento social.
También se encontró en el camino a vendedores ambulantes que ofrecen todo tipo de abalorios, fruta, naranjas, manzanas, maníes, cereales, sandalias, gorros, espejitos, bolígrafos, pegamentos, elementos de belleza para mujeres como esmaltes para uñas, lápices labiales, perfumes, máquinas desechables de afeitar y otros artículos.
El transeúnte José Chávez expresó su preocupación por la gente que no cuenta con los suficientes recursos económicos, “conozco gente que está llorando, con este encapsulamiento ¿qué hará siete días sin poder hacer nada?”, preguntó.
“Hay gente que está desesperada, el encapsulamiento como medida para proteger la salud está excelente, pero también las autoridades tendrían que ver a esa gente que no tiene qué comer, deberían socorrerlos, hacer un poquito de planificación”, recomendó.
Expresó su esperanza de que la enfermedad se atenúe y baje su letalidad. Sea menos contagiosa y retornar a la normalidad, “ya no se aguanta la desesperación, es horrible la depresión”, agregó.
A su turno, la vendedora de comida del mercado La Loma, Sara Flores, mostró su acuerdo con la medida del encierro para prevenir la enfermedad, pero que la situación económica “nos está matando”, arguyó que las gremiales viven el día a día y muchas vendedoras, con las limitaciones y, peor aún, con la cuarentena, las están pasando muy mal ya que no pueden vender.
“Hay mucha gente pobre – dijo -, con familia que no tiene cómo generar ingresos, con niños, no tienen ni qué comer, pido al pueblo ser solidario y se preocupe de la gente que no tiene, esa que vive en los barrios marginales, las autoridades deberían ayudarles, si quiera les lleven una canastita de alimentos”.
Por su parte, el vendedor de todo tipo de carne en el Mercado Central, Címar Orlando Benítez de la Vega, apuntó que la venta no fue buena, aunque la gente se le aproximó para consultar por los precios que no se incrementaron, pero que no es como en otros centros de abasto donde el ingreso es normal.
“Aquí no dejan entrar a la gente así nomás, les piden el carnet y eso influye mucho, la gente se pasa, no es como en el Campesino que las personas transitan sin problemas pero va bien no más, no llueve, pero gotea”, señaló con una sonrisa y los ojos picarones.