El Bioparque Urbano no está abierto al público desde que inició la cuarentena
La crisis sanitaria no afectó presupuesto del Bioparque
El director del Centro de Conservación de Vida Silvestre recomendó no comprar animales propios del bosque porque no son mascotas, al contrario, mantienen el equilibro en la naturaleza
Las actividades en el Bioparque Urbano Central de Tarija, que es un centro de custodia de fauna y vida silvestre, dependiente del Gobierno Municipal, no se detuvieron, su personal, cuatro guardafaunas, dos técnicos y un administrativo se encargan de que los animales albergados tengan alimentación y se encuentren en buena salud.
El director de la entidad, el veterinario Luis Morales, contó que ellos asisten de manera normal y realizan labores de construcción, avanzar con los proyectos programados y el mantenimiento de la salud de los animales.
Visitas
“Por supuesto que ya no se reciben visitantes”, sostuvo, la gente antes podía disfrutar de los espacios abiertos, pero ahora se debe evitar las aglomeraciones de las personas y por el momento solo asiste el personal del bioparque.
Contó que cuentan con un presupuesto anual otorgado por el Gobierno Municipal de Tarija que asegura la alimentación de los animales, a diferencia de otros centros de este tipo a nivel nacional que responden a iniciativas privadas y dependen de los ingresos que puedan generar o del pago que realizan los voluntarios para trabajar en los centros de vida silvestre.
“El Gobierno Autónomo Municipal provee de todos los servicios para el mantenimiento, el dinero es lo suficiente para tener alimento los 365 días del año para los animales y otros gastos que se tienen, compramos 14 ítems de fruta, legumbres y carne y vísceras”, contó.
También reciben la colaboración de la empresa “Rico Pollo” que les brinda carne de las aves que son el excedente o que no reúnen el peso necesario para ser comercializadas. Son unos 130 animales entre jaguares, pumas, chanchos de monte, monos, loros, parabas, buitres y quirquinchos que tienen su alimentación.
Contó que los últimos ejemplares que ingresaron fueron dos flamencos que probablemente migraron a la ribera del río Guadalquivir a causa de la baja de niel de agua de las lagunas, fueron rehabilitados e introducidos en su hábitat.
A su tuno la veterinaria Gabriela Lima, contó que el transporte del Gobierno Municipal se encarga de trasladar al personal del bioparque todos los días para cumplir con su jornada, actualmente se enfocan en el cuidado y manejo de los animales en cuanto a su alimentación, salud, además de realizar trabajos de mejoría en los ambientes.
“El trabajo es principalmente el manejo de los animales, también estamos empezando a activar la página virtual del centro de vida silvestre, hemos empezado a publicar algunas “ “cositas” y tenemos pensado a realizar algunas actividades”, adelantó.
Subrayó que se entiende que la entidad debe estar abierta al turismo departamental, nacional e internacional, pero ya que no se puede abrir las puertas al público, pensaron en lanzar algunas publicaciones a nivel virtua
Bioparque urbano cobija a
El Bioparque Urbano de Tarija al iniciar su actividades en junio de 2017 contaba con 67 animales de la fauna silvestre, ahora cobija a más de 130, entre jaguares, pumas, cóndores y otras aves de diversas variedades, monos capuchino, urinas y tortugas, pero todos ellos están destinados a terminar sus días en este lugar porque en el país no existen programas para su conservación.
el bioparque es un centro de custodia de fauna silvestre y se albergan a las especies más representativas de la región, Luis Morales sostuvo: “todos los animalitos que tenemos lamentablemente van a terminar sus días acá”; adelantó que se ve la posibilidad de trabajar con un programa de conservación para los cóndores a corto o mediano plazo, pero el resto de las especies continuarán en el lugar.
Explicó que es difícil una reinserción al hábitat natural de esas especies que son producto del tráfico. Primero, por haber estado en contacto con el ser humano y otros animales domésticos pueden adquirir enfermedades que si se los libera contagiarían a otras especies que comparten ese medio ambiente y crear un desastre ecológico.
Segundo, la mayoría de los animales al llegar al Bioparque eran crías, aunque son animales silvestres y tienen un instinto, muchas de sus habilidades las aprenden de sus padres o congéneres, especialmente los que viven en grupo. Al haber sido despojados de sus familias a temprana edad, no aprenden ciertas habilidades de sobrevivencia.
“Por ejemplo, en el caso de los monos que viven en sociedades complejas y poseen un sistema de comunicación a través de sonidos, uno que no haya aprendido esta habilidad, cuando escuche un llamado de alerta no lo entendería y sería una presa fácil de otros depredadores”, contó.