Hay competencia, pero aún se vive de la fotografía en Tarija
Distintos fotógrafos de la ciudad coincidieron en que si bien la competencia aumentó en el rubro, aún se puede vivir de ella, es más, si se es capaz de destacar y sobresalir entre los colegas hasta se puede cobrar caro y, en algunos casos, les basta con trabajar en un par de fines de semana...



Distintos fotógrafos de la ciudad coincidieron en que si bien la competencia aumentó en el rubro, aún se puede vivir de ella, es más, si se es capaz de destacar y sobresalir entre los colegas hasta se puede cobrar caro y, en algunos casos, les basta con trabajar en un par de fines de semana para cubrir los gastos de la casa para todo el mes.
Testimonios
El fotógrafo de la plaza, Esteban Mamani Flores, que lleva 50 años en el oficio, empezó a los 17 años y nunca se movió del lugar donde actualmente ofrece sus servicios contó que el trabajo ya no es como antes, aparte de que la tecnología cambió las reglas de juego. “Antes la fotografía era un arte, ahora es un negocio, cualquiera puede hacerlo”.
“Ha bajado completamente la de-manda gracias a esos aparatos celulares, sacan fotos, hacen otras cosas más, pero aún da para vivir de la fotografía, los placeros estamos más cómodos en relación a otros trabajos en estudio”, agregó.
Por su parte, el propietario del estudio “Foto Dixi”, Carlos Cruz, indicó que de un tiempo a esta parte bajó bastante el trabajo, especialmente el revelado, con el avance de la tecnología, lo digital les quitó el trabajo, antes la fotografía era con películas de rollos y se debía hacerlos revelar para ver la imagen.Actualmente ya no es necesario hacer eso para ver las fotos, cualquiera con un celular puede sacar una imagen y, si no está bien o no le gusta, puede hacerlo de nuevo y cuantas veces quiera.
A su vez, el fotoperiodista Edwin Chambilla, con ocho años de experiencia en el rubro, sostuvo que en los últimos tiempos aparecieron bastantes fotógrafos aficionados y profesionales, aunque en Bolivia no haya una carrera profesional, muchos acceden a cursos online, presenciales, “workshops”, talleres, etc. y por eso se extendió bastante.
“Hay mucha gente que se dedica a la fotografía, empiezan como aficionados y luego ingresan al mundo laboral, empiezan a cobrar por su trabajo, es rentable de alguna manera, si uno se mueve da para vivir y vivir bien, pero siempre y cuando sepas cómo moverte”, afirma Chambilla.
A su turno, el fotógrafo beniano José Villamor, afirmó que vino a Tarija para conocer la ciudad con el motivo del carnaval y también hacer unos pesos con su oficio aunque observó que hay mucha competencia entre los “ambulantes”, “es un negocio que se hace porque a uno le gusta y da para sobrevivir, especialmente si uno hace un buen trabajo”.
Entre tanto, Limbert David Cari, que posee una pequeña empresa junto a su padre en el rubro de la fotografía apuntó que en los últimos años creció la competencia, pero que siempre les dio dinero, “siempre y cuando se tomen buenas fotos, darle dedicación y tiempo”, además de ir actualizándose con talleres y cursos.
“Se puede llegar a vivir de la fotografía, aparte de que somos unos locos apasionados, da para vivir, realmente estos últimos años he estado enfocado en eso, tomé algunos cursos y todo va bien por el momento”, afirmó
Todo depende de la profesionalidad y calidad
El fotógrafo de estudio Daniel Alfredo Arce Aquino, “Darquino”, apuntó que se dedica exclusivamente a tomar fotos de bodas pero la competencia aumenta porque cada dos a tres años surge una camada de unas 20 personas que se dedican a esta actividad. De los cuales desparecen 15 y cinco se quedan.
“Ellos van avanzando y de a poco, lo mismo que ha pasado conmigo, van ocupando espacios de acuerdo a la calidad de sus trabajos, no tenemos una ciudad lo suficientemente grande para que nos pueda ocupara todos, lo que reduce un poco la cantidad de clientes, pero creo que yo y otros fotógrafos ya somos conocidos y es-tamos en una partecita de arriba de la pirámide”,indicó.
Ya que es un fotógrafo conocido, subrayó que no necesita generalmente tener trabajo todos los fines de semana le basta solo dos para que pueda cumplir con sus expectativas y puede ganar lo suficiente para pagar los servicios de su vivienda, y le alcanza para “alguno que otro gusto”.
Pero sí, dijo, sigue en aumento la cantidad de fotógrafos, surgen nuevos talentos, pero sus clientes que ya entienden de fotografía, buscan la calidad que quieren tener.
Testimonios
El fotógrafo de la plaza, Esteban Mamani Flores, que lleva 50 años en el oficio, empezó a los 17 años y nunca se movió del lugar donde actualmente ofrece sus servicios contó que el trabajo ya no es como antes, aparte de que la tecnología cambió las reglas de juego. “Antes la fotografía era un arte, ahora es un negocio, cualquiera puede hacerlo”.
“Ha bajado completamente la de-manda gracias a esos aparatos celulares, sacan fotos, hacen otras cosas más, pero aún da para vivir de la fotografía, los placeros estamos más cómodos en relación a otros trabajos en estudio”, agregó.
Por su parte, el propietario del estudio “Foto Dixi”, Carlos Cruz, indicó que de un tiempo a esta parte bajó bastante el trabajo, especialmente el revelado, con el avance de la tecnología, lo digital les quitó el trabajo, antes la fotografía era con películas de rollos y se debía hacerlos revelar para ver la imagen.Actualmente ya no es necesario hacer eso para ver las fotos, cualquiera con un celular puede sacar una imagen y, si no está bien o no le gusta, puede hacerlo de nuevo y cuantas veces quiera.
A su vez, el fotoperiodista Edwin Chambilla, con ocho años de experiencia en el rubro, sostuvo que en los últimos tiempos aparecieron bastantes fotógrafos aficionados y profesionales, aunque en Bolivia no haya una carrera profesional, muchos acceden a cursos online, presenciales, “workshops”, talleres, etc. y por eso se extendió bastante.
“Hay mucha gente que se dedica a la fotografía, empiezan como aficionados y luego ingresan al mundo laboral, empiezan a cobrar por su trabajo, es rentable de alguna manera, si uno se mueve da para vivir y vivir bien, pero siempre y cuando sepas cómo moverte”, afirma Chambilla.
A su turno, el fotógrafo beniano José Villamor, afirmó que vino a Tarija para conocer la ciudad con el motivo del carnaval y también hacer unos pesos con su oficio aunque observó que hay mucha competencia entre los “ambulantes”, “es un negocio que se hace porque a uno le gusta y da para sobrevivir, especialmente si uno hace un buen trabajo”.
Entre tanto, Limbert David Cari, que posee una pequeña empresa junto a su padre en el rubro de la fotografía apuntó que en los últimos años creció la competencia, pero que siempre les dio dinero, “siempre y cuando se tomen buenas fotos, darle dedicación y tiempo”, además de ir actualizándose con talleres y cursos.
“Se puede llegar a vivir de la fotografía, aparte de que somos unos locos apasionados, da para vivir, realmente estos últimos años he estado enfocado en eso, tomé algunos cursos y todo va bien por el momento”, afirmó
Todo depende de la profesionalidad y calidad
El fotógrafo de estudio Daniel Alfredo Arce Aquino, “Darquino”, apuntó que se dedica exclusivamente a tomar fotos de bodas pero la competencia aumenta porque cada dos a tres años surge una camada de unas 20 personas que se dedican a esta actividad. De los cuales desparecen 15 y cinco se quedan.
“Ellos van avanzando y de a poco, lo mismo que ha pasado conmigo, van ocupando espacios de acuerdo a la calidad de sus trabajos, no tenemos una ciudad lo suficientemente grande para que nos pueda ocupara todos, lo que reduce un poco la cantidad de clientes, pero creo que yo y otros fotógrafos ya somos conocidos y es-tamos en una partecita de arriba de la pirámide”,indicó.
Ya que es un fotógrafo conocido, subrayó que no necesita generalmente tener trabajo todos los fines de semana le basta solo dos para que pueda cumplir con sus expectativas y puede ganar lo suficiente para pagar los servicios de su vivienda, y le alcanza para “alguno que otro gusto”.
Pero sí, dijo, sigue en aumento la cantidad de fotógrafos, surgen nuevos talentos, pero sus clientes que ya entienden de fotografía, buscan la calidad que quieren tener.