La cueca se estanca, folkloristas extrañan nuevas composiciones en Tarija
Si bien existen dos leyes, una nacional y otra municipal para incentivar el cultivo de la cueca, la creación y composición de temas nuevos virtualmente no existe y los que se crean fruto de concursos no son difundidos, incluso la reciente reedición de la cueca “Mi Palomita” resultó la...



Si bien existen dos leyes, una nacional y otra municipal para incentivar el cultivo de la cueca, la creación y composición de temas nuevos virtualmente no existe y los que se crean fruto de concursos no son difundidos, incluso la reciente reedición de la cueca “Mi Palomita” resultó la más escuchada.
El gestor artístico de la Casa de la Cultura y antiguo miembro del desaparecido grupo folclórico “Libertad”, Mario Díaz Dubracich, apuntó que en la actualidad no suele escuchar cuecas nuevas y no tiene conocimiento de que haya nuevas composiciones.
“No sé si será por falta de promoción de los medios de comunicación, no le dan la importancia o los que hacen concursos y promueven solo se quedan en el primer paso y por lo general no pasan al siguiente que es difundirlas”, agregó.
Vigencia
Destacó que el último éxito que ha sonado bastante fue “Mi Palomita” de Elías Dipp, que no es una composición actual, sino que fue remozada, por lo que concluyó que si una cueca antigua rebate de esa manera a todo lo nuevo, quiere decir que lo pasado sigue vigente “o es mucho mejor que lo que actualmente tenemos”.
Señaló que al ser guitarrero suele participar de reuniones sociales, de amigos, en estos encuentros siempre escucha las mismas cuecas y todas las que cantan son antiguas, que ya se han grabado hace muchos años y que aún se siguen tocando, pero “composiciones nuevas es muy raro escuchar en el medio en el que me desenvuelvo”, subrayó.
En contrapartida, el director de Cultura del Gobierno Municipal, Gustavo Ruiz, sostuvo que se trata de revalorizar este género musical y difundir su ejecución, por lo que se trabajó con la Fundación Nacional de la Cueca Boliviana, con Willy Claure y otras personas para que Tarija también tenga su ley departamental para salvaguardar tanto la chapaca como la chaqueña.
A nivel municipal el 3 de julio de 2017 se promulgó la Ley 131 que declara como Patrimonio Cultural Inmaterial de Tarija a la Cueca Chapaca y en el artículo tres establece el 30 de enero de cada año como el día de su conmemoración. Esta norma lleva el nombre del compositor tarijeño Pio Hipólito “Senka” Martínez Echart, quien fue uno de los grandes exponentes de este género.
Por esta razón, Tarija tiene dos fechas para celebrar a la cueca, por disposición municipal el 30 de enero y por norma nacional el primero domingo de octubre.
Por otra parte, Ruiz contó que desde 2018 se creó el Concurso de Composición de la Cueca Chapaca, en el evento del año pasado se presentaron 62 trabajos, de los cuales los ganadores fueron en primer lugar Willy Claure, segundo Walter Arroyo y en tercer lugar Ernesto “Sapito” Mealla.
Las 10 mejores obras debían ser grabadas en un disco para su difusión por el Fondo Editorial del Concejo Municipal, pero a la fecha aún no se lo hizo. La convocatoria para el concurso de este año culmina el 31 de octubre.
EL APUNTE
La cueca
chapaca, de
los salones
al campo
De acuerdo al escritor René Aguilera Fierro la cueca chapaca nació en el ámbito citadino y fue incorporada en forma lenta y paulatina al sector rural. Contrariamente la chaqueña es eminentemente rural, surgió a la luz pública en el año 1968 con el “Dúo del Pasacanal”, integrado por los campesinos Alberto Choque y Fortunato Gallardo, que interpretaban el violín y bombo, respectivamente.
Grabaron primero un disco de corta duración y luego se presentaron en el Primer Festival del Canto y la Poesía Chaqueña, punto de partida para el renacimiento de la música chaqueña. El dúo fue grabado con una antigua reportera y llevado al disco, esfuerzo que realizó el radialista Juan Castillo Ruíz de Yacuiba. Posteriormente, vendrían “Los Guadalupanos”, “Los Hilachas”, “Los Canarios del Chaco”, Antonio López y otros que tendrían como palestra el Festival de la Frontera (Festifront).
Para efectos de espectáculos, se ha optado por ejecutar la cueca del valle y del Chaco con parejas disfrazadas de chapacos y chaqueños, respectivamente. Ambas modalidades, agrupadas, constituyen la cueca tarijeña, con características musicales y personalidad propia en la interpretación y ejecución coreográfica.
El gestor artístico de la Casa de la Cultura y antiguo miembro del desaparecido grupo folclórico “Libertad”, Mario Díaz Dubracich, apuntó que en la actualidad no suele escuchar cuecas nuevas y no tiene conocimiento de que haya nuevas composiciones.
“No sé si será por falta de promoción de los medios de comunicación, no le dan la importancia o los que hacen concursos y promueven solo se quedan en el primer paso y por lo general no pasan al siguiente que es difundirlas”, agregó.
Vigencia
Destacó que el último éxito que ha sonado bastante fue “Mi Palomita” de Elías Dipp, que no es una composición actual, sino que fue remozada, por lo que concluyó que si una cueca antigua rebate de esa manera a todo lo nuevo, quiere decir que lo pasado sigue vigente “o es mucho mejor que lo que actualmente tenemos”.
Señaló que al ser guitarrero suele participar de reuniones sociales, de amigos, en estos encuentros siempre escucha las mismas cuecas y todas las que cantan son antiguas, que ya se han grabado hace muchos años y que aún se siguen tocando, pero “composiciones nuevas es muy raro escuchar en el medio en el que me desenvuelvo”, subrayó.
En contrapartida, el director de Cultura del Gobierno Municipal, Gustavo Ruiz, sostuvo que se trata de revalorizar este género musical y difundir su ejecución, por lo que se trabajó con la Fundación Nacional de la Cueca Boliviana, con Willy Claure y otras personas para que Tarija también tenga su ley departamental para salvaguardar tanto la chapaca como la chaqueña.
A nivel municipal el 3 de julio de 2017 se promulgó la Ley 131 que declara como Patrimonio Cultural Inmaterial de Tarija a la Cueca Chapaca y en el artículo tres establece el 30 de enero de cada año como el día de su conmemoración. Esta norma lleva el nombre del compositor tarijeño Pio Hipólito “Senka” Martínez Echart, quien fue uno de los grandes exponentes de este género.
Por esta razón, Tarija tiene dos fechas para celebrar a la cueca, por disposición municipal el 30 de enero y por norma nacional el primero domingo de octubre.
Por otra parte, Ruiz contó que desde 2018 se creó el Concurso de Composición de la Cueca Chapaca, en el evento del año pasado se presentaron 62 trabajos, de los cuales los ganadores fueron en primer lugar Willy Claure, segundo Walter Arroyo y en tercer lugar Ernesto “Sapito” Mealla.
Las 10 mejores obras debían ser grabadas en un disco para su difusión por el Fondo Editorial del Concejo Municipal, pero a la fecha aún no se lo hizo. La convocatoria para el concurso de este año culmina el 31 de octubre.
EL APUNTE
La cueca
chapaca, de
los salones
al campo
De acuerdo al escritor René Aguilera Fierro la cueca chapaca nació en el ámbito citadino y fue incorporada en forma lenta y paulatina al sector rural. Contrariamente la chaqueña es eminentemente rural, surgió a la luz pública en el año 1968 con el “Dúo del Pasacanal”, integrado por los campesinos Alberto Choque y Fortunato Gallardo, que interpretaban el violín y bombo, respectivamente.
Grabaron primero un disco de corta duración y luego se presentaron en el Primer Festival del Canto y la Poesía Chaqueña, punto de partida para el renacimiento de la música chaqueña. El dúo fue grabado con una antigua reportera y llevado al disco, esfuerzo que realizó el radialista Juan Castillo Ruíz de Yacuiba. Posteriormente, vendrían “Los Guadalupanos”, “Los Hilachas”, “Los Canarios del Chaco”, Antonio López y otros que tendrían como palestra el Festival de la Frontera (Festifront).
Para efectos de espectáculos, se ha optado por ejecutar la cueca del valle y del Chaco con parejas disfrazadas de chapacos y chaqueños, respectivamente. Ambas modalidades, agrupadas, constituyen la cueca tarijeña, con características musicales y personalidad propia en la interpretación y ejecución coreográfica.