Áreas protegidas, la herramienta para conservar la biodiversidad
Las áreas protegidas son una herramienta fundamental para la conservación de la biodiversidad, debe garantizarse su permanencia y gestión efectiva a través de buenas prácticas en ganadería y agricultura, cerca de ellas y en las comunidades que se encuentran dentro. Así también, como...
Las áreas protegidas son una herramienta fundamental para la conservación de la biodiversidad, debe garantizarse su permanencia y gestión efectiva a través de buenas prácticas en ganadería y agricultura, cerca de ellas y en las comunidades que se encuentran dentro. Así también, como innovar modelos de gestión, establecer mayor articulación y comunicación entre el nivel central, los gobiernos departamentales y municipales para socializar todas las leyes sobre la administración de ellas.
A esas conclusiones llegaron las cinco mesas de trabajo, integradas representaciones de Argentina, Paraguay y Bolivia, que durante tres días participaron en el I Congreso de Áreas Protegidas del Gran Chaco Americano que se llevó a cabo entre el 17 y 19 de septiembre en el municipio de Villa Montes.
La mesa uno abordó el tema sobre “Las áreas protegidas sub nacionales e innovación en la conservación”, la dos abordó el “Gran Chaco Americano, una mirada al futuro”, la tres se ocupó de la “Conservación desde la visión cultural”, la cuatro estuvo con las “Áreas protegidas nacionales” y la cinco estuvo con “Turismo sostenible y buenas prácticas”.
Otros temas tuvieron que ver con fortalecer la gestión de las áreas núcleo y reconocidas como los parques en Bolivia, el Aguaragüe, Kaia, Otukis; en Paraguay, el Defensores del Chaco, Teniente Enciso, Médanos y otros que se encuentran en esa región compartida por los tres países ya sean nacionales, provinciales o municipales.
Los resultados
En la mesa uno se propuso avanzar y desarrollar un modelo de sistema de áreas protegidas de la Ecorregión del Chaco para el fortalecimiento de la gestión de espacios de conservación donde se contemplen las alianzas interinstitucionales que aglomeren los gobiernos locales y organizaciones de la sociedad civil, tomando como base un modelo exitoso e implementado como hizo el departamento de Santa Cruz de la Sierra.
También insertar el concepto de Área de Gestión compartida a nivel transfronterizo, que integre diversas estrategias innovadoras para conjugar el desarrollo económico y la conservación de los recursos naturales como Sistemas de Paisajes Productivos Protegidos (PPP).
En la mesa dos se determinó que el Chaco Regional debe contar con una Visión de Biodiversidad a largo plazo (al menos 30 años), a manera de hacer viable el diseño y aplicación de la herramienta de Corredores Biológicos, para una mayor resiliencia y áreas ricas en biodiversidad y reducir la deforestación.
A su vez, establecer modelos de gestión de áreas protegidas donde la población local pueda acceder a los recursos naturales y beneficios necesarios de acuerdo a la legislación de cada país y priorizar aquellas poblaciones más dependientes de los ecosistemas naturales para su subsistencia.
También se consideró integrar los sistemas agrícolas dentro de zonas permitidas de las áreas protegidas y de los corredores biológicos, de manera de balancear la producción con la conservación de la biodiversidad, promover la resiliencia de la producción de alimentos para las familias vinculadas.
Además de establecer políticas de fortalecimiento de la gestión de las áreas protegidas para minimizar los impactos de actividades extractivistas, asentamientos no planificados, incendios forestales y otros.
Amenaza
Entretanto, en la mesa tres se recomendó, considerando que los pueblos indígenas y sus espacios territoriales se encuentran en una constante amenaza por los modelos económicos de desarrollo y los procesos de colonización en espacios territoriales sin tomar en cuenta el valor natural de los mismos, exigir el respeto al convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ratificado por Ley Nacional y que forma parte de la Constitución Política del Estado (CPE) respecto al derecho de autodeterminación de los pueblos indígenas y sus territorios ancestrales.
Exigir la declaración de la intangibilidad y prohibición del cambio de uso de suelo en los espacios naturales de conservación que son constantemente amenazados y afectados por eventos catastróficos como el incendio suscitado en la gestión actual, con la finalidad de permitir una restauración natural de las áreas.
Articulación
La mesa cuatro apuntó a una mayor articulación y comunicación entre el nivel central y los gobiernos departamentales y municipales, para socializar todas las leyes sobre gestión de áreas protegidas. El primero deberá cumplir con la consulta previa prevista en la CPE cuando se prevé realización de proyectos, obras o actividades que afecten los recursos naturales de las áreas protegidas.
También crear un programa de coordinación entre las áreas protegidas de Bolivia, Argentina y Paraguay, para fortalecer la conservación transfronteriza, los sistemas de coordinación con los pobladores de las áreas protegidas, apoyar la creación y gestión de los corredores ecológicos, además informar a los actores locales sobre la importancia de los mismos.
Finalmente, la mesa cinco apuntó sobre la necesidad de monitorear las áreas que se abran al ecoturismo para determinar impactos negativos de forma temprana y prevenir a tiempo estos impactos, también la experiencia del visitante y sobre el movimiento económico.
Además de promover la educación ambiental a partir del turismo responsable, tanto a los visitantes como a los promotores de servicios, incluir la gastronomía que rescate los saberes locales cultura, como parte de un producto turístico y de la identidad de la región.
A esas conclusiones llegaron las cinco mesas de trabajo, integradas representaciones de Argentina, Paraguay y Bolivia, que durante tres días participaron en el I Congreso de Áreas Protegidas del Gran Chaco Americano que se llevó a cabo entre el 17 y 19 de septiembre en el municipio de Villa Montes.
La mesa uno abordó el tema sobre “Las áreas protegidas sub nacionales e innovación en la conservación”, la dos abordó el “Gran Chaco Americano, una mirada al futuro”, la tres se ocupó de la “Conservación desde la visión cultural”, la cuatro estuvo con las “Áreas protegidas nacionales” y la cinco estuvo con “Turismo sostenible y buenas prácticas”.
Otros temas tuvieron que ver con fortalecer la gestión de las áreas núcleo y reconocidas como los parques en Bolivia, el Aguaragüe, Kaia, Otukis; en Paraguay, el Defensores del Chaco, Teniente Enciso, Médanos y otros que se encuentran en esa región compartida por los tres países ya sean nacionales, provinciales o municipales.
Los resultados
En la mesa uno se propuso avanzar y desarrollar un modelo de sistema de áreas protegidas de la Ecorregión del Chaco para el fortalecimiento de la gestión de espacios de conservación donde se contemplen las alianzas interinstitucionales que aglomeren los gobiernos locales y organizaciones de la sociedad civil, tomando como base un modelo exitoso e implementado como hizo el departamento de Santa Cruz de la Sierra.
También insertar el concepto de Área de Gestión compartida a nivel transfronterizo, que integre diversas estrategias innovadoras para conjugar el desarrollo económico y la conservación de los recursos naturales como Sistemas de Paisajes Productivos Protegidos (PPP).
En la mesa dos se determinó que el Chaco Regional debe contar con una Visión de Biodiversidad a largo plazo (al menos 30 años), a manera de hacer viable el diseño y aplicación de la herramienta de Corredores Biológicos, para una mayor resiliencia y áreas ricas en biodiversidad y reducir la deforestación.
A su vez, establecer modelos de gestión de áreas protegidas donde la población local pueda acceder a los recursos naturales y beneficios necesarios de acuerdo a la legislación de cada país y priorizar aquellas poblaciones más dependientes de los ecosistemas naturales para su subsistencia.
También se consideró integrar los sistemas agrícolas dentro de zonas permitidas de las áreas protegidas y de los corredores biológicos, de manera de balancear la producción con la conservación de la biodiversidad, promover la resiliencia de la producción de alimentos para las familias vinculadas.
Además de establecer políticas de fortalecimiento de la gestión de las áreas protegidas para minimizar los impactos de actividades extractivistas, asentamientos no planificados, incendios forestales y otros.
Amenaza
Entretanto, en la mesa tres se recomendó, considerando que los pueblos indígenas y sus espacios territoriales se encuentran en una constante amenaza por los modelos económicos de desarrollo y los procesos de colonización en espacios territoriales sin tomar en cuenta el valor natural de los mismos, exigir el respeto al convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ratificado por Ley Nacional y que forma parte de la Constitución Política del Estado (CPE) respecto al derecho de autodeterminación de los pueblos indígenas y sus territorios ancestrales.
Exigir la declaración de la intangibilidad y prohibición del cambio de uso de suelo en los espacios naturales de conservación que son constantemente amenazados y afectados por eventos catastróficos como el incendio suscitado en la gestión actual, con la finalidad de permitir una restauración natural de las áreas.
Articulación
La mesa cuatro apuntó a una mayor articulación y comunicación entre el nivel central y los gobiernos departamentales y municipales, para socializar todas las leyes sobre gestión de áreas protegidas. El primero deberá cumplir con la consulta previa prevista en la CPE cuando se prevé realización de proyectos, obras o actividades que afecten los recursos naturales de las áreas protegidas.
También crear un programa de coordinación entre las áreas protegidas de Bolivia, Argentina y Paraguay, para fortalecer la conservación transfronteriza, los sistemas de coordinación con los pobladores de las áreas protegidas, apoyar la creación y gestión de los corredores ecológicos, además informar a los actores locales sobre la importancia de los mismos.
Finalmente, la mesa cinco apuntó sobre la necesidad de monitorear las áreas que se abran al ecoturismo para determinar impactos negativos de forma temprana y prevenir a tiempo estos impactos, también la experiencia del visitante y sobre el movimiento económico.
Además de promover la educación ambiental a partir del turismo responsable, tanto a los visitantes como a los promotores de servicios, incluir la gastronomía que rescate los saberes locales cultura, como parte de un producto turístico y de la identidad de la región.