Entre la profesionalidad y la afición, el arte de ser payaso en Tarija
Ser payaso no es así nomás, se debe dominar el arte escénico, tener conocimientos de danza y teatro, mejor si se sabe interpretar un instrumento musical, tener profesionalismo, y lo menos que se gana en un mes es 6.000 bolivianos y cuando la temporada es alta se puede llegar hasta los 20.000 a...
Ser payaso no es así nomás, se debe dominar el arte escénico, tener conocimientos de danza y teatro, mejor si se sabe interpretar un instrumento musical, tener profesionalismo, y lo menos que se gana en un mes es 6.000 bolivianos y cuando la temporada es alta se puede llegar hasta los 20.000 a 24.000.
Yesica Nayelí Colque,“Lunita”, tiene 17 años, cursa quinto de secundaria en el colegio La Salle y es el cuarto año que trabaja como payasita. Apuntó que más que un trabajo es una diversión, empezó gracias a la invitación de una amiga y colaborar con “Pepe Trueno” le permite seguir un aprendizaje constante.
Su ropa de trabajo es colorida, utiliza calza rayada, un tutú (una falda corta que usan las bailarinas de ballet clásico), polera, chalina y una nariz, además de maquillaje adecuado “para no asustar a los niños”. Para interactuar con ellos usa juegos dinámicos como el “juego de la orca”, “lobo lobito”, “las pilladitas”, “sol y hielo” y rondas, además de música y canciones infantiles.
Aprendizaje
A su turno, César Siles, “Pepe Trueno”, con 33 años de recorrido en el gremio, contó que en el rubro existen dos corrientes de formación, la cirquera y el teatro, para ser payaso tuvo que estudiar arte escénico y, luego de demostrar que tiene más de cinco años de experiencia, una edad mínima de 15 años y dar un examen teórico práctico, pueden recibir el documento que los profesionaliza del Sistema Plurinacional de Certificación de Competencias (SPCC) del Ministerio de Educación.
“Ser payaso es cosa seria, en la profesión esta la responsabilidad, cada palabra que uno lanza, cada actitud que se toma influye en los niños, todos los que han pasado por el teatro de títeres “Farolito” como clientes tienen una formación ideal, se les ha inculcado la buena manera de vivir”, sostuvo.
El único obstáculo con el que tropiezan los animadores infantiles son los “payasitos”, aquellos que ocasionalmente trabajan solo para lucrar, no lo ven como un arte, entonces, dijo, muchos jóvenes y niños que no tienen preparación ni formación solo se pintan la cara “para ganar unos pesos, nos hacen ver que ser payaso no es una profesión seria y responsable”.
Cuando el trabajo es fuerte en una semana llegan a trabajar 24 horas y la remuneración es “bastante buena” para el desempeño que realizan, cuando la temporada es baja se llega a ganar un promedio de 6.000 bolivianos mensuales y en época alta alcanzan hasta los 20.000 a 24.000.
“En realidad los verdaderos payasos no trabajamos –explicó-, nos divertimos, es algo que normalmente lo hacemos con alegría, hay que tener profesionalismo, no te tienen que gustar los niños, sino debes comportarte profesionalmente como lo hace una maestra de kínder, un psicólogo, como cualquier otro profesional que trabaja con niños y niñas, entonces vas y cumples tu trabajo, entras a jugar en escena, desenvuelves tu papel, juegas como niño, te diviertes como niño, les haces chistes como niño y hasta con los papás te comportas como niño”.
EL APUNTE
Payasos con
Personería
jurídica
El pasado 2 de septiembre la Asociación Tarijeña de Animadores Infantiles (Atai) anunció a la población tarijeña que ya pueden contar con un payaso seguro porque la entidad recibió su personería jurídica.
“Este es un paso más para poder trabajar de la mano con la sociedad y brindar garantías en el trabajo que realizamos”, indicó el payaso “Yan”, presidente de la organización que agrupa a 46 socios que recibieron capacitación y formación para fomentar en ellos la profesionalidad en su labor, además de cualificarlos.
En esa oportunidad sostuvo que el documento les permite garantizar a la población un payaso que sea seguro, garantizado, que brinde un espectáculo de calidad cumpla con el contrato, con los horarios, sea puntual y educado, aspectos que controlará y fiscalizará la asociación.
En San Lorenzo, El 27 de octubre de 2016, los asociados de Atai, payasos, titiriteros y magos fueron reconocidos como profesionales en animación infantil por parte del Sistema Plurinacional de Certificación de Competencias (SPCC) del Ministerio de Educación.
“Esto significó mucho para nosotros porque somos reconocidos como artistas de la animación infantil y estamos respaldados por el Estado, con lo cual vamos a poder tener un currículum que presentar cuando ofrezcamos nuestros servicios”, indicó en esa oportunidad César Siles, miembro del comité ejecutivo de la organización.
Yesica Nayelí Colque,“Lunita”, tiene 17 años, cursa quinto de secundaria en el colegio La Salle y es el cuarto año que trabaja como payasita. Apuntó que más que un trabajo es una diversión, empezó gracias a la invitación de una amiga y colaborar con “Pepe Trueno” le permite seguir un aprendizaje constante.
Su ropa de trabajo es colorida, utiliza calza rayada, un tutú (una falda corta que usan las bailarinas de ballet clásico), polera, chalina y una nariz, además de maquillaje adecuado “para no asustar a los niños”. Para interactuar con ellos usa juegos dinámicos como el “juego de la orca”, “lobo lobito”, “las pilladitas”, “sol y hielo” y rondas, además de música y canciones infantiles.
Aprendizaje
A su turno, César Siles, “Pepe Trueno”, con 33 años de recorrido en el gremio, contó que en el rubro existen dos corrientes de formación, la cirquera y el teatro, para ser payaso tuvo que estudiar arte escénico y, luego de demostrar que tiene más de cinco años de experiencia, una edad mínima de 15 años y dar un examen teórico práctico, pueden recibir el documento que los profesionaliza del Sistema Plurinacional de Certificación de Competencias (SPCC) del Ministerio de Educación.
“Ser payaso es cosa seria, en la profesión esta la responsabilidad, cada palabra que uno lanza, cada actitud que se toma influye en los niños, todos los que han pasado por el teatro de títeres “Farolito” como clientes tienen una formación ideal, se les ha inculcado la buena manera de vivir”, sostuvo.
El único obstáculo con el que tropiezan los animadores infantiles son los “payasitos”, aquellos que ocasionalmente trabajan solo para lucrar, no lo ven como un arte, entonces, dijo, muchos jóvenes y niños que no tienen preparación ni formación solo se pintan la cara “para ganar unos pesos, nos hacen ver que ser payaso no es una profesión seria y responsable”.
Cuando el trabajo es fuerte en una semana llegan a trabajar 24 horas y la remuneración es “bastante buena” para el desempeño que realizan, cuando la temporada es baja se llega a ganar un promedio de 6.000 bolivianos mensuales y en época alta alcanzan hasta los 20.000 a 24.000.
“En realidad los verdaderos payasos no trabajamos –explicó-, nos divertimos, es algo que normalmente lo hacemos con alegría, hay que tener profesionalismo, no te tienen que gustar los niños, sino debes comportarte profesionalmente como lo hace una maestra de kínder, un psicólogo, como cualquier otro profesional que trabaja con niños y niñas, entonces vas y cumples tu trabajo, entras a jugar en escena, desenvuelves tu papel, juegas como niño, te diviertes como niño, les haces chistes como niño y hasta con los papás te comportas como niño”.
EL APUNTE
Payasos con
Personería
jurídica
El pasado 2 de septiembre la Asociación Tarijeña de Animadores Infantiles (Atai) anunció a la población tarijeña que ya pueden contar con un payaso seguro porque la entidad recibió su personería jurídica.
“Este es un paso más para poder trabajar de la mano con la sociedad y brindar garantías en el trabajo que realizamos”, indicó el payaso “Yan”, presidente de la organización que agrupa a 46 socios que recibieron capacitación y formación para fomentar en ellos la profesionalidad en su labor, además de cualificarlos.
En esa oportunidad sostuvo que el documento les permite garantizar a la población un payaso que sea seguro, garantizado, que brinde un espectáculo de calidad cumpla con el contrato, con los horarios, sea puntual y educado, aspectos que controlará y fiscalizará la asociación.
En San Lorenzo, El 27 de octubre de 2016, los asociados de Atai, payasos, titiriteros y magos fueron reconocidos como profesionales en animación infantil por parte del Sistema Plurinacional de Certificación de Competencias (SPCC) del Ministerio de Educación.
“Esto significó mucho para nosotros porque somos reconocidos como artistas de la animación infantil y estamos respaldados por el Estado, con lo cual vamos a poder tener un currículum que presentar cuando ofrezcamos nuestros servicios”, indicó en esa oportunidad César Siles, miembro del comité ejecutivo de la organización.