La conquista online que entierra el galanteo de antaño en Tarija
Cartas de amor inspiradas en viejos poemas, serenatas en el balcón, llamadas telefónicas de larga duración, flores, tarjetas y detalles. Todo parece haber sido reemplazado por nuevas formas tecnológicas de “amar”. Aunque en Tarija se dice que todo llega un poco más tarde, este cambio ya...
Cartas de amor inspiradas en viejos poemas, serenatas en el balcón, llamadas telefónicas de larga duración, flores, tarjetas y detalles. Todo parece haber sido reemplazado por nuevas formas tecnológicas de “amar”. Aunque en Tarija se dice que todo llega un poco más tarde, este cambio ya piso suelo chapaco.
Años antes para “enamorar” con una muchacha había que visitar la casa de los padres, pedir permiso y hasta ir con la tía o hermana al cine en un “hermoso” trío. También estaba presente la vergüenza que significaba el declararse a la muchacha. Esto era una especie de pedido romántico que se realizaba para al fin establecer una relación de enamorados. Este pedido por muchos años fue un gran obstáculo para los tímidos.
La plaza Luis de Fuentes y algunas otras eran lugares de paseo para las parejas, que daban vueltas a la vista de sus familiares, quienes entretenidos se sumergían en largas tardes de tertulia. Al caer la noche cada uno iba para su casa y así se repetían las jornadas de amor.
Con los años esto fue cambiando pero lo hizo aún más con la aparición de Internet. Así nació un espacio en el que se dejó atrás la vergüenza de una conversación cara a cara, se acortaron las distancias y muchos amores imposibles fueron posibles.
Carla Ugarte es una tarijeña de 26 años que ha conocido a su esposo por medio de estas redes. Juan Carlos Banel vivía en Brasil y un día según cuenta recibió como sugerencia de amistad el nombre de Carla, esto debido al número de amistades en común que ambos tenían. Desde ese momento no dejaron de conversar y esto fue tan sencillo que muy pronto se enamoraron y en un año tuvieron su primera cita.
Pero antes de Facebook y el mismo WhatsApp existían y aún sobreviven los foros de “coqueteo”. Se trataba del ciberamor y de los extensos chats que sobrepasaban la media noche, muchas de estas citas se materializaban y otras no debido a la distancia.
Lucía Serrano cuenta que en estos chats conoció a un peruano que según le comentaba tenía 30 años. En ese entonces ella tenía 20 años. Planearon una y otra vez la tan esperada cita, con todos los detalles. Más aún llegado el momento a ella le entró un gran temor y decidió no hablar más con esta persona.
Sin embargo, Marco Antonio Herrera tuvo una experiencia diferente, conoció a una venezolana. Él tenía 22 años y ella 25, planearon su encuentro en la ciudad de Santa Cruz y finalmente éste se hizo realidad, tras conocerse ambos tuvieron una buena relación y comenzaron su noviazgo. Aunque éste no duró más de dos años debido a la distancia y a la imposibilidad de vivir juntos, Marco Antonio califica esta experiencia como positiva.
Pero más allá de estos chats que se convertían en espacios de citas, estaban y están las páginas exclusivas para lograr este tipo de encuentros. Así la forma de “enamorar” o encontrar pareja en Internet continuó evolucionando con las páginas de citas.
En estos espacios los usuarios se registran, introducen sus datos y pueden contactarse con las personas que se enmarcan en las características que el usuario requiere. La naturaleza de estas páginas depende del perfil de las personas que ingresan a éstas.
Más tarde llegaron las redes sociales y aunque no nacieron para lograr relaciones de pareja finalmente fueron usadas para esto. A través de los mensajes privados puestos en los muros se envían indirectas a determinada persona, se da like a las fotos de las personas que nos interesan, se visita el muro del enamorado o del “chequeo”.
Pero también las redes sociales dieron la oportunidad de crear comunidades y esto hizo más fácil la búsqueda de pareja vía online, pues se podía acceder a chats con personas afines a determinados gustos como deportistas, lectores empedernidos, apasionados de los videojuegos, amantes del cine de terror...
Más aún para los expertos este proceso de enamoramiento online fue más allá y se llevó la medalla con la aparición de las Apps. Una de las aplicaciones más conocidas dentro de esto es Tinder, empleada en más de 180 países.
Las desventajas del online
Pero una de las más grandes desventajas es el peligro de no saber quién está detrás de una hermosa conversación, en muchos casos y a diario se descubren grandes mentiras y se llevan a cabo incluso crímenes que tuvieron origen en relaciones establecidas en redes sociales.,
Si bien las redes nos ayudan a perder la timidez y romper las barreras geográficas el peligro es evidente. Para esto los expertos aconsejan tomar precauciones, no exponer datos de manera muy abierta, constatar con quiénes hablamos y respetar a todas las personas con quienes sostenemos relaciones online.
Las infidelidades online
Más allá de que las nuevas tecnologías hayan dejado atrás la forma de enamorar de antaño y que hayan ayudado a muchos “tímidos” a encontrar el amor, un estudio ha revelado cómo afecta la conectividad móvil y las redes sociales a nuestra forma de relacionarnos con nuestras parejas.
Por un lado, se facilita el camino para conocer e intercambiar puntos de vista con gente nueva. Por otra parte, las relaciones de pareja se ven amenazadas por la constante exposición a gente nueva.
Existe la tentación de tener otros vínculos fuera de la pareja, siempre ha existido, e Internet facilita y acelera las posibilidades reales de tener acceso a otras personas como nunca antes había sucedido. Una de las principales causas de conflictos entre parejas se da por el tipo de coqueteo que generan las redes sociales.
Estudios recientes han demostrado que la mayoría de los chats giran en torno al sexo y a los encuentros fugaces; mientras que la mayoría de los hombres suelen caer en la tentación de vivir encuentros con mujeres desconocidas, muchas mujeres suelen reencontrarse con algún “ex”.
Facebook y WhatsApp son aplicaciones que facilitan la comunicación interpersonal tanto con personas cercanas afectivamente y con grupos de pertenencia, como con desconocidos, o conocidos de nuestros conocidos. También permiten monitorear las actividades de otros: identificar si un mensaje fue visto y a qué hora o si alguien estuvo conectado y hace cuánto tiempo, entre otras posibilidades.
¿Pero cómo evitar que la relación de pareja corra peligro s?
El País consultó a la psicóloga Viviana Gómez. Gómez explicó que en primer lugar, hay que tener en cuenta que si la relación es honesta y sincera, las redes sociales no representarán ningún peligro.
Tres consejos de seguridad según expertos
Red segura
Es mejor optar por comunidades en las que haya personas afines a tus gustos, pues así habrás excluido a quienes tal vez no tengan los mismos valores que tú o que representen un peligro para tu seguridad.
Ser tú mismo
Es una regla clásica de citas y por una buena razón. Si realmente quieres encontrar a alguien especial online se aconseja que seas tú mismo, esto aumentará tu autoestima y te permitirá disfrutar de la conversación.
Preguntar
Puede parecer obvio, pero la gente realmente ama hablar de sí misma. Un buen consejo sería preguntar datos básicos para tener una idea clara de con quién se habla. Es importante preguntar y responder de la manera más sincera.
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Años antes para “enamorar” con una muchacha había que visitar la casa de los padres, pedir permiso y hasta ir con la tía o hermana al cine en un “hermoso” trío. También estaba presente la vergüenza que significaba el declararse a la muchacha. Esto era una especie de pedido romántico que se realizaba para al fin establecer una relación de enamorados. Este pedido por muchos años fue un gran obstáculo para los tímidos.
La plaza Luis de Fuentes y algunas otras eran lugares de paseo para las parejas, que daban vueltas a la vista de sus familiares, quienes entretenidos se sumergían en largas tardes de tertulia. Al caer la noche cada uno iba para su casa y así se repetían las jornadas de amor.
Con los años esto fue cambiando pero lo hizo aún más con la aparición de Internet. Así nació un espacio en el que se dejó atrás la vergüenza de una conversación cara a cara, se acortaron las distancias y muchos amores imposibles fueron posibles.
Carla Ugarte es una tarijeña de 26 años que ha conocido a su esposo por medio de estas redes. Juan Carlos Banel vivía en Brasil y un día según cuenta recibió como sugerencia de amistad el nombre de Carla, esto debido al número de amistades en común que ambos tenían. Desde ese momento no dejaron de conversar y esto fue tan sencillo que muy pronto se enamoraron y en un año tuvieron su primera cita.
Pero antes de Facebook y el mismo WhatsApp existían y aún sobreviven los foros de “coqueteo”. Se trataba del ciberamor y de los extensos chats que sobrepasaban la media noche, muchas de estas citas se materializaban y otras no debido a la distancia.
Lucía Serrano cuenta que en estos chats conoció a un peruano que según le comentaba tenía 30 años. En ese entonces ella tenía 20 años. Planearon una y otra vez la tan esperada cita, con todos los detalles. Más aún llegado el momento a ella le entró un gran temor y decidió no hablar más con esta persona.
Sin embargo, Marco Antonio Herrera tuvo una experiencia diferente, conoció a una venezolana. Él tenía 22 años y ella 25, planearon su encuentro en la ciudad de Santa Cruz y finalmente éste se hizo realidad, tras conocerse ambos tuvieron una buena relación y comenzaron su noviazgo. Aunque éste no duró más de dos años debido a la distancia y a la imposibilidad de vivir juntos, Marco Antonio califica esta experiencia como positiva.
Pero más allá de estos chats que se convertían en espacios de citas, estaban y están las páginas exclusivas para lograr este tipo de encuentros. Así la forma de “enamorar” o encontrar pareja en Internet continuó evolucionando con las páginas de citas.
En estos espacios los usuarios se registran, introducen sus datos y pueden contactarse con las personas que se enmarcan en las características que el usuario requiere. La naturaleza de estas páginas depende del perfil de las personas que ingresan a éstas.
Más tarde llegaron las redes sociales y aunque no nacieron para lograr relaciones de pareja finalmente fueron usadas para esto. A través de los mensajes privados puestos en los muros se envían indirectas a determinada persona, se da like a las fotos de las personas que nos interesan, se visita el muro del enamorado o del “chequeo”.
Pero también las redes sociales dieron la oportunidad de crear comunidades y esto hizo más fácil la búsqueda de pareja vía online, pues se podía acceder a chats con personas afines a determinados gustos como deportistas, lectores empedernidos, apasionados de los videojuegos, amantes del cine de terror...
Más aún para los expertos este proceso de enamoramiento online fue más allá y se llevó la medalla con la aparición de las Apps. Una de las aplicaciones más conocidas dentro de esto es Tinder, empleada en más de 180 países.
Las desventajas del online
Pero una de las más grandes desventajas es el peligro de no saber quién está detrás de una hermosa conversación, en muchos casos y a diario se descubren grandes mentiras y se llevan a cabo incluso crímenes que tuvieron origen en relaciones establecidas en redes sociales.,
Si bien las redes nos ayudan a perder la timidez y romper las barreras geográficas el peligro es evidente. Para esto los expertos aconsejan tomar precauciones, no exponer datos de manera muy abierta, constatar con quiénes hablamos y respetar a todas las personas con quienes sostenemos relaciones online.
Las infidelidades online
Más allá de que las nuevas tecnologías hayan dejado atrás la forma de enamorar de antaño y que hayan ayudado a muchos “tímidos” a encontrar el amor, un estudio ha revelado cómo afecta la conectividad móvil y las redes sociales a nuestra forma de relacionarnos con nuestras parejas.
Por un lado, se facilita el camino para conocer e intercambiar puntos de vista con gente nueva. Por otra parte, las relaciones de pareja se ven amenazadas por la constante exposición a gente nueva.
Existe la tentación de tener otros vínculos fuera de la pareja, siempre ha existido, e Internet facilita y acelera las posibilidades reales de tener acceso a otras personas como nunca antes había sucedido. Una de las principales causas de conflictos entre parejas se da por el tipo de coqueteo que generan las redes sociales.
Estudios recientes han demostrado que la mayoría de los chats giran en torno al sexo y a los encuentros fugaces; mientras que la mayoría de los hombres suelen caer en la tentación de vivir encuentros con mujeres desconocidas, muchas mujeres suelen reencontrarse con algún “ex”.
Facebook y WhatsApp son aplicaciones que facilitan la comunicación interpersonal tanto con personas cercanas afectivamente y con grupos de pertenencia, como con desconocidos, o conocidos de nuestros conocidos. También permiten monitorear las actividades de otros: identificar si un mensaje fue visto y a qué hora o si alguien estuvo conectado y hace cuánto tiempo, entre otras posibilidades.
¿Pero cómo evitar que la relación de pareja corra peligro s?
El País consultó a la psicóloga Viviana Gómez. Gómez explicó que en primer lugar, hay que tener en cuenta que si la relación es honesta y sincera, las redes sociales no representarán ningún peligro.
Tres consejos de seguridad según expertos
Red segura
Es mejor optar por comunidades en las que haya personas afines a tus gustos, pues así habrás excluido a quienes tal vez no tengan los mismos valores que tú o que representen un peligro para tu seguridad.
Ser tú mismo
Es una regla clásica de citas y por una buena razón. Si realmente quieres encontrar a alguien especial online se aconseja que seas tú mismo, esto aumentará tu autoestima y te permitirá disfrutar de la conversación.
Preguntar
Puede parecer obvio, pero la gente realmente ama hablar de sí misma. Un buen consejo sería preguntar datos básicos para tener una idea clara de con quién se habla. Es importante preguntar y responder de la manera más sincera.
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