En seis meses se exportó GLP por $us 19,6 MM, lejos de lo previsto
La planta Separadora de Líquidos del Gran Chaco se construyó con la intención de producir diariamente 2.200 toneladas de Gas Licuado de Petróleo (GLP), lo que al año bordearía las 800.000 toneladas métricas según informaron los boletines oficiales del Ministerio de Hidrocarburos y YPFB en...
La planta Separadora de Líquidos del Gran Chaco se construyó con la intención de producir diariamente 2.200 toneladas de Gas Licuado de Petróleo (GLP), lo que al año bordearía las 800.000 toneladas métricas según informaron los boletines oficiales del Ministerio de Hidrocarburos y YPFB en 2015, cuando fue oficialmente entregada. De esa cantidad, el 82 por ciento se debía dedicar a la exportación, si bien se reconocía que con la planta de Río Grande ya se abastecía la totalidad del mercado interno.
Según el último reporte semestral del Instituto Nacional de Estadística (INE), en los primeros seis meses del año 2018 se vendieron fuera del país 39.761 toneladas métricas, es decir, aproximadamente una décima parte de lo que debía haber producido.
El ministro de Hidrocarburos Luis Alberto Sánchez señaló en su momento que la planta de Gran Chaco no produce a pleno rendimiento, puesto que está construida para procesar 32 millones de metros cúbicos diarios, sin embargo a la Argentina solo se venden 20. Con esas métricas, la planta debería haber producido en el primer semestre alrededor de 250.000 toneladas métricas disponibles para la exportación, pero la cifra real ha quedado lejos de las estimaciones.
Según los datos del INE, el primer semestre de este año el país vendió 39.761 toneladas métricas (TM) de gas licuado por un valor de 19,6 millones de dólares. Los mercados para el combustible fósil son Paraguay, Perú y Argentina.
Al primer país se comercializaron 22.836 TM por 11 millones de dólares (56%), al segundo se enviaron 16.766 TM por 8,5 millones de dólares (43%) y el tercero compró 159 TM del GLP boliviano por un valor de 68.539 de dólares (1%).
En 2016, de acuerdo a los datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), se exportaron más de 100.000 toneladas de GLP por valor de 32 millones de dólares, mientras que en 2017 se quedó en 92.000 toneladas pero supusieron un valor de casi 44 millones de dólares.
Las proyecciones no son halagüeñas luego de los datos del primer semestre, y se evidencia que Paraguay no ha acabado de cumplir sus compromisos respecto a la importación del combustible durante 2018. En diciembre de 2017 el presidente de YPFB, Óscar Barriga, indicó que se había firmado un convenio para comercializar 66.000 toneladas métricas al año. El cambio de gobierno se materializó en agosto, y el nuevo presidente, Mario Abdo, es de una línea más dura que su antecesor, Horacio Cartes, con quien el Gobierno del MAS llegó a hacer buenos negocios.
La petroquímica no avanza
El objetivo de la planta Separadora de Líquidos del Gran Chaco no era engarrafar Gas Licuado de Petróleo, sino abastecer de materia prima a la planta petroquímica de propileno y polipropileno que se debía construir en sus proximidades. La Separadora, que costó casi 700 millones de bolivianos, se inauguró en 2015, pero a la fecha la petroquímica no cuenta siquiera con un Documento Base de Contratación para lanzar la licitación, ya que luego del fracaso del concurso público en 2017, el Ministerio empezó a dudar de los estudios que soportaban su construcción.
En ese sentido el Ministro Luis Alberto Sánchez aseguró en enero que se licitarían hasta el mes de agosto los estudios complementarios para poder licitar con plenas garantías, específicamente en lo relativo a la tecnología a utilizar y los mercados que aprovisionar. Hasta la fecha no existe la licitación.
Proyecciones sobre la Separadora no se cumplen
El presidente Evo Morales informó en su momento que los beneficios de la planta separadora del Gran Chaco serían de mil millones anuales, motivo por el que se justificaba la inversión. Para ello se basaba en las proyecciones que en la Argentina se lograban gracias a los licuables que desde Bolivia se enviaban de manera gratuita. Hasta la fecha no se ha logrado alcanzar un volumen suficiente de producción que se acerque remotamente a esas cifras.
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Según el último reporte semestral del Instituto Nacional de Estadística (INE), en los primeros seis meses del año 2018 se vendieron fuera del país 39.761 toneladas métricas, es decir, aproximadamente una décima parte de lo que debía haber producido.
El ministro de Hidrocarburos Luis Alberto Sánchez señaló en su momento que la planta de Gran Chaco no produce a pleno rendimiento, puesto que está construida para procesar 32 millones de metros cúbicos diarios, sin embargo a la Argentina solo se venden 20. Con esas métricas, la planta debería haber producido en el primer semestre alrededor de 250.000 toneladas métricas disponibles para la exportación, pero la cifra real ha quedado lejos de las estimaciones.
Según los datos del INE, el primer semestre de este año el país vendió 39.761 toneladas métricas (TM) de gas licuado por un valor de 19,6 millones de dólares. Los mercados para el combustible fósil son Paraguay, Perú y Argentina.
Al primer país se comercializaron 22.836 TM por 11 millones de dólares (56%), al segundo se enviaron 16.766 TM por 8,5 millones de dólares (43%) y el tercero compró 159 TM del GLP boliviano por un valor de 68.539 de dólares (1%).
En 2016, de acuerdo a los datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), se exportaron más de 100.000 toneladas de GLP por valor de 32 millones de dólares, mientras que en 2017 se quedó en 92.000 toneladas pero supusieron un valor de casi 44 millones de dólares.
Las proyecciones no son halagüeñas luego de los datos del primer semestre, y se evidencia que Paraguay no ha acabado de cumplir sus compromisos respecto a la importación del combustible durante 2018. En diciembre de 2017 el presidente de YPFB, Óscar Barriga, indicó que se había firmado un convenio para comercializar 66.000 toneladas métricas al año. El cambio de gobierno se materializó en agosto, y el nuevo presidente, Mario Abdo, es de una línea más dura que su antecesor, Horacio Cartes, con quien el Gobierno del MAS llegó a hacer buenos negocios.
La petroquímica no avanza
El objetivo de la planta Separadora de Líquidos del Gran Chaco no era engarrafar Gas Licuado de Petróleo, sino abastecer de materia prima a la planta petroquímica de propileno y polipropileno que se debía construir en sus proximidades. La Separadora, que costó casi 700 millones de bolivianos, se inauguró en 2015, pero a la fecha la petroquímica no cuenta siquiera con un Documento Base de Contratación para lanzar la licitación, ya que luego del fracaso del concurso público en 2017, el Ministerio empezó a dudar de los estudios que soportaban su construcción.
En ese sentido el Ministro Luis Alberto Sánchez aseguró en enero que se licitarían hasta el mes de agosto los estudios complementarios para poder licitar con plenas garantías, específicamente en lo relativo a la tecnología a utilizar y los mercados que aprovisionar. Hasta la fecha no existe la licitación.
Proyecciones sobre la Separadora no se cumplen
El presidente Evo Morales informó en su momento que los beneficios de la planta separadora del Gran Chaco serían de mil millones anuales, motivo por el que se justificaba la inversión. Para ello se basaba en las proyecciones que en la Argentina se lograban gracias a los licuables que desde Bolivia se enviaban de manera gratuita. Hasta la fecha no se ha logrado alcanzar un volumen suficiente de producción que se acerque remotamente a esas cifras.
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