Ocho mil indígenas prevén pescar 100 sábalos por noche cada uno
Aproximadamente 8.000 indígenas se beneficiarán con la suspensión de la veda en el río Pilcomayo, informó el capitán grande del pueblo Weenhayek, Moisés Sapiranda, quien explicó que “en caso de haber buen cardumen de peces, cada persona puede sacar hasta cien peces por noche, y el...
Aproximadamente 8.000 indígenas se beneficiarán con la suspensión de la veda en el río Pilcomayo, informó el capitán grande del pueblo Weenhayek, Moisés Sapiranda, quien explicó que “en caso de haber buen cardumen de peces, cada persona puede sacar hasta cien peces por noche, y el precio varía entre 2 a 6 bolivianos por unidad, dependiendo de la cantidad de oferta y demanda”.
Sin embargo, los pescados en los diferentes mercados que se distribuyen adquieren precios por encima de los 15 bolivianos. El director de Gestión Ambiental y Biodiversidad de la Gobernación, Eduardo Rueda, informó que el 27 de abril se levantó la veda oficialmente por órdenes del órgano Ejecutivo Departamental para la comercialización de sábalos provenientes del río Pilcomayo.
Según la normativa, se requiere pescados que sobrepasen los 35 centímetros de largo, aunque en los mercados se pudo observar que los comercializadores están ofreciendo pescados de menor tamaño.
“Nosotros continuamos haciendo los controles conjuntamente con el Programa de Conservación y Desarrollo de la Fauna (Codefauna) de Villa Montes tanto en el puesto de Junacas y en los mercados, viendo que tenga el tamaño correspondiente en las comercializadoras para el público en general”, manifestó Rueda.
El director del Codefauna dependiente de la Subgobernación de Villa Montes, Roberto Salazar, manifestó que se remitió oportunamente los informes de monitoreo a la Gobernación Departamental y depende de esta institución a levantar la veda.
Por otro lado, el asambleísta departamental por el pueblo Weenhayek, Gilberto Márquez, indicó que este año se prevé la llegada de grandes cardúmenes, anticipando una fuerte actividad económica en los sectores pesqueros y comercializadores.
“A nivel departamental todo están con la esperanza de tener una buena época de pesca, ya que en estas épocas no se benefician solamente los tres pueblos indígenas sino también los que comercializan en sábalo a nivel departamental, regional y nacional, entonces eso para nosotros si hay una buena época de pesca genera un movimiento económico que benefician a las familias Weenhayek”, señaló Márquez.
Por otro lado, según los cálculos del asambleísta cada persona puede llegar a ganar 700 bolivianos por pescar y posteriormente entregarlos a los revendedores, recordando que el precio mínimo del pescado está a orilla del río.
“Cada pescador al día saca 500 bolivianos hasta máximo 700 bolivianos por pescar y vender el sábalo al comerciante, entonces eso genera y ayuda a la economía de la familia Weenhayek. Nosotros manejamos un calendario regionalizado, creo que es de conocimiento nacional, que las clases educativas nosotros terminamos el mes de mayo, todos los niños se dedican a la pesca, los adolescentes, los padres de familia, todos ayudan para que pueda haber un ingreso por lo menos en cuatro meses”, declaró Márquez.
Por otro lado, Jaime Sarmiento, investigador de la División de Peces del Museo Nacional de Historia Natural de Bolivia, explicó que el sábalo es una especie que se enfrenta a la reducción de su número en los últimos 10 años.
“Hasta hace 10 años, el sábalo (Prochilodus lineatus) era la especie pesquera más importante de Bolivia y, además, un recurso fundamental en la economía de pescadores y del pueblo originario Weenhayek, que depende del proceso migratorio para la pesca como una parte fundamental de su economía”, señala Sarmiento, quien lideró una investigación para conocer la situación y el proceso migratorio de este pez viajero.
Los riesgos que enfrenta el sábalo en el Pilcomayo
En la década de los 80 se pescaba entre 2.000 y 2.500 toneladas de sábalos al año. Después de las primeras señales de alerta, la pesca hoy se ha reducido a alrededor de 500 toneladas al año, explicó Guido Cortez, director ejecutivo del Centro de Estudios Regionales de Tarija. El principal peligro que enfrenta se refiere a los niveles hidrológicos del río, pues su crecimiento y migración depende de la cantidad de lluvia anual que se presenta en el Chaco boliviano y que produce inundaciones en el Pilcomayo.
Sin embargo, los pescados en los diferentes mercados que se distribuyen adquieren precios por encima de los 15 bolivianos. El director de Gestión Ambiental y Biodiversidad de la Gobernación, Eduardo Rueda, informó que el 27 de abril se levantó la veda oficialmente por órdenes del órgano Ejecutivo Departamental para la comercialización de sábalos provenientes del río Pilcomayo.
Según la normativa, se requiere pescados que sobrepasen los 35 centímetros de largo, aunque en los mercados se pudo observar que los comercializadores están ofreciendo pescados de menor tamaño.
“Nosotros continuamos haciendo los controles conjuntamente con el Programa de Conservación y Desarrollo de la Fauna (Codefauna) de Villa Montes tanto en el puesto de Junacas y en los mercados, viendo que tenga el tamaño correspondiente en las comercializadoras para el público en general”, manifestó Rueda.
El director del Codefauna dependiente de la Subgobernación de Villa Montes, Roberto Salazar, manifestó que se remitió oportunamente los informes de monitoreo a la Gobernación Departamental y depende de esta institución a levantar la veda.
Por otro lado, el asambleísta departamental por el pueblo Weenhayek, Gilberto Márquez, indicó que este año se prevé la llegada de grandes cardúmenes, anticipando una fuerte actividad económica en los sectores pesqueros y comercializadores.
“A nivel departamental todo están con la esperanza de tener una buena época de pesca, ya que en estas épocas no se benefician solamente los tres pueblos indígenas sino también los que comercializan en sábalo a nivel departamental, regional y nacional, entonces eso para nosotros si hay una buena época de pesca genera un movimiento económico que benefician a las familias Weenhayek”, señaló Márquez.
Por otro lado, según los cálculos del asambleísta cada persona puede llegar a ganar 700 bolivianos por pescar y posteriormente entregarlos a los revendedores, recordando que el precio mínimo del pescado está a orilla del río.
“Cada pescador al día saca 500 bolivianos hasta máximo 700 bolivianos por pescar y vender el sábalo al comerciante, entonces eso genera y ayuda a la economía de la familia Weenhayek. Nosotros manejamos un calendario regionalizado, creo que es de conocimiento nacional, que las clases educativas nosotros terminamos el mes de mayo, todos los niños se dedican a la pesca, los adolescentes, los padres de familia, todos ayudan para que pueda haber un ingreso por lo menos en cuatro meses”, declaró Márquez.
Por otro lado, Jaime Sarmiento, investigador de la División de Peces del Museo Nacional de Historia Natural de Bolivia, explicó que el sábalo es una especie que se enfrenta a la reducción de su número en los últimos 10 años.
“Hasta hace 10 años, el sábalo (Prochilodus lineatus) era la especie pesquera más importante de Bolivia y, además, un recurso fundamental en la economía de pescadores y del pueblo originario Weenhayek, que depende del proceso migratorio para la pesca como una parte fundamental de su economía”, señala Sarmiento, quien lideró una investigación para conocer la situación y el proceso migratorio de este pez viajero.
Los riesgos que enfrenta el sábalo en el Pilcomayo
En la década de los 80 se pescaba entre 2.000 y 2.500 toneladas de sábalos al año. Después de las primeras señales de alerta, la pesca hoy se ha reducido a alrededor de 500 toneladas al año, explicó Guido Cortez, director ejecutivo del Centro de Estudios Regionales de Tarija. El principal peligro que enfrenta se refiere a los niveles hidrológicos del río, pues su crecimiento y migración depende de la cantidad de lluvia anual que se presenta en el Chaco boliviano y que produce inundaciones en el Pilcomayo.