García Linera llama a cerrar filas para que Tarija crezca
El discurso de la sesión de Honor de la Asamblea Departamental cada 15 de abril se ha convertido en el acontecimiento político del año. Es la ocasión en la que el Gobierno hace su diagnóstico sobre Tarija y sugiere algunos caminos a seguir, apuntes nada despreciables en la interpretación...



El discurso de la sesión de Honor de la Asamblea Departamental cada 15 de abril se ha convertido en el acontecimiento político del año. Es la ocasión en la que el Gobierno hace su diagnóstico sobre Tarija y sugiere algunos caminos a seguir, apuntes nada despreciables en la interpretación política del futuro por la dependencia que el Movimiento Al Socialismo en Tarija tiene respecto al poder central, siendo a su vez la mayoría en la Asamblea Legislativa y además, prácticamente hegemónico en las alcaldías y subgobernaciones de Tarija.
En ese contexto, el discurso de Álvaro García Linera, presidente en ejercicio y habitual desde hace años en estas lides, no pasó desapercibido para nadie. El vicepresidente profundizó lo que ya había esbozado en la inauguración de la FexpoTarija el pasado martes y además mandó varios mensajes a los suyos.
García Linera, el mismo que acuñó el calificativo “Tarija no tiene sueños” en una sesión como la de ayer y que acabó por hundir la gestión del interino Lino Condori, se esforzó ayer en profundizar las cifras de la recuperación. Con los datos en la mano, García Linera recordó que el 30 por ciento del Producto Interior Bruto de Tarija todavía depende directamente del gas y es lo que provocó que se hundieran las cifras de crecimiento desde 2014, en las que se han registrado cifras negativas de hasta el 6-8 por ciento. Sin embargo, el Vicepresidente indicó que en los últimos años el sector agrícola, el transporte y el manufacturero tarijeño si ha seguido creciendo, por lo que con la reversión de los datos de precios del gas, se volverá a la senda del crecimiento.
El diagnóstico de la situación actual coincide con lo que en Tarija ya han concluido empresarios y la mayoría de los ejecutivos. Donde hay más discrepancias es en la receta para consolidar la salida de la crisis.
Todos a una
El vicepresidente lo tiene claro: diversificar la economía con la renta petrolera como estandarte en base a un plan de desarrollo que debe elaborar el poder ejecutivo con la participación de los actores a imagen y semejanza de lo que el Gobierno de Evo Morales ha hecho con la agenda 2025. A la Gobernación, que elaboró la Agenda del Bienestar y que, en esencia, se engarza fácilmente con la agenda 2025, le viene de perlas la similitud, pero a los aliados políticos del MAS, particularmente a los alcaldes, no les cayó demasiado bien, puesto que desde hace tres años tratan de acercar recursos a sus alcaldías a costa de los proyectos macro incluso poniendo en riesgo la viabilidad de la Gobernación.
García Linera usó menos eufemismos que de costumbre para calificar el contexto político derivado de la gestión. “Mucho pelean, incluso entre el mismo partido” señaló contundentemente con un mensaje dirigido tanto a sus bases como al otro bloque, el teóricamente autonomista, que también se ha presentado fraccionado en los últimos meses.
El MAS Tarija está dividido y con pugnas de poder en casi todos los escenarios en los que confluye. “Todos quieren tener razón” señaló el Vicepresidente en lo que parece un llamado al orden sin tener claro quién debe ejercer de líder. En la sala había varios de los primeros espadas: la propia Sara Armella que presidía la sesión, Milcíades Peñaloza, que se ha prodigado poco junto a Evo en estas efemérides, aunque faltaban algunos de los que tienen aspiraciones, como el jefe de los alcaldes de Bolivia Álvaro Ruíz o el jefe de los subgobernadores Walter Ferrufino.
Después vino el habitual baile de cifras, de proyecciones de renta en el que hizo algunas precisiones “con el barril a 60-70 dólares” se alcanzarían los 3.000 millones de renta hasta 2025 y el dato de las inversiones, donde volvió a errar en el enfoque. “Nosotros invertimos”. La plata sale de Tarija. A veces vuelve. Todos sería más apropiado. Veremos si para el año.
En ese contexto, el discurso de Álvaro García Linera, presidente en ejercicio y habitual desde hace años en estas lides, no pasó desapercibido para nadie. El vicepresidente profundizó lo que ya había esbozado en la inauguración de la FexpoTarija el pasado martes y además mandó varios mensajes a los suyos.
García Linera, el mismo que acuñó el calificativo “Tarija no tiene sueños” en una sesión como la de ayer y que acabó por hundir la gestión del interino Lino Condori, se esforzó ayer en profundizar las cifras de la recuperación. Con los datos en la mano, García Linera recordó que el 30 por ciento del Producto Interior Bruto de Tarija todavía depende directamente del gas y es lo que provocó que se hundieran las cifras de crecimiento desde 2014, en las que se han registrado cifras negativas de hasta el 6-8 por ciento. Sin embargo, el Vicepresidente indicó que en los últimos años el sector agrícola, el transporte y el manufacturero tarijeño si ha seguido creciendo, por lo que con la reversión de los datos de precios del gas, se volverá a la senda del crecimiento.
El diagnóstico de la situación actual coincide con lo que en Tarija ya han concluido empresarios y la mayoría de los ejecutivos. Donde hay más discrepancias es en la receta para consolidar la salida de la crisis.
Todos a una
El vicepresidente lo tiene claro: diversificar la economía con la renta petrolera como estandarte en base a un plan de desarrollo que debe elaborar el poder ejecutivo con la participación de los actores a imagen y semejanza de lo que el Gobierno de Evo Morales ha hecho con la agenda 2025. A la Gobernación, que elaboró la Agenda del Bienestar y que, en esencia, se engarza fácilmente con la agenda 2025, le viene de perlas la similitud, pero a los aliados políticos del MAS, particularmente a los alcaldes, no les cayó demasiado bien, puesto que desde hace tres años tratan de acercar recursos a sus alcaldías a costa de los proyectos macro incluso poniendo en riesgo la viabilidad de la Gobernación.
García Linera usó menos eufemismos que de costumbre para calificar el contexto político derivado de la gestión. “Mucho pelean, incluso entre el mismo partido” señaló contundentemente con un mensaje dirigido tanto a sus bases como al otro bloque, el teóricamente autonomista, que también se ha presentado fraccionado en los últimos meses.
El MAS Tarija está dividido y con pugnas de poder en casi todos los escenarios en los que confluye. “Todos quieren tener razón” señaló el Vicepresidente en lo que parece un llamado al orden sin tener claro quién debe ejercer de líder. En la sala había varios de los primeros espadas: la propia Sara Armella que presidía la sesión, Milcíades Peñaloza, que se ha prodigado poco junto a Evo en estas efemérides, aunque faltaban algunos de los que tienen aspiraciones, como el jefe de los alcaldes de Bolivia Álvaro Ruíz o el jefe de los subgobernadores Walter Ferrufino.
Después vino el habitual baile de cifras, de proyecciones de renta en el que hizo algunas precisiones “con el barril a 60-70 dólares” se alcanzarían los 3.000 millones de renta hasta 2025 y el dato de las inversiones, donde volvió a errar en el enfoque. “Nosotros invertimos”. La plata sale de Tarija. A veces vuelve. Todos sería más apropiado. Veremos si para el año.