Con la Separadora a medio gas, Argentina pide más
Mientras Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos y el Ministerio de Hidrocarburos resuelven sus incertidumbres sobre el uso definitivo que se le quiere dar la gas natural boliviano, Argentina no duda en solicitar más volúmenes para satisfacer sus demandas irresueltas. El embajador de...



Mientras Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos y el Ministerio de Hidrocarburos resuelven sus incertidumbres sobre el uso definitivo que se le quiere dar la gas natural boliviano, Argentina no duda en solicitar más volúmenes para satisfacer sus demandas irresueltas.
El embajador de Argentina en La Paz, Normando Álvarez, sugirió ayer que se estaba solicitando formalmente la compra de un millón de metros cúbicos adicionales a los ya contratados. Esa hubiera sido la conclusión más relevante de la última reunión que sostuvieron los ministros del área, Luis Alberto Sánchez por Bolivia y Juan José Aranguren por Argentina, la pasada semana en Buenos Aires.
De acuerdo a la adenda al anexo D del contrato de compraventa el 2017 para el periodo de verano, YPFB debía garantizar a Energía Argentina Sociedad Anónima (Enarsa), un máximo de 20,3 MMm3/d de gas, pero la estatal argentina puede recibir 16,7 MMm3/d, mientras que para invierno YPFB debe garantizar un volumen de 23,3 Mmmcd, mientras que Argentina está obligada a comprar o/y pagar por 20,3 MMm3/d.
El contrato puesto en marcha en 2007 contemplaba entonces apenas cuatro millones de metros cúbicos y se proyectaba llegar a 27 en 2027, sin embargo contenía la cláusula que impedía aumentar los volúmenes hasta que Bolivia no construyera su planta Separadora de Líquidos de Yacuiba que además tenía que ser financiada por la empresa Argentina de electricidad Enarsa.
Los diferentes problemas en Bolivia para la construcción de la planta, que demoró desde 2006 hasta 2014 y se elevó de precio de 450 millones de dólares a casi 700 motivó nuevas negociaciones con el entonces presidente de la estatal petrolera Carlos Villegas que permitió se elevaran los volúmenes. El problema era que la Argentina pagaba por gas seco y no tenía en cuenta los licuables que viajaban disueltos y alimentaban toda una industria petroquímica desde Campo Durán. Villegas siempre alegó que la fórmula de cálculo estipulada con la Argentina era más favorable.
En la actualidad la planta separadora de Yacuiba funciona a un escaso porcentaje de capacidad, puesto que no existe la planta petroquímica a la que destinar la producción, apenas se dedica a la producción de Gas Licuado de Petróleo, que no encuentra mercado.
En 2016 y 2017 Juan José Aranguren ha sido cuestionado en su país por comprar gas licuado a través de Chile para cubrir las necesidades del invierno, cuyo beneficiario último sería Shell, empresa de la que fue el CEO para el cono sur.
El embajador de Argentina en La Paz, Normando Álvarez, sugirió ayer que se estaba solicitando formalmente la compra de un millón de metros cúbicos adicionales a los ya contratados. Esa hubiera sido la conclusión más relevante de la última reunión que sostuvieron los ministros del área, Luis Alberto Sánchez por Bolivia y Juan José Aranguren por Argentina, la pasada semana en Buenos Aires.
De acuerdo a la adenda al anexo D del contrato de compraventa el 2017 para el periodo de verano, YPFB debía garantizar a Energía Argentina Sociedad Anónima (Enarsa), un máximo de 20,3 MMm3/d de gas, pero la estatal argentina puede recibir 16,7 MMm3/d, mientras que para invierno YPFB debe garantizar un volumen de 23,3 Mmmcd, mientras que Argentina está obligada a comprar o/y pagar por 20,3 MMm3/d.
El contrato puesto en marcha en 2007 contemplaba entonces apenas cuatro millones de metros cúbicos y se proyectaba llegar a 27 en 2027, sin embargo contenía la cláusula que impedía aumentar los volúmenes hasta que Bolivia no construyera su planta Separadora de Líquidos de Yacuiba que además tenía que ser financiada por la empresa Argentina de electricidad Enarsa.
Los diferentes problemas en Bolivia para la construcción de la planta, que demoró desde 2006 hasta 2014 y se elevó de precio de 450 millones de dólares a casi 700 motivó nuevas negociaciones con el entonces presidente de la estatal petrolera Carlos Villegas que permitió se elevaran los volúmenes. El problema era que la Argentina pagaba por gas seco y no tenía en cuenta los licuables que viajaban disueltos y alimentaban toda una industria petroquímica desde Campo Durán. Villegas siempre alegó que la fórmula de cálculo estipulada con la Argentina era más favorable.
En la actualidad la planta separadora de Yacuiba funciona a un escaso porcentaje de capacidad, puesto que no existe la planta petroquímica a la que destinar la producción, apenas se dedica a la producción de Gas Licuado de Petróleo, que no encuentra mercado.
En 2016 y 2017 Juan José Aranguren ha sido cuestionado en su país por comprar gas licuado a través de Chile para cubrir las necesidades del invierno, cuyo beneficiario último sería Shell, empresa de la que fue el CEO para el cono sur.