La Promo 2025 del María Laura Justiniano 2 celebró a puro zapateo
Un festival lleno de color, ritmo y trabajo colectivo mostró la diversidad cultural boliviana con el talento de estudiantes de secundaria y el apoyo comprometido de madres, padres y docentes.



En una jornada que mezcló emoción, tradición y comunidad, el Festival de Danzas de la Unidad Educativa María Laura Justiniano 2 volvió a llenar de vida el Coliseo Universitario de Tarija. Con la participación de todos los cursos de secundaria y el respaldo absoluto del plantel docente, padres y madres de familia, esta edición —organizada por la promoción 2025— dejó en claro que celebrar la cultura también es construirla desde el aula, el hogar y el escenario.
El evento, que ya es una tradición anual en la unidad educativa, fue impulsado este año por un directorio singular: sin presidente, pero con una organización horizontal y efectiva, donde cada delegado de curso y cada padre y madre colaboradora tuvo voz, voto y, sobre todo, trabajo compartido. “Así evitamos que solo unos cuantos trabajen, y más bien que todos lo hagan por la promoción”, comentan desde el equipo organizador, integrado por Dolly Fernández, Rosa Ramos, Rina Rojas, Carmen Julia Vedia, Blanca Cabrera, Nathaly Chavarría Ugarte, Francisco Soruco y Jaime Narváez.
Los tutores de la promoción —Renzo Salazar, Víctor Coria, Marcela Churquina, Mariana Varas y María del Carmen Mamani— acompañaron de cerca este proceso colectivo, que movilizó a más de 95 estudiantes de sexto y a un promedio de 300 a 400 estudiantes del resto de los cursos, todos entregando cuerpo y alma en la representación de danzas bolivianas.
El programa fue tan extenso como diverso: jalkas severina, salay, kullawada, estampa chapaca, salaque potosino, atico, brincao, llamerada, morenada, estampa chaqueña (interpretada por los propios padres de familia), tobas, bailecito cochabambino, tarqueada, potolos, afrosaya, taquirari, y una espectacular puesta en escena final de la promoción 2025 con una batalla coreográfica entre caporales y tinkus que puso al público de pie.
La directora del colegio, Silvia Eugenia Murillo Flores, aplaudió no solo el nivel artístico de las presentaciones, sino también el compromiso detrás del evento. El coliseo estuvo repleto, con la presencia activa de casi todos los padres y madres, que no sólo aplaudieron sino también danzaron y se emocionaron junto a sus hijas e hijos.
Así, el Festival de Danzas del María Laura Justiniano 2 fue una muestra viva de lo que puede lograrse cuando la educación y la cultura caminan juntas, y cuando las familias se convierten en parte activa de una experiencia que quedará en la memoria de toda una comunidad educativa. El María Laura 2 no sólo celebró Bolivia: la hizo bailar.