Por si te antojas unos huevos rancheros (y un poco de soberanía)
Porque no todo son burritos, chili con carne y quesadillas, aquí te compartimos una auténtica receta de comida mexicana.
Cada 16 de noviembre, los mexicanos celebran el Día de la Gastronomía Mexicana. Aunque es una fecha que no atañe en nada a nuestra cultura, es interesante ponerla en la mesa por un par de motivos: la importancia de preservar la cultura, más aún cuando tenemos la intención de impulsar nuestro potencial turístico; y la impostergable necesidad de lograr y mantener la soberanía alimentaria, sobre todo cuando los grandes capitales de los monopolios agroindustriales insisten en secuestrar los territorios, condicionando la producción al uso de semillas transgénicas, como la soya HB4, y agrotóxicos, como el glifosato. ¿Una yapa? Porque a todos los bolivianos nos encanta la comida mexicana, aunque todavía la confundamos con la fronteriza Tex-Mex.
En México, hace más de 20 años comenzó una batalla entre los productores y los funcionarios, cuyos negociados derivaron en la introducción descuidada de semillas transgénicas de maíz, contaminando los campos, la diversidad de maíces nativos, y la salud de los consumidores. Historias similares hay en cada país del continente, y hay quienes dicen que, al final, todo se reduce a una simple y cruel guerra por la tierra.
Por ello, en este Día de la Gastronomía Mexicana, compartimos una receta de huevos rancheros, un plato emblemático que surgió de las zonas rurales, aprovechando productos locales como el huevo, el maíz y los frijoles (léase porotos), alimentos llenos de energía para iniciar la jornada de trabajo con las pilas bien cargadas. Clásico y delicioso, este platillo ha trascendido las fronteras con su sencillez y explosión de sabores. ¿Ya te antojaste? Pues manos a la obra con esta receta que está bien buena y alcanza para dos.
Ingredientes:
- 2 tortillas de maíz, mejor si son recién hechas.
- 2 huevos.
- 1 taza de porotos negros o pintos, refritos.
- 1 taza de salsa ranchera.
- ½ taza de quesillo desmoronado.
- ½ palta en rebanadas.
- Crema agria al gusto.
- Aceite vegetal para freír.
Para la salsa:
- 2 tomates maduros, en cubos.
- 1 jalapeño, o 2 locotos, finamente picado.
- ¼ cebolla blanca, finamente picada.
- 1 diente de ajo, finamente picado.
- 1 cucharada de aceite vegetal.
- Sal y pimienta al gusto.
- 1 ramita de cilantro fresco, picado.
Preparación:
Salsa
Calienta una sartén pequeña con una cucharada de aceite a fuego medio. Agrega la cebolla y el ajo y sofríe por 2 a 3 minutos hasta que estén suaves. Agrega el chile/locoto picado y los tomates. Cocina todo junto, removiendo ocasionalmente, hasta que los tomates estén suaves y la mezcla tenga consistencia de salsa (8 a 10 minutos). Si está muy espesa, puedes añadir una cucharada de agua. Sazonar con sal y pimienta al gusto, agregar cilantro picado. Cocinar un minuto más y reservar.
Huevos rancheros
En otra sartén pequeña, calienta los porotos refritos a fuego bajo. Si están espesos, agrega agua o caldo para suavizarlos. Mantener calientes.
Calienta una cucharada de aceite en una sartén grande a fuego medio y fríe las tortillas de maíz durante unos 30 segundos por lado. Deben quedar blandas, pero con bordes ligeramente crocantes. Sacar y colocar sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
En la misma sartén puedes freír los huevos con un poco más de aceite si fuera necesario. Fríe a tu gusto y sazona con una pizca de sal.
Ahora, coloca una tortilla en un plato, unta una capa de porotos encima, coloca un huevo frito y vierte una generosa cantidad de salsa ranchera por encima. Corona con quesillo, rebanadas de palta y un poco de crema agria al gusto.
Sirve inmediatamente y disfruta unos auténticos huevos rancheros. No olvides servir la otra porción para tu acompañante. O cómete las dos, si eso quieres. ¡Provecho!