Carolina Lema Burgos, arte y sanación para la diversidad
La artista y profesora de arte explora la imaginación a partir de un registro surreal, a la vez que guía a la niñez neurodiversa para encontrar nuevas vías de expresión y felicidad.
Los padres de Carolina la criaron en un ambiente rodeado de arte en el que su hermana, Adriana, fue su modelo a seguir. Carolina le siguió siempre los pasos. Se emocionaba cuando Adriana arrancaba las páginas de alguna revista, como la National Geographic, donde se imprimían cuadros de artistas famosas, como la paceña Susana Castillo López, y se dedicaban a copiar con sus pinturas. La siguió en todo, en el arte y la música, excepto en la arquitectura. Incluso trabajó en El Imaginario, el centro cultural de Adriana, hasta que encontró su propio camino.
Tarijeña nacida en 1994, Carolina se formó como artista desde su niñez –“toda mi familia está tendida hacia el lado del arte”–, y en su adolescencia y maduración participó de varias exposiciones nacionales con dibujos, pinturas y esculturas. En 2018, su obra transcendió fronteras junto al grupo de Mujeres Artistas Bolivianas Emergentes con una exposición en la ciudad de Salta, Argentina.
Pero fue a sus 21 años cuando Lema comenzó a ejercer la enseñanza del arte, haciendo la labor cada vez más profunda y profesional de guiar a la niñez neurodiversa –o neurodivergente. Situaciones que se conocen como autismo o síndrome de Down, para Carolina son simplemente formas distintas de conocer y expresar. Y el arte como terapia es un buen canal para encontrarse con la diversidad y las capacidades diferentes.
La artista
Egresada del Instituto de Bellas Artes José Santos Mujica, Lema encontró en el arte surreal y abstracto un universo que le permite expresar inmediatamente la multiplicidad de posibilidades de lo real. “Es un poco salir de lo figurativo. Me gusta porque deja que el espectador imagine lo que quiera. No es una visión en particular la que estoy presentando, puedes ver cosas diferentes”, indica la pintora.
Carolina encuentra que el arte es libre y da libertad para expresar sus verdaderos pensamientos y sentimientos. Además, la autora permite que su público piense lo que quiera pensar de sus representaciones: “Hay artistas que pueden pintar un rostro o una cabaña. De mí, sale esto, y no sólo es mi punto de vista. Tal vez la obra no sobresale por su estética o composición, eso es cuestión de gusto, pero hay un significado en todas mis pinturas y esculturas”.
“Decimos que venimos de los monos, ¿por qué no también de los peces?”
A principios de septiembre, Carolina formó parte de la exposición colectiva Arte Mix en la antesala del Teatro de la Cultura. Ahí expuso algunas obras como “Mutación”, “Paseo de ilusión”, un torso femenino, una mujer paceña y un retrato sin título. Son obras que reflejan la variedad de intereses de la artista.
“Mutación”, por ejemplo, es incluso una reflexión acerca de las teorías que damos por ciertas. “Decimos que venimos de los monos, ¿por qué no también de los peces? Este ser está en proceso de mutación, ni siquiera se define si es hombre o mujer. Está mutando. Para muchas personas puede no ser estéticamente aceptable, pero a mí me gusta”, comenta la autora.
Por otra parte, “La paceña” es una obra simbólica y figurativa en la que Carolina ha volcado su gusto por la vestimenta de las mujeres del occidente boliviano. “He pintado muchas personas paceñas porque me gusta su vestimenta. Esta mujer carga su Illimani, está sosteniendo su ciudad y su montaña”.
Su estilo es inmediato, un juego para dejar que la imaginación y la visión del mundo se expresen en libertad. Esta cualidad lúdica de la pintura y escultura de Lema se aprecia también en otras obras como “Paseo de ilusión”, el retrato sin título y el torso femenino, donde vemos el gesto decidido que no busca perfección sino el goce de ver en la realidad lo que hay dentro del imaginario.
La profesora
“Me gusta dar este tipo de clases, porque les enseño formas de expresar. La neurodivergencia no es una debilidad sino un reflejo que amplía la gama de la diversidad humana. Las personas neurodivergentes poseen un conjunto de habilidades y talentos únicos, y con el apoyo adecuado pueden permitirse prosperar en todas las áreas de su vida”, constata Lema junto a la mesa de exposiciones donde se lucen varias obras de sus alumnos.
Carolina lleva siete años dando clases para niñas y niños, y se ha especializado en la enseñanza dirigida a neurodiversidades. Recientemente entró en sociedad con Liliana García y Carol Masilla de Bio Cultural para que este centro cultural crezca con la oferta de clases de dibujo, modelado en arcilla y pintura, además de las clases para niños con capacidades diferentes.
“La neurodivergencia no es una debilidad sino un reflejo que amplía la gama de la diversidad humana”
“Es mi aporte a la sociedad”, dice Lema, conocedora del trabajo que se ha realizado en Tarija por las neurodiversidades, pues aquí nació la Ley Departamental 396 de Protección a las Personas con Autismo que ha servido de base para la elaboración de la Ley Nacional de Protección a las Personas con Autismo. Además, desde Tarija se gestiona la Federación Nacional de Autismo, del cual son parte 6 departamentos del país.
Lema se interesó en la especialidad del arte como terapia al darse cuenta que las personas neurodiversas “sienten y pueden expresar. Después los veo de 5 años, y se me caen las lágrimas por ver cómo han superado. No te imaginabas que iban a llegar a ese momento. Verlos independientes, seguirte una charla. Hacer caso de lo que dices. Es increíble ver su progreso”, relata.
Año con año, la artista se especializa un poco más para dar una mejor guía y atención. “Lo último que hice fue un curso de arte terapia que me ha ayudado a comprender los colores y formas que eligen y cómo eso te habla de sus sentimientos. El estudio nunca acaba. A veces los papás se enteran que sus niños tienen autismo o síndrome de Down y se les cae el mundo. Pero tienen que apoyarlos, y el arte permite aprender mucho y desarrollar la motricidad y la expresión”.
Incluso Lema ha encontrado una manera de nutrir su espíritu gracias al arte como terapia. “Voy conectándome, creyendo más en mí, en lo que se siente, en las personas. Cuando estoy trabajando con ellos, siento tanto cariño, no puedo creer, se me sale el cariño. Y cuando vienen, su manera de expresarse es tocarte, y sientes sus sentimientos. Es lindo”.
Si quieres más información sobre talleres de arte para la niñez, o sobre el arte como terapia para personas con neurodiversidades, acércate a Bio Cultural (Corrado entre Gral. Trigo y Sucre), o busca a Carolina Lema al número 77176273.