Raúl Fadlallah, chef, modelo y actor que triunfa en las pasarelas y cocinas de las grandes ciudades
Tan solo en su faceta de cocinero, trabaja incansablemente y sirve banquetes para celebridades y políticos como Kamala Harris, vicepresidenta del país del norte.
Raúl Fadlallah es el famoso chef y director artístico de la exitosa compañía culinaria neoyorkina de eventos y catering “Fresh Julienne”, que ha logrado posicionarse como opción preferencial de “high-end socialités and heads of state”, y que ofrece una de las mejores opciones para realizar festejos especiales. Tan solo las cenas de fin de año reciben una gran cantidad de invitados importantes de las altas esferas de países como México y Estados Unidos.
En las redes sociales, Raúl se mueve con el sobrenombre de Raul NY, orgulloso de todo lo que esa ciudad le ha dado en la vida. Sin embargo, y aunque su apellido parezca indicar otra cosa, Raúl nació en Caracas, Venezuela, en San Antonio de Los Saltos. Su apellido, poco habitual para América Latina, viene de su padre de origen libanés.
El exitoso chef estudio artes culinarias, pero desde muy pequeño se dedicó a la actuación y al modelaje. “Son las tres pasiones que llevan mi vida y se compaginan muy bien unas con otras”. En su cuenta de Instagram, por ejemplo, suele compartir una gran cantidad de instantáneas donde da fe de esa pasión y talento.
“Siempre hay un reto en la vida, señores, y es no tener miedo”
Fadlallah se considera una persona real que no tiene miedo a los retos, y siempre encuentra nuevas cosas que aprender de sus experiencias, incluso de las más comprometedoras. “Un día estaba trabajando con personas muy importantes en el medio del modelaje, y se me olvidó ponerme el cinturón. Los pantalones me quedaban grandes y se me caían en la pasarela”, recuerda entre risas el modelo, y retoma el aliento diciendo: “Siempre hay un reto en la vida, señores, y es no tener miedo”.
Este importante influencer ve su trabajo como una vocación, algo que le encanta hacer y le divierte, y sin lo que no podría hacer nada en la vida. Su pasión también se transfiere a sus gustos y pasatiempos. “Me encanta la ópera, el tenis, la natación. Soy un adicto incorregible a salir a correr por las tardes. Pero, sobre todo, mi deporte principal es estar con mi familia, pasar un día de playa, un día diferente. Para mí, eso es lo mejor”.
Aunque ha triunfado en las grandes pasarelas de Milán, París y Nueva York, Fadlallah se reconoce como un hombre tímido. “Si les pudiera hablar de mí, diría que no me importan los retos, que extraño los valores y la cultura de Venezuela. Es momento de cambiar la imagen y ayudarnos, que los migrantes podamos salir adelante y poner nuestro granito de arena”.