Noelkis Violeta: los tatuajes, inicios y ética de trabajo
Sin planearlo, Noelkis Violeta se consolidó como tatuadora en el país.
Cuando Noelkis Violeta Montilla Bastidas tuvo sus primeros contactos con el tatuaje no imaginaba que años después se dedicaría a ese arte y menos en otro país. Esta mujer venezolana de 31 años se interesó por los tatuajes solo como una curiosidad, pero con el tiempo se fue adentrando en el mundo de la tinta hasta el punto de dedicarse completamente a ello.
Noelkis Violeta cuenta que siempre trabajó por su cuenta y con sus manos, ya sea confeccionando ropa, pintando murales, creando bolsos o bisutería. Además, también destaca que a lo largo de su vida el dibujo fue una constante.
Hace 6 años que se interesó por los tatuajes, a pesar de que ya contaba con algunos, esta vez se preguntó si ella también era capaz de tatuar. Así empezó su camino como tatuadora, pues no tenía la convicción de convertir la actividad en algo redituable, solo le significaba un pasatiempo. Uno de lo primeros lienzos en los que practicó fue su propia piel, destaca que nunca vio el resultado final de un tatuaje suyo que no le haya gustado.
“Me gustaría viajar y conocer a más tatuadores”.
Su formación como tatuadora, en Venezuela los primeros años, le dio algunas lecciones que lleva consigo y comparte. Por ejemplo, el hecho de la práctica y técnica que el tatuar requiere, pues afirma que “algunos son muy buenos dibujantes, pero no pueden tatuar”.
Otra de las cosas que destaca es cuando los clientes quieren copiar algún diseño que vieron en internet. Noelkis Violeta entiende por qué se da esa situación, pero sabe que ningún tatuaje se puede reproducir perfectamente aun así lo haga el mismo tatuador. Además, menciona que también es un asunto de ética, cree que lo apropiado es que cada tatuador trabaje con diseños propios y especiales para cada cliente.
Sobre su trabajo, Noelkis Violeta trata de enfocarse en los estilos tradicional, neotradicional y todo lo kawaii. Aunque trabaja mucho con colores, también hace diseños monocromáticos. Ella opina que a nivel Latinoamérica aún les falta a los clientes confiar en los diseños de los tatuadores.
Ese último aspecto también le es relevante, pues para ella es una sensación bonita plasmar las ideas de sus clientes y superar sus expectativas.
Fue hace 4 años que Noelkis Violeta llegó a Bolivia, cuando tuvo que abandonar su natal Venezuela. Aunque dejar su país no era exactamente lo que quería, tuvo que hacerlo y llegó al país con sus hijos. En Bolivia se avocó completamente a los tatuajes y pasó a formar parte del equipo de Love and hate tatto studio.
Una de las ilusiones que tiene para el futuro es viajar mucho y poder conocer a los tatuadores que admira, tatuarse con ellos y aprender de su trabajo.