Elvio Flores, la herencia de la fotografía
Elvio saca fotos en la plaza hace años, tomó el lugar de su padre cuando dejó el oficio.
Cada tarde, Elvio Flores Arteaga camina hacia el centro de la Plaza Principal con su cámara, impresora de fotos y trípode. Se dirige a instalarse en su puesto de trabajo, un macetero de cemento del que brota la palmera que lo protege del sol.
Elvio se dedica a la fotografía hace 10 años, hoy es el vicepresidente de la Asociación de Fotógrafos Profesionales de Tarija. Fue su padre, Esteban Flores, quien le inspiró la pasión por capturar momentos en un lienzo fotosensible. Sentado junto al trípode, Elvio habla sobre esa figura paterna: “Mi papá es fotógrafo desde los 17 años, era muy querido cuando todavía trabajaba en la plaza. Gracias a él he crecido con la fotografía, entre rollos, cámaras y lentes”.
“Las fotografías construyen la historia cultural de cada región”.
Fue en Mendoza, Argentina, donde Elvio pudo estudiar fotografía. Cuenta que todos sus compañeros eran “fotógrafos modernos”, pero él marcaba la diferencia por el conocimiento heredado de su padre. Por temas de papeleo y convalidaciones, no pudo sacar su título, pero Elvio afirma que mantiene lo más importante: el conocimiento.
Son 2 las definiciones que Elvio tiene de la fotografía, una estrechamente académica: “escribir o pintar con luz, del griego ‘foto’, luz, y ‘grafía’, escribir”. Pero la otra es más personal y poética, dice: “Para mí la fotografía va mucho más allá, es congelar un instante, un microsegundo del tiempo para plasmarlo en papel y que lo puedan ver generaciones futuras”, y añade: “Las fotos son las únicas máquinas del tiempo”.
Como objetivo, Elvio pretende acercar esta ciencia y arte a todas las personas. Asegura que en Tarija hay grandes fotógrafos, pero sabe que no están al alcance de todos, pues el precio de su trabajo es elevado. Elvio conoce perfectamente el valor de una buena foto, sin embargo, quiere que estas sean accesibles para aquellas personas que no pueden permitirse una sesión.
Elvio cobra bs. 10 por cada foto instantánea. Ahora prácticamente cada persona tiene un celular con cámara, por lo que las fotos en la Plaza se las suelen tomar ellos mismos, pero el resultado no es igual al de un fotógrafo, Elvio dice: “Trabajando la composición, los colores y la exposición, nuestros trabajos son de muchas más calidad y muy especiales también”.
Además, la pandemia por covid-19 ha disminuido el flujo de gente por el centro, hoy Elvio toma pocas fotos al día. Pero no se rinde, su pasión por las fotos lo mantiene firme trabajando como su padre.