Julio Fernández: “La cultura del tatuaje está creciendo en Tarija”
El joven tatuador tarijeño cuenta sus inicios en el mundo del tatuaje.



La pasión de Julio Isaías Fernández Delgado por los tatuajes empezó por la intriga de esa manera de marcar un recuerdo de por vida. Su primer tatuaje se lo hizo un amigo, este sellaba su piel con la frase: Deus nunca falha, frase en portugués y motivo de inspiración para Julio.
De esa manera inició su travesía en este mundo. Unas semanas después, viajaba al Chaco a visitar a sus padres, previamente le pidió prestada una máquina de tatuar a su amigo, para practicar trazos en una fruta, como es común en los aspirantes a tatuadores. Sin embargo, nunca llegó a asentar la aguja en dicho lienzo. Ni bien prendió la máquina, su madre entró en la habitación para ver qué causaba ruido. Inmediatamente su mamá, hermana y prima se ofrecieron a ser las protagonistas de sus primeras líneas.
“Hay una tendencia de los tatuajes que crece en el departamento, necesita tiempo para consolidarse”.
De vuelta en Tarija, al amigo tatuador le costaba creer el resultado de los primeros tatuajes de Julio: “Veía las fotos y no me creía. Dijo que era un buen resultado para ser la primera vez”.
A partir de entonces, Julio pasó un año y medio como aprendiz. Pasado ese tiempo abrió su propio estudio, de nombre Ferdel Tattoo. Este es una combinación de las primeras sílabas de sus 2 apellidos. Su estudio ya tiene 2 años y medio. En ese tiempo ha logrado premiaciones a nivel departamental y nacional. Concretamente obtuvo primeros premios a tatuajes “full color” y “mini tattoos”. Además, el realismo también forma parte los estilos de su trabajo.
Aquellos reconocimientos no son ninguna casualidad, pues los dones artísticos de Julio se manifestaron mucho antes en su vida. El dibujo siempre formó parte de sus aficiones y pudo profundizar en la carrera de Bellas Artes. Ya en la universidad, hizo un primer intento en la carrera de Ingeniería Civil, de donde pudo haber adoptado la precisión para cada línea.
Actualmente, y a sus 26 años, Julio siente que su carrera recién empieza. A la par estudia Ingeniería Comercial, lo que, según explica, es todo un plus a la hora de administrar su estudio de tatuajes.
“Todo pasó muy rápido, ahora quiero crecer junto con mi estudio”.
Siente que, desde su primer tatuaje, todo pasó muy rápido, y también cree que en Tarija la cultura del tatuaje está creciendo y es cada vez más aceptada. Esto lo afirma por la cantidad de tatuadores que hay, lo cual para el es bueno, ya que segura que la competencia es sana y motiva a todos a ser mejores.
Su motivación es hacer el mejor trabajo posible y su meta continuar como ha estado desempeñándose hasta ahora.