Daniel Muñoz y Fabiola López, carpintería nacida en pandemia
La pareja inició un emprendimiento de pandemia que logró consolidar.
Daniel Muñoz y Fabiola López no se libraron de experimentar cambios gracias a la pandemia de covid-19. Si bien el más significativo fue que se mudaron a vivir juntos en julio del año pasado, luego de años de ser pareja, el otro cambio que vivieron se dio de una manera casi fortuita. Ese fue su emprendimiento de carpintería.
Daniel y Fabiola llevan desde el año pasado trabajando en Turiro arte y madera. Fue durante la cuarentena rígida que tomaron unos muebles olvidados en la casa de la madre de Daniel. Juntos los refaccionaron y decoraron, creando así unos coloridos banquitos para niños.
Al inicio esa actividad era solo un pasatiempo para ellos. “Trabajábamos solo para nosotros, para pasar el rato”, cuentan. Sin embargo, con el tiempo su entorno, sobre todo amigos, comenzaron a hacerles pedidos. Los principales productos demandados eran los banquitos, que empezaron a construir y diseñar de manera personalizada para cada niño.
Así ese pasatiempo fue tomando la forma de un emprendimiento. A los pedidos se les sumó el que la pareja descubra una pasión especial por ese trabajo. Daniel hace énfasis en ello. Él es abogado y trabaja como tal en horario de oficina, de noche es entrenador de crossfit y los fines de semana trabaja en los muebles. Pero él asegura que no es agotador, pues realmente le gusta trabajar con la madera. Fabiola es artista plástica y, aunque había parado su activiadad creativa por un tiempo, la retomó para trabajar en los muebles y se dedica a ello.
Daniel trabaja dando forma a la madera durante el fin de semana, y Fabiola le da el toque único y personalizado a lo largo de la semana. Aunque, cuando es necesario, cada uno ayuda al otro en su parte del trabajo. A diferencia de Fabiola, Daniel no tenía ninguna experiencia con este tipo de actividad, pero afirma que le agarró el gusto desde el inicio y pudo aprender gracias a tutoriales en internet.
“El miedo y las dificultades al emprender siempre están, pero es importante tener valor y animarse”.
Para consolidar su negocio eligieron el nombre de Turiro. Este fue sugerido por un familiar durante un encuentro. Turiro es el equivalente a termita, y a la pareja le gusta porque lo consideran original y con un toque irónico.
Hoy, Daniel y Fabiola se promocionan a través de su Instagram @turiro.arteymadera.scz, con el que han conseguido un alcance y ventas a nivel nacional. Fabiola asegura que lo más satisfactorio es cuando ve cómo le gusta el producto a un cliente, más cuando se trata de la sonrisa de un niño.