Carmen Méndez y el vóley, de lo fortuito a la pasión
La joven deportista cuenta su historia con el vóley.
A sus 16 años Carmen Méndez Romero vive una intensa vida cuyo ritmo está marcado por los entrenamientos y campeonatos de vóley. Este deporte es parte de su día a día desde los 5 años, cuando una causa fortuita más que planeada fue la que desembocó en su carrera deportiva.
En su quinto año de vida, su padre la llevó al coliseo Luis Parra para que pasara sus primeras clases de básquet, mas al momento de su llegada se toparon con que la clase era de vóley, Carmen dice: “El entrenador se acercó a mi papá para que me sume al grupo, desde ese momento practico vóley”.
A partir de entonces su carrera fue solo en ascenso. A los 8 años tuvo su primer viaje a otro departamento por el vóley y a los 9, su primera selección. Aunque recuerda que en esos primeros años el vóley representaba más un pasatiempo que algo a lo que se dedique seriamente.
“El entrenador nos decía que lo importante era pasarlo bien entonces, que nos guste y que luego vendrían las competencias y otras cosas”. Carmen hace énfasis en la importancia del papel de sus entrenadores y, aunque tuvo muchos, resalta al primero: Jaime Guillén.
"Hay que levantarse de las caídas y ser humilde en las victorias".
“El profe es como un segundo padre. Me enseñó muchas cosas, como que realmente me guste este deporte o valores también”.
El salto del vóley como pasatiempo a una dedicación seria lo dio alrededor de sus 12 años, cuando recuerda que empezó a crecer más rápidamente. Explica que no cambió el entrenamiento de forma repentina, sino que fue aumentando con el paso del tiempo, pues lo entrenadores siempre procuraron cuidar ese amor por el vóley.
Respecto a qué le ha dado este deporte, dice: “El vóley me ha abierto muchos caminos, me ha dado viajes y confianza en mí misma”, resalta el último punto y añade que el deporte ha significado para ella alegrías inexplicables.
Si bien la historia de Carmen con el vóley comenzó por una especie de accidente, hoy este deporte configura su pasión y marca el compás de sus tiempos. Antes de la pandemia, llegaba a entrenar hasta 5 horas diarias, hoy entrena alrededor de 2 horas por las restricciones.
Carmen terminará el colegio este año y espera ganarse un puesto en la selección absoluta. Aconseja a todos luchar por sus sueños: “Los altos y bajos te hacen más fuerte. Hay que levantarse de las caídas y ser humilde en las victorias".