¿Quitarse un lunar?
Elías Vidaurre Médico Aunque las motivaciones varíen (riesgo de melanoma, irritación, problemas estéticos), los lunares no deben quitarse a la ligera. En general, se recomienda acudir al dermatólogo una vez al año para realizar un control rutinario. Éste verificará todas las zonas...
Elías Vidaurre Médico
Aunque las motivaciones varíen (riesgo de melanoma, irritación, problemas estéticos), los lunares no deben quitarse a la ligera. En general, se recomienda acudir al dermatólogo una vez al año para realizar un control rutinario. Éste verificará todas las zonas del cuerpo, sobre todo pies y manos, que son zonas de riesgo.
Debes estar muy atento cuando un lunar es muy negro o bicolor, cuando su tamaño cambia repentinamente o cuando alguno de los lunares sufre un traumatismo: se golpea, sangra, se corta. Las pieles claras tienen más posibilidades de sufrir un melanoma, así como las personas con antecedentes familiares (cáncer de piel).
Tener un lunar en un lugar inapropiado puede generar un complejo o, simplemente, una molestia. No obstante, ahora existe la posibilidad de quitarte lunares antiestéticos. En todos los casos, se recomienda analizar los lunares retirados ya que, aunque a simple vista no parezcan dañinos, éstos pueden sorprendernos negativamente cuando se analizan en un laboratorio.
El dermatólogo es el primer interlocutor que retira el lunar molesto o quien redirige el paciente a un cirujano plástico. No es una cuestión de competencia, un dermatólogo puede quitar un lunar perfectamente. Pero algunos prefieren enviar el paciente a un cirujano plástico sobre todo por las normas de higiene muy estrictas que se imponen cuando se lleva a cabo una anestesia local.
La técnica más conocida es la escisión simple con un bisturí y con anestesia local. El personal médico extirpa el lunar completo y, a continuación, dan puntos de sutura profundos con hilo reabsorbible y puntos de sutura superficiales que se retiran una semana después de la operación. La cicatriz suele ser, en general, un poco más larga que el diámetro del lunar en sí, aunque con el tiempo puede llegar a desaparecer.
La técnica más conocida es la escisión simple con un bisturí
Debes estar muy atento cuando un lunar es muy negro o bicolor
Los lunares no deben quitarse a la ligera
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Aunque las motivaciones varíen (riesgo de melanoma, irritación, problemas estéticos), los lunares no deben quitarse a la ligera. En general, se recomienda acudir al dermatólogo una vez al año para realizar un control rutinario. Éste verificará todas las zonas del cuerpo, sobre todo pies y manos, que son zonas de riesgo.
Debes estar muy atento cuando un lunar es muy negro o bicolor, cuando su tamaño cambia repentinamente o cuando alguno de los lunares sufre un traumatismo: se golpea, sangra, se corta. Las pieles claras tienen más posibilidades de sufrir un melanoma, así como las personas con antecedentes familiares (cáncer de piel).
Tener un lunar en un lugar inapropiado puede generar un complejo o, simplemente, una molestia. No obstante, ahora existe la posibilidad de quitarte lunares antiestéticos. En todos los casos, se recomienda analizar los lunares retirados ya que, aunque a simple vista no parezcan dañinos, éstos pueden sorprendernos negativamente cuando se analizan en un laboratorio.
El dermatólogo es el primer interlocutor que retira el lunar molesto o quien redirige el paciente a un cirujano plástico. No es una cuestión de competencia, un dermatólogo puede quitar un lunar perfectamente. Pero algunos prefieren enviar el paciente a un cirujano plástico sobre todo por las normas de higiene muy estrictas que se imponen cuando se lleva a cabo una anestesia local.
La técnica más conocida es la escisión simple con un bisturí y con anestesia local. El personal médico extirpa el lunar completo y, a continuación, dan puntos de sutura profundos con hilo reabsorbible y puntos de sutura superficiales que se retiran una semana después de la operación. La cicatriz suele ser, en general, un poco más larga que el diámetro del lunar en sí, aunque con el tiempo puede llegar a desaparecer.
La técnica más conocida es la escisión simple con un bisturí
Debes estar muy atento cuando un lunar es muy negro o bicolor
Los lunares no deben quitarse a la ligera
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