Empezar el día con salud
La manera en la que arrancamos el día influencia en gran medida el posterior rendimiento psicológico, el humor y la productividad. La expresión “levantarse con el pie izquierdo” no es aleatoria, un día que comienza mal tiene más posibilidades de seguir yendo mal. Aquí van algunas ideas...



La manera en la que arrancamos el día influencia en gran medida el posterior rendimiento psicológico, el humor y la productividad. La expresión “levantarse con el pie izquierdo” no es aleatoria, un día que comienza mal tiene más posibilidades de seguir yendo mal. Aquí van algunas ideas para evitarlo, según la ciencia.
A tomar en cuenta
Los beneficios de levantarse temprano no sólo se asocian a la productividad, sino también al bienestar mental. Numerosos estudios psicológicos han concluido que madrugar es uno de los hechos que más influye en la satisfacción vital, la autoestima y, en definitiva, en la felicidad.
Cargar las primeras horas de la agenda con las cuestiones más pesadas y engorrosas supone un esfuerzo mental que hará que nos cueste más trabajo levantarnos. Si la “carga cognitiva” es alta desde que nos levantamos, también provocará que aprovechemos menos el resto del día, ya que dosificaremos menos la energía.
Por el contrario, si vamos de menos a más tendremos más fuerza de voluntad para despegarnos de las sábanas. Un buen consejo para evitar las “cargas cognitivas” nada más despertarse es que las primeras tareas sean más bien rutinarias, así como dejar preparada la ropa que nos vamos a poner y, a poder ser, también el desayuno.
Como ocurre con todos los seres vivos, las personas también se activan mediante la luz natural. Según un estudio de la universidad belga de Lieja, que comparó la reacción de las personas que tenían contacto con la luz solar nada más levantarse y las que no, las del primer grupo no sólo mostraron una mayor vitalidad, sino también una mejor capacidad cognitiva para realizar sus tareas cotidianas.
A tomar en cuenta
Los beneficios de levantarse temprano no sólo se asocian a la productividad, sino también al bienestar mental. Numerosos estudios psicológicos han concluido que madrugar es uno de los hechos que más influye en la satisfacción vital, la autoestima y, en definitiva, en la felicidad.
Cargar las primeras horas de la agenda con las cuestiones más pesadas y engorrosas supone un esfuerzo mental que hará que nos cueste más trabajo levantarnos. Si la “carga cognitiva” es alta desde que nos levantamos, también provocará que aprovechemos menos el resto del día, ya que dosificaremos menos la energía.
Por el contrario, si vamos de menos a más tendremos más fuerza de voluntad para despegarnos de las sábanas. Un buen consejo para evitar las “cargas cognitivas” nada más despertarse es que las primeras tareas sean más bien rutinarias, así como dejar preparada la ropa que nos vamos a poner y, a poder ser, también el desayuno.
Como ocurre con todos los seres vivos, las personas también se activan mediante la luz natural. Según un estudio de la universidad belga de Lieja, que comparó la reacción de las personas que tenían contacto con la luz solar nada más levantarse y las que no, las del primer grupo no sólo mostraron una mayor vitalidad, sino también una mejor capacidad cognitiva para realizar sus tareas cotidianas.