Al entrar a la temporada crítica
Chaqueos “imparables”, entre la pandemia y el descuido
Entre julio y octubre se considera la temporada más crítica en cuanto a incendios forestales, pero este año las instituciones y voluntarios deberán combatir paralelamente al fuego y el coronavirus.
El incendio de la Cordillera de Sama de 2017 aún permanece grabado en la memoria colectiva de la población, cuando dos personas perdieron la vida y el fuego arrasó con más de 13 mil hectáreas. Desde allí quedó la promesa de trabajar para que no se repita un escenario similar; sin embargo, a tres años de aquello no se hizo casi nada.
Más de mil hectáreas afectadas es el saldo que quedó luego del incendio en Bella Vista y Pinos Norte, parte de Sama en septiembre de 2019, donde para sofocarlo se requirió del despliegue de un avión, un helicóptero y el trabajo incansable de unas 750 personas entre bomberos, Fuerzas Armadas, Defensa Civil, personal de la Alcaldía, Gobernación y voluntarios que se sumaron a la tarea.
La población apoyó desde donde pudo para las tareas de sofocación, donando alimentos, agua o medicamentos para quienes se encontraban en el lugar. Pero no era la primera vez que se registraba esta movilización. En realidad es un escenario recurrente pues cada año, en la época seca, se registran incendios forestales, sobre todo en esta zona. Lamentablemente y pese a su condición de área protegida, no tiene un mejor resguardo.
La temporada crítica comienza a partir de fines de junio y dura hasta principios de octubre.
Pero a la cultura milenaria de los chaqueos campesinos, que pese a las experiencias pasadas persisten, se suma ahora la problemática de la pandemia por el Covid-19, la escasez de recursos y una falta de planificación o coordinación por parte de las instancias correspondientes. Por lo que esta gestión de nuevo queda al azar la prevención de incendios forestales, y hay el riesgo latente de que se repitan nuevamente.
Asunción Ramos es ejecutivo de la Federación de Campesinos de San Lorenzo y él reconoció que quedan muchas tareas pendientes, sobre todo en la capacitación en el tema de los chaqueos que practican los comunarios en esta época.
“Teníamos que hacer un taller con la gente de Bomberos y la Policía, pero ahora con el encapsulamiento de Tarija y de San Lorenzo, eso ha quedado parado (…) nosotros en los ampliados intentamos decirle a la gente, pero siguen haciendo”, declaró.
El dirigente dijo que evidentemente la mayoría de los incendios son a causa de los chaqueos, pero aclaró que en ocasiones, es también responsabilidad de quienes llegan del área urbana y no tienen los cuidados correspondientes.
Dice que el mayor problema es la falta de atención por parte de las autoridades, quienes hasta la fecha no han podido coordinar ni cohesionarse junto a la población que ya tiene costumbre de realizar esta práctica.
“En las alcaldías ni Gobernación no hay suficiente coordinación, no dan suficientes recursos para la atención de estos temas. De la Alcaldía debería haber personal que vaya a los ampliados y que ahí la gente diga cuándo quiere chaquear para que lleven un cisterna, personal y todo para evitar que se salga de control. Pero no hay nada de eso”, lamentó.
Bomberos
En caso de registrarse algún incendio de mediana o mayor magnitud, es la Dirección de Bomberos la llamada a dirigir los operativos para sofocar el fuego. Su actual director, teniente coronel Nery Ortiz, informó que sí se realizaron algunas tareas de coordinación, sobre todo para establecer la logística y dar una tarea específica a cada institución, entre alcaldías, Sernap, ABT, Gobernación, Fuerzas Armadas y grupos voluntarios.
Pero la autoridad reconoció que los recursos con los que cuenta la unidad son insuficientes, puesto que en total existen aproximadamente unos treinta oficiales.
La gestión pasada en la entrega de la nueva infraestructura para la dirección de Bomberos, desde el gobierno municipal y el Ministerio de Gobierno se hablaba de convertir a Tarija en una escuela para personal de todo el país, dotándola de equipos e instructores. Esto no ocurrió y ahora el personal, además de atender incendios, trabaja en la lucha contra la pandemia.
“Yo me hice cargo recién, veo que el fortalecimiento no está al 100 por ciento. Deberíamos contar con vehículos, insumos y no se ha cubierto. Estamos haciendo el reacondicionamiento de mochilas, matafuegos, overoles, botas y todo para poder atender cuando se requiera”, añadió.
Con el fin de enfrentar la temporada de incendios forestales en mejores condiciones, Ortiz dijo que se está capacitando al personal con el que ya se cuenta, pero también se solicitará que las nuevas promociones puedan tener un entrenamiento que les permita sumarse a estas tareas.
La autoridad además explicó que lo que se vio como más conveniente es que se pueda establecer una red de alerta temprana con los corregidores y dirigentes campesinos empleando grupos de Whatsapp para comunicar cualquier hecho.
¿Bioseguridad en los incendios?
Además de todos los inconvenientes que se registran año tras año entre la falta de personal e insumos, el jefe de la Unidad de Gestión de Riesgos del municipio de Cercado, Boris Fernández, explicó que ahora se suma el desafío de implementar una nueva logística y protocolo de bioseguridad para evitar posibles contagios de coronavirus entre los que combaten el fuego.
“Tenemos que pensar en todo eso, ahora hay que implementar otro protocolo tomando en cuenta que el personal no puede compartir uniformes, ni pasarse las mochilas de uno a otro. Se tienen que extremar cuidados porque en caso de que alguien dé positivo, entonces todos tendrían que entrar en cuarentena mientras el fuego avanza, o se registra otro incendio”, dijo.
Fernández señaló que por ejemplo, para el último incendio que se registró en el municipio de Padcaya, la UGR prestó mochilas y otros insumos, pero luego se tiene que cumplir con un proceso de desinfección, e incluso de “cuarentena”, para no usar ese equipo durante varios días.
Si bien, el municipio de Cercado cuenta con más recursos que otros, durante esta temporada se le ha asignado más tareas. “En las mañanas vemos la fumigación por el dengue, en la tarde la desinfección por el Covid y ya no queda mucho tiempo para planificar el tema de incendios. Desde esta semana vamos a asentar más los trabajos de prevención”, aseguró.
A pesar de no haber ingresado aún a la temporada crítica, ya se registraron incendios en el último mes. Uno se presentó en Padcaya y otro en Obrajes, además de algunos que ocurrieron incluso en enero. En cantidad de incendios, el 2019 se registraron menos que la gestión 2018 pero hubo una mayor afectación en cuanto a las hectáreas afectadas, por lo ocurrido en Sama y los del Chaco.