Defendió a su esposa e hijas y le dispararon en la cabeza
En la localidad bonaerense de Ranelagh Argentina, un hombre de 47 años, fue salvajemente asesinado a balazos al intentar defender a su esposa e hijas, cuando luchaban contra dos delincuentes armados y encapuchados que pretendían entrar a robar a su casa. Los ladrones fugaron y son buscados de...



En la localidad bonaerense de Ranelagh Argentina, un hombre de 47 años, fue salvajemente asesinado a balazos al intentar defender a su esposa e hijas, cuando luchaban contra dos delincuentes armados y encapuchados que pretendían entrar a robar a su casa. Los ladrones fugaron y son buscados de manera intensa por las pesquisas policiales.
Voceros del departamento judicial de Quilmes revelaron a cronica.com.ar que la infortunada víctima fue identificada como Abel Acuña, quien trabajaba como contratista.
Según indicaron las fuentes, el hecho se produjo en el cruce de avenida Dardo Rocha y 208, en el citado distrito cuando la esposa de la víctima fatal salía de su casa rumbo a la parada de colectivos para dirigirse a su lugar de trabajo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y fue sorprendida en el patio trasero por dos delincuentes armados y encapuchados que habían saltado las rejas del frente.
cuña, al escuchar los gritos de sus familiares, intentó defenderlas. En esas circunstancias, los malvivientes, a escasa distancia, le efectuaron un disparo en la región del cráneo, provocándole el deceso en el acto a raíz de una herida de bala con orificio de entrada pero no de salida que le generó un shock hipovolémico.
“Los ladrones estuvieron parapetados en el patio durante casi diez minutos. Por lo que se creen que habían realizado inteligencia previa y sabían los horarios de la mujer”, explicaron las mismas fuentes.
En tanto, ambas mujeres sufrieron algunas lesiones leves producto de la pelea con los delincuentes.
Otros detalles
De acuerdo a las primeras averiguaciones, las pesquisas determinaron que dentro de la vivienda había unos 80 mil pesos en efectivo que el contratista tenía guardados para destinarlos a su trabajo en la construcción, por lo que la principal hipótesis es que los asaltantes contaban con ese dato.
Los peritos establecieron a su vez que las cámaras de seguridad de una casa vecina registraron la llegada y la partida de los ladrones en el auto.
Además, las pesquisas secuestraron en la escena del crimen el revólver que se le cayó a uno de los delincuentes y en el que buscarán huellas dactilares, y levantaron rastros de sangre de uno de los delincuentes que fue golpeado con una piedra en la cabeza y que podrían ser utilizados posteriormente para un cotejo de ADN.