Existen grupos en aislamiento voluntario
Ampliación de frontera agrícola y ganadera, la amenaza latente para el pueblo Ayoreo
En poco más de diez años, se pudieron identificar áreas y circuitos de los grupos nómadas. Los indicadores que se registran son varios: huecos de extracción reciente de miel en los árboles; marcas clánicas en cortezas de árboles y cactáceas; utensilios y chozas hallados en zonas de desmontes y traza



Los pueblos indígenas en aislamiento voluntario en Bolivia sufren amenazas permanentes y riesgo de extinción. Entre ellos están los ayoreos, que enfrentan el impacto directo de la deforestación para la ampliación de la frontera agrícola y ganadera.
Entre las principales amenazas al territorio y las formas de vida de los grupos ayoreos en aislamiento voluntario, se identifica el incremento de la deforestación en el Chaco paraguayo, el avance de los cultivos de soya tanto en Bolivia como en Paraguay y los incendios forestales de 2019 y 2020 en las zonas de tránsito de algunos de estos grupos indígenas.
Estos datos los revela el estudio de “Situación de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario en Bolivia”, presentado por el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS) y que muestra las amenazas y vulnerabilidades a las que están expuestos nueve de los 10 pueblos indígenas en aislamiento voluntario reconocidos en el país.
De acuerdo a este informe, existen grupos de ayoreos en aislamiento voluntario en Bolivia y aislamiento voluntario intermitente en Paraguay. En el territorio boliviano, los registros de avistamientos del pueblo indígena en aislamiento voluntario Ayoreo no han sido sostenidos y responden a un esfuerzo de las organizaciones e instituciones aliadas.
“El último registro levantado (2016) da cuenta de su presencia en las cercanías a Pailón, San José de Chiquitos, Roboré, Parque Kaa Iya y en la frontera entre Bolivia y Paraguay (Iniciativa Amotocodie, 2017)”, da cuenta el estudio.
Y es que se reveló, a través de testimonios, relevamientos de datos e investigaciones, que pueblos indígenas en aislamiento voluntario en Bolivia sufren un proceso de etnocidio, como consecuencia de los procesos de colonización e invasión a sus territorios, que provocaron incluso epidemias que diezmaron a su población.
Estos pueblos indígenas en riesgo son Araona, Ayoreo, Chácobo, Ese Ejja, Mosetén, Pacahuara, T´simane, Toromana y Yuqui de quienes se tiene conocimiento de la existencia de segmentos en aislamiento voluntario en Bolivia.
Actualmente, el área de posible hábitat de los ayoreos en aislamiento voluntario, de acuerdo al Viceministerio de Planificación y Coordinación (2016), se identifican diversas zonas de vida donde destacan tres importantes: “bosque chiquitano semideciduo y matorrales xeromórficos con recurso forestal maderable; bosque chaqueño y matorrales xeromórficos espinosos xéricos sobre llanura aluvial semiárido; bosque chaqueño transicional a bosque chiquitano de llanura aluvial y matorral semideciduo estacional”.
Esos testimonios e investigación apuntan que entre las principales presiones y amenazas que existen hacia el territorio de ocupación de los grupos ayoreos en aislamiento voluntario se encuentran:
-Actividades hidrocarburíferas: El inicio de este tipo de actividades en la zona de tránsito de los grupos de ayoreos podría generar fuertes impactos a su medio, a las formas de vida y de desplazamiento, debido a la apertura de caminos y deforestación que podrían generarse en el proceso.
-Deforestación y el avance de la frontera agrícola y pecuaria: La deforestación se concentra principalmente en el departamento de Santa Cruz en cinco municipios, entre ellos Pailón y San José de Chiquitos32, que se encuentran contiguos a las áreas protegidas Kaa Iya y Ñembi Guasu y constituyen parte del territorio de tránsito de los grupos ayoreos.
-Incendios forestales. De acuerdo a la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN, 2019), los incendios forestales de 2019 afectaron las áreas protegidas Ñembi Guasu y Otuquis. En lo que refiere a Ñembi Guasu, el fuego atravesó de norte a sur y partió en dos las áreas consideradas de uso de los grupos PIAV ayoreos.
Los ayoreos, detalles y avistamientos
Cerca de 150 ayoreo en aislamiento voluntario sobreviven en el monte chaqueño en la frontera entre Bolivia y Paraguay. Entre los registros que evidencian su presencia se encuentran huecos y marcas en árboles; utensilios y chozas hallados, huellas en aguadas y objetos abandonados
Los ayoreo son un pueblo cazador-recolector cuyo territorio tradicional contempla más de 30 millones de hectáreas ubicadas en el Gran Chaco Americano: el norte del Chaco paraguayo, el Chaco cruceño boliviano y la Chiquitanía. En la actualidad, la población sedentaria del pueblo Ayoreo asciende a 5.000 personas distribuidas entre Paraguay y Bolivia. No obstante, aún persisten grupos en aislamiento voluntario.
La mayoría de los ayoreo fueron sacados violentamente de su territorio tradicional en la segunda mitad del siglo XX para ser "reducidos" a pequeños asentamientos, donde hoy subsisten como sedentarizados. Los primeros contactos datan de 1711 y 1726, cuando los jesuitas fundaron la reducción San Ignacio de Zamucos con varios grupos locales ayoreo. En 1745, una sublevación acabó con esta reducción. Pasaron más de 100 años hasta que se tuvieron noticias de los ayoreo con un acercamiento del grupo local Jnupegosode a trabajadores del ferrocarril Santa Cruz-Puerto Suárez en Bolivia.
Hasta mediados del siglo XX, los trabajadores de empresas petroleras tuvieron encuentros en el Chaco Paraguayo. En la década del 60, se inició un proceso sistemático de búsqueda y contacto de los ayoreo, que culminó con su deportación y reducción en aldeas misioneras. El último caso de contacto y sedentarización de grupos aislados en Paraguay data de 2004.
Evidencias y testimonios de la presencia de aislados
La presencia de grupos aislados en Bolivia y Paraguay es conocida en ambos países. En Bolivia, se ha recogido información de manera metódica y sistemática, aunque ha sido difícil hacerlo de forma sostenida. En Paraguay, Iniciativa Amotocodie efectúa el monitoreo sistemático de la presencia de grupos aislados desde 2002.
Mediante el testimonio de los ayoreo sedentarizados y el registro de señales de presencia, Iniciativa Amotocodie estima la existencia de al menos 10 grupos pequeños (o grupos familiares), separados y aparentemente sin comunicación entre sí, que continúan con su vida nómada en el norte y oeste del Chaco paraguayo. Se trataría de entre 80 y 150 personas y al menos uno de los grupos pertenece al pueblo local Totobiegosode. Los otros no pudieron ser identificados aún.
En poco más de diez años, se pudieron identificar áreas y circuitos de los grupos nómadas. Los indicadores que se registran son varios: huecos de extracción reciente de miel en los árboles; marcas clánicas en cortezas de árboles y cactáceas; utensilios y chozas hallados en zonas de desmontes y trazado de nuevas picadas; marcas chamánicas advirtiendo a otros la presencia de un grupo o el límite hasta donde se puede avanzar sin peligro de choques violentos; huellas en aguadas y senderos dentro del monte; y objetos dejados cerca de algún asentamiento en señal de paz, amistad o intercambio.
Entre los indicadores testimoniales, se encuentran los avistamientos de personas desnudas con armas o utensilios, y las voces o gritos escuchados por no indígenas. Uno de los registros más importantes es el testimonio de los ancianos ayoreo que recuerdan a algún pariente que nunca salió del monte y que, por el tiempo transcurrido, se supone que aún está vivo.